Venezuela ve señales de cambio y de pasar página a Maduro

Edmundo González Urrutia, el principal candidato de la oposición venezolana, ha comenzado esta semana su campaña con vistas a las elecciones presidenciales del 28 de julio. El exdiplomático es un nombre desconocido para la gran mayoría de la población. Su candidatura pasó como un camello por la aguja de un sistema electoral que ha impedido la presentación de María Corina Machado, quien había ganado la primaria del antimadurismo en octubre pasado. Por eso ella se desempeña en este proceso como principal agitadora. La Plataforma Unitaria Democrática (PUD) cree que, a pesar de las dificultades preexistentes y las artimañas estatales que se esperan en las agitadas semanas proselitistas, la posibilidad de derrotar a Nicolás Maduro en las urnas ha dejado de ser una completa quimera.

Una palabra circula de boca en boca entre los dirigentes opositores de un país polarizado, sumido en la pobreza, con millones de sus ciudadanos desperdigados en la región y Estados Unidos. Esa palabra es "transición". Según Margarita López Maya, autora de 'El ocaso del chavismo', se vislumbra una diferencia respecto a contiendas precedentes. "Es un proceso de transformación de un régimen autoritario que comienza a dar señales de que está dispuesto a permitir el cambio de un régimen político a otro, que puede ser democrático, pero también autoritario. Es un espacio de tiempo en el que el régimen sigue vigente, se está debilitando, pero no está establecido el nuevo", dijo la historiadora al portal 'Efecto Cocuyo'.

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El precedente de Nicaragua

No faltan analistas que establecen comparaciones entre lo que sucede en Venezuela y la experiencia electoral de Nicaragua de 34 años atrás cuando Victoria Chamorro derrotó a Daniel Ortega, el candidato del Frente Sandinista de Liberación (FSLN), que ocupaba la presidencia. Otros piensan en el Chile del dictador Augusto Pinochet, quien en 1988 perdió el plebiscito con el que intentaba perpetuarse y abrió las puertas para un cambio político tutelado desde el Ejército por varios años.

El analista Luis Vicente León considera que González Urrutia podría vencer el 28 de julio "pues el deseo de cambio político es claramente mayoritario". El consultor recuerda que, si bien la diferencia entre el abanderado de la PUD y Maduro en los sondeos "no es ni cerca" la distancia que le sacaba Machado al mandatario, González Urrutia es un candidato competitivo y hasta "favorito". Pero León añade otra veta interpretativa. El escenario de transformaciones queda en suspenso si se tiene en cuenta "la nula disposición" del madurismo a ser "desplazado del poder" así como "su control institucional, sus recursos económicos que sin duda jugarán un papel en la campaña, su capacidad de movilización , la posibilidad de espantar el voto y crear abstención y su estrategia de estimular la fractura de su adversario".

El papel de las redes sociales

El Consejo Nacional Electoral (CNE) acaba de dar una pista de esa voluntad de permanencia por las buenas y las no tan buenas. Maduro aparece en 13 de las papeletas, conocidas como "tarjetones", y ocupará un tercio de las casillas en las urnas electrónicas. González Urrutia solo será visible en tres lugares. La PUD se ve obligada a un esfuerzo mayor para hacer conocido su rostro. Serán las redes sociales el instrumento determinante de la campaña. De acuerdo con la firma More Consulting, el 70,8% de los venezolanos se informa de las novedades políticas a través de sus teléfonos y ordenadores. Un 79,3% de los encuestados utiliza "siempre" WhatsApp, un 43,8% se nutre de Facebook, un 33,4 de Instagram, mientras que un 25,9% conoce lo que sucede cuando se conecta con YouTube y un 22,1% lo hace vía TikTok.

Maduro es por el momento mucho más agresivo en las últimas dos plataformas en las que se muestra jovial y "cercano" a la población. Machado, en tanto, prefiere compartir a través de WhatsApp y X imágenes de masivas concentraciones en ciudades y pequeñas poblaciones del interior del país. Para Félix Seijas, de la encuestadora Delphos, este predominio del universo virtual atenúa el déficit de origen de González Urrutia y su limitación para arengar de cuerpo presente en un país tan grande. Seijas sostiene que en la actualidad Maduro retiene entre 20 y 22% de intenciones de voto, pero puede subir.

Las elecciones se pactaron con la oposición en octubre pasado pero el acuerdo de garantías se cumple a medias. Todo puede suceder antes del 28 de julio. El presidente del CNE, Elvis Amoroso, criticó la decisión de la UE de levantar de forma parcial las sanciones en su contra y de otros tres integrantes de ese organismo. Exigió "el cese integral e incondicional" de esas medidas al igual que "todo mecanismo de chantaje que busque interferir en el desarrollo libre y soberano de Venezuela". El titular de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), Jorge Rodríguez, amenazó con retirar la invitación de la comitiva de observadores europeos de los comicios. "Habrá victoria popular pese a las sanciones", dijo la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, y calculó las pérdidas en 232.000 millones de dólares.

La idea de Venezuela como "plaza sitiada" desde el exterior, con reiterados intentos de magnicidios, está presente en todos los discursos oficiales. González Urrutia ya es presentado como cómplice de esa sangría. El primer vicepresidente de la AN, Pedro Infante, lo llamó "inmundo", "títere" y "agente de la CIA" que quiere "entregar todo el petróleo" que defiende "un líder obrero" como Maduro.

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