Olas de calor extremo y falta de lluvias: así será el clima del Reino Unido en los próximos años

Las temperaturas tórridas registradas el año pasado en el Reino Unido, que superaron los 40 grados por primera vez desde que hay registros (desde 1884), serán una dinámica habitual en los próximos años. Es una de las conclusiones del último informe anual de la Oficina Meteorológica (Met Office), publicado este jueves, que advierte de las consecuencias que el cambio climático tendrá en el país, con la llegada frecuente de olas de calor y con un descenso importante de las precipitaciones.

A pesar de que las temperaturas registradas el pasado verano no tienen precedentes, el científico climático Mike Kendon, del Centro de Información Climática Nacional, ha alertado de que este patrón no debe sorprender a nadie en los próximos años. “Las proyecciones climáticas del Reino Unido muestran que un año como 2022, actualmente el más cálido registrado, podría ser una norma a mediados de siglo y relativamente fresco a finales de siglo”, ha explicado en un comunicado. “El año 2022 es una advertencia potencial de lo que deberíamos esperar en el futuro”, ha añadido.

Este julio ha sido el mes más cálido jamás registrado en el planeta

Falta de lluvias

En el caso de las lluvias, los expertos alertan de que el país está sufriendo un cambio drástico. De las precipitaciones persistentes y en pequeñas cantidades se está pasando a períodos de poca lluvia, combinados con grandes chaparrones. Esta situación explica por qué los ocho primeros meses del año pasado fueron los más secos desde 1976 y, al mismo tiempo, cinco de los diez años más húmedos desde que hay registros se han producido en lo que llevamos de siglo.

Los largos períodos sin lluvia también se han comprobado con el número de horas de sol registradas al año. El año pasado fue el sexto año más soleado del último siglo, confirmando una tendencia cada vez más habitual. En la última década se registró un aumento de un 3% de las horas de sol en comparación con el período entre 1991 y 2020, mientras que, comparado con el período entre 1961 y 1990, este aumento es de casi un 10%. “El año 2022 ha sido un ejemplo de que los episodios de calor extremo son cada vez más frecuentes, intensos y prolongados debido al cambio climático inducido por la acción humana”, ha afirmado la directora de la Royal Meteorological Society, Liz Bentley.

El informe de la Met Office también ha alertado del aumento de la temperatura de la superficie marina, que el año pasado registró su mayor pico desde 1870, así como de la subida considerable del nivel del mar, que ha crecido 18,5 centímetros desde 1900 (de los cuales 11,4 en las últimas tres décadas). “La subida de 11,4 cm en los últimos 30 años puede no parecer mucho, pero el ritmo de subida del nivel del mar es cada vez mayor, y cada centímetro extra aumenta el peligro de que una gran tormenta desborde las defensas contra inundaciones”, ha asegurado Andrew Matthews, investigador del National Oceanographic Centre. 

Políticas verdes en riesgo

La publicación de este informe coincide en una semana marcada por el debate sobre las políticas verdes del Gobierno de Rishi Sunak, quien ha recibido presiones por parte de los sectores más duros del Partido Conservador para que aplace algunas de las metas fijadas en la reducción de emisiones de carbono. Una decisión que, aseguran desde su formación, contribuirá a aliviar la presión económica sobre miles de familias provocada por la crisis inflacionista y dará más opciones a los ‘tories’ de remontar en las encuestas de cara a las próximas elecciones generales. 

El primer ministro ha evitado pronunciarse en este sentido y se ha limitado a decir que abordarán los objetivos de neutralidad carbónica de una forma “proporcionada y pragmática” sin que supongan “más molestias y más costes” para la vida de la gente. El Ejecutivo sí se ha mostrado contundente en su negativa de extender la venta de vehículos de gasolina y diésel más allá de 2030, pero no descarta otras opciones, como la de aplazar la obligación de reemplazar las calderas de gas por otras más eficientes a nivel energético en las casas de nueva construcción.