Crisis institucional

La resistencia de republicanos moderados tumba al ultra Jordan y prolonga la parálisis del Congreso de EEUU

El edificio del Capitolio de EEUU, este jueves, tras la tensa sesión del miércoles en la que fue expulsado como 'speaker' Kevin McCarthy.

El edificio del Capitolio de EEUU, este jueves, tras la tensa sesión del miércoles en la que fue expulsado como 'speaker' Kevin McCarthy. / SARAH SILBIGER / BLOOMBERG

Idoya Noain

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La parálisis legislativa en el Congreso de Estados Unidos provocada por el caos y la división de los republicanos se prolonga, por lo menos hasta la semana que viene. Jim Jordan, el candidato de ultraderecha apoyado por Donald Trump que había sido nominado por el partido para ser presidente de la Cámara Baja ha perdido este viernes su tercera votación en el pleno, donde se ha elevado la resistencia a su elección de republicanos moderados. Luego Jordan ha perdido otra votación secreta a puerta cerrada solo entre su bancada para seguir siendo el candidato y se ha visto forzado a abandonar.

Con una cita fijada para el lunes por la noche para que se presenten nuevos aspirantes, y la meta de una votación en el pleno el martes, se vuelve a la casilla de salida. La Cámara sigue, como desde que se destituyó a Kevin McCarthy como ‘speaker’ hace 17 días, con un presidente interino, Patrick McHenry, sin más autoridad que organizar la elección del presidente. Y nada puede avanzar, ni la ayuda a Israel y Ucrania que ha pedido el presidente Joe Biden ni la negociación de presupuestos para evitar un cierre del gobierno el 17 de noviembre.

Un partido disfuncional

Lo ocurrido este viernes evidencia de nuevo la disfuncionalidad republicana y las profundas brechas abiertas entre facciones del partido, que en los últimos tres lustros se ha radicalizado y ha girado con fuerza hacia la derecha. Pero es también una inusual señal de firmeza del ala más moderada, que se había hecho prácticamente inexistente en los últimos años, desde que Trump se hizo líder de la formación. 139 congresistas republicanos, por ejemplo, votaron contra la certificación de la victoria electoral de Biden. Jordan fue uno de ellos.

La crisis institucional estalló el día 3, cuando el ultraderechista Matt Gaetz presentó una moción que apoyaron otros siete republicanos y que acabó con la histórica destitución McCarthy. Este había logrado sacar adelante unos días antes con una mayoría de votos demócratas legislación que evitaba el cierre del gobierno, y fue castigado como un traidor por el ala ultra, a la que había tenido que hacer enormes concesiones en enero para llegar al puesto (un proceso agónico en el que necesitó 15 rondas de votación).

Aunque primero los republicanos eligieron al muy conservador Steve Scalise sobre Jordan para optar al cargo, el congresista de Luisiana no llegó siquiera a presentarse ante el pleno porque el ala ultra tampoco lo quería como candidato. Con una exigua mayoría en la Cámara Baja, ningún candidato republicano puede permitirse perder más de cuatro votos entre sus colegas.

Así ascendió Jordan a la nominación, superando el reto de otro candidato protesta. Pero su candidatura aunó en contra a varios grupos de moderados, incluyendo aliados de McCarthy, otros indignados por la jugada sucia contra Scalise, otros que representan distritos que en 2020 ganó Biden y otros preocupados por los profundos recortes de gasto, incluyendo en Defensa, que podría impulsar Jordan.

En la primera votación en el pleno 20 votaron contra él, además de todos los demócratas, pese a la campaña de presión de Jordan y sus aliados y también pese a un asedio promovido desde redes sociales y medios ultraconservadores. En la segunda fueron 22 los opositores de su propio partido. Y en la tercera, que ha llegado este viernes tras una tensa reunión el jueves donde se caldearon los ánimos y los moderados expusieron que estaban recibiendo incluso amenazas de muerte, y donde se rechazó una vía alternativa que habría sido ampliar temporalmente los poderes de McHenry, el ‘speaker’ interino, la oposición se ha elevado hasta 25.