Xi y Putin defienden su alianza como una fuerza estable en un mundo caótico

Xi Jinping y Vladimir Putin han alabado el jueves la alianza estratégica de sus países como una fuerza de estabilidad en un mundo cada vez más caótico y refrendado sus posturas sobre los conflictos en curso. No han abundado las declaraciones noticiosas porque lo relevante era la foto: su cuarta cumbre desde que los tanques rusos entraron en Ucrania.

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Putin ha disfrutado en Pekín de un pomposo recibimiento en su primer viaje desde su última reelección. Marchas militares, canciones populares rusas, niños jaleando con pompones y la preceptiva bienvenida en el Gran Palacio del Pueblo de su buen y viejo amigo, Xi Jinping, con el que se ha visto más de cuarenta veces en una década. Han ventilado su reunión matutina en apenas dos horas con un comunicado conjunto inane y esta noche tenían previsto volverse a ver sin los corsés protocolarios.

"China está preparada para trabajar con Rusia para sostener un mundo justo e imparcial", afirmó Xi en la intervención ante la prensa. "Las relaciones entre China y Rusia no son oportunistas ni están dirigidas contra terceros (…) Defendemos los principios de justicia y democracia que reflejen un mundo multipolar basado en la ley internacional", abundó Putin.

Diplomacia itinerante

Sobre los asuntos geopolíticos ahondaron en lo sabido. Ambos defienden una solución política a la guerra de Ucrania y los "dos estados" para la de Gaza. Sobre la primera, Putin ha agradecido los desvelos chinos y su postura equidistante. No encuentra Xi mucho quorum, Putin aparte, a pesar de su implicación.

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China propuso el pasado año un vaporoso plan de 12 puntos con tantas debilidades (no distinguía agresor de agredido) como fortalezas (exigía el alto el fuego inmediato). Esa hoja de ruta no ha dado más frutos que la diplomacia itinerante del representante chino por las principales capitales involucradas en el conflicto porque Rusia y Ucrania siguen atareadas en apoyar sus reclamaciones territoriales en el campo de batalla.

Sus esfuerzos tampoco han limado la desconfianza de Bruselas hacia lo que entiende como una inclinación excesiva hacia Rusia. A las críticas respondió Xi en su reciente periplo europeo: “China no es el creador de la crisis, ni es parte, ni participa”, aclaró.

Reunión "fútil" en Suiza“Buscamos un acuerdo amplio, sostenible y justo del conflicto a través de vías pacíficas”, había afirmado Putin en la víspera en una extensa entrevista a la agencia oficial Xinhua. “Estamos abiertos al diálogo pero han de tenerse en cuenta los intereses de todos los países involucrados, incluido el nuestro”, continuó. El Kremlin había desdeñado horas antes como "fútil" la próxima reunión de una cincuentena de países en Suiza para encontrar una solución. No acudirá Moscú y Pekín es duda.

Son improbables las prisas rusas por negociar. Ha ganado casi 300 kilómetros cuadrados en la región nororiental de Kharkiv en apenas una semana, según la agencia France Press. La conquista más apreciable en año y medio obligó al secretario de estado, Antiny Blinken, a viajar hasta Ucrania para prometerle a su presidente, Volodymyr Zelensky, más y mejores armas.

Sector automovilístico

El sector automovilístico resume la deriva. Putin ha dado la bienvenida a los fabricantes chinos sin temer por su industria local. Las exportaciones de coches y sus partes a Rusia se han cuadriplicado en el último año y superan ya los 23 mil millones de dólares. Las sinergias comerciales fueron alabadas recientemente por Wang Yi, ministro de Exteriores: "El gas ruso calienta los hogares chinos mientras nuestros coches circulan por sus autopistas".

Un par de días atrás Washington había también cuadriplicado sus aranceles a los coches eléctricos chinos, desde el 25 al 100%, lo que provocó la inmediata ira china y las promesas de defender a sus fabricantes.