Catástrofe natural

El calor y el viento atizan los incendios de Portugal, con más de 13.000 hectáreas calcinadas en agosto

El clima extremo y los pirómanos expanden los incendios en el sur de Europa y norte de África

Columnas de humo del incendio en Odemira, este martes.

Columnas de humo del incendio en Odemira, este martes. / PATRICIA DE MELO MOREIRA / AFP

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El intenso calor y las fuertes rachas de viento son dos de las principales causas que han favorecido el avance de los incendios en Portugal, que en los últimos días ha vivido su peor ola de fuegos de este verano, con más de 13.000 hectáreas calcinadas. Según los datos divulgados esta semana por el Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF, en sus siglas en portugués), en los primeros nueve días de agosto ha ardido más del 50% de la superficie quemada de todo el año. En total, son ya más de 25.000 hectáreas afectadas desde el 1 de enero.

El fuego más grave es el que lleva ardiendo durante cinco días en la región de Odemira, en el sur del país, con más de 8.400 hectáreas arrasadas, según el último balance de protección civil. Las autoridades han movilizado a casi 1.100 bomberos apoyados por 15 medios aéreos (10 aviones y cinco helicópteros), y 1.500 personas han tenido que ser evacuadas por motivos de seguridad. Además, 43 personas han resultado heridas, nueve de las cuales han tenido que ser hospitalizadas. Este miércoles, los servicios de emergencia dieron por controlado el incendio gracias a una mejora de las condiciones meteorológicas, con mayor humedad y temperaturas más bajas, aunque avisaron de la alta probabilidad de que pueda reproducirse.

"Estamos en condiciones de declarar el incendio como dominado. Tenemos algunos puntos que merecen atención. Vamos a tener muchas reactivaciones durante el día", explicó en rueda de prensa el comandante de Protección Civil, Vítor Vaz Pinto. Las autoridades todavía investigan qué originó el fuego, que ha afectado sobre todo zonas de eucaliptos, alcornoques, madroños y matorral.

Altas temperaturas

El Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera (IPMA), por su parte, mantiene en alerta por riesgo de incendios a más de 300 municipios de todo el país debido a la persistencia de las altas temperaturas. El mercurio ha alcanzado en los últimos días los 40 grados en numerosos puntos y llegó a marcar 46,4 grados el pasado lunes en Santarem, en el centro, lo que supondría el registro más elevado de este 2023, según una primera estimación de la agencia meteorológica portuguesa.

En Castelo Branco y Proença-a-Nova (centro) ardieron más de 7.000 hectáreas durante el fin de semana, debido a un fuego que llegó a algunas casas y provocó 14 heridos leves. Tras ser controlado, los vecinos y las autoridades calculan ahora las pérdidas causadas por el incendio, que se cifrarán en varios millones de euros.

En Leiria -a unos 130 kilómetros al norte de Lisboa-, dos incendios calcinaron el lunes más de 400 hectáreas en solo un día. Los bomberos se mantienen en el terreno para apagar las reactivaciones que se puedan producir, aunque califican la situación como tranquila.