Guerra de Ucrania

Rusia extrema la seguridad en Moscú y otras ciudades ante la conmemoración del Día de la Victoria

Vladimir Putin pasa junto a un soldado durante el desfile del Día de la Victoria.

Vladimir Putin pasa junto a un soldado durante el desfile del Día de la Victoria. / EFE

Àlex Bustos

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El día grande de Rusia se acerca, más importante y esperado incluso que la mismísima festividad nacional: se trata del 9 de mayo, el día de la Victoria, en el que se conmemora la derrota de la Alemania nazi a manos de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial. La “Gran Guerra Patriótica”, tal y como en el país euroasiático se denomina a este conflicto, se llevó por delante la vida de 20 millones de ciudadanos soviéticos. Por esta razón, y por la influencia que el triunfo soviético ha jugado en la historia contemporánea del país, ha perdurado el culto a este día, algo que ni siquiera la guerra de Ucrania ha logrado modificar.

Para la ocasión, la Plaza Roja, el lugar más importante del desfile en Moscú, se ha cerrado durante dos semanas, un periodo de tiempo muy superior al habitual. Ante la presunta amenaza de nuevos ataques con drones, después del dudoso incidente de la madrugada del miércoles, las autoridades han preferido blindar el corazón de la capital rusa y prepararlo para la ocasión. En la misma plaza solo habrá sitio para los militares que participen en el acto y unos pocos invitados selectos por el mismo Kremlin, incluyendo algunos veteranos de la contienda. En los días previos a la gran efeméride, habitualmente se pueden ver algunos de los blindados circular por calles del centro de la ciudad antes de los ensayos, algo que suele destrozar el asfalto de algunas de las calles más transitadas de Moscú.

“Este día es muy importante para nosotros, es algo que desde bien pequeños se nos enseña” explica Aleksándr, nombre fictíceo para preservar su intimidad. Éste hombre cree que está bien recordar a todos aquellos -“padres, abuelos y conocidos que lucharon contra los nazis”- aunque considera que el despliegue actual es desproporcionado. María, una moscovita que prefiere también ocultar su nombre, asegura que "lo más bonito es no olvidar nunca lo que nuestros abuelos hicieron por nosotros (sacrificarse y luchar), incluso en momentos como este". Las calles ya están engalanadas con banderas rojas, símbolos del 9 de mayo, además de algunos lemas como "gracias, abuelo, por la victoria" . También algunos viandantes llevan la cinta de San Jorge, naranja y negra, un símbolo de recuerdo a los que murieron en la guerra, aunque en los últimos años se convirtió en un símbolo muy usado por los separatistas del este de Ucrania y nacionalistas y comunistas de Rusia.

Aunque hay alguna crítica, suele ser un tema tabú y lo que prácticamente ningún ruso pone en duda es la importancia de esta fecha, independientemente de como crea que debería celebrarse. Svetlana, otra ciudadana anónima, es de las que considera que el desfile es "algo innecesario". "Se ve muy agresivo y desfasado, parece algo de la Guerra Fría", argumenta.

Tiempos diferentes

Debido a la guerra, la situación no es la habitual, y por esta razón, la celebración tampoco lo será. Habrá menos vehículos que de costumbre, y algunos eventos se han cancelado de forma previa. Es el caso del desfile del Regimiento Inmortal, suprimido en todas las ciudades de Rusia. Se trata de un evento en el que ciudadanos en cada ciudad portan el retrato de un familiar o un conocido que murió en la guerra para honrarle y recordar el sacrificio que hicieron. La suspensión ha sido impopular, aunque las autoridades la justifican por la seguridad. En las regiones más cercanas al frente, como es el caso de Belgorod y Kursk, no se hará ningún tipo de acto especial por precaución, así como en otras ciudades más alejadas del frente como las localidades siberianas de Tyumen y Surgut.

Este imaginario de la segunda guerra mundial, ahora también es utilizado por el oficialismo ruso para apelar a los hombres a seguir los pasos de sus abuelos o bisabuelos, para defender la patria. Este hecho se evidencia en los anuncios que circulan por redes sociales, que invitan a los hombres a “ser machos” o los carteles para animar a los varones a defender la patria. En las últimas semanas miles de locales de los centros de ciudades rusas lucen un cartel en el que se ve a tres soldados y un lema “nuestra profesión, defender la patria”. 

A la espera de una contraofensiva ucraniana que parece no llegar nunca, el jefe de los mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin ha anunciado que si no recibe la munición que necesita, el mismo 10 de mayo, un día después de la gran fecha, retirará a sus hombres del frente en la ciudad de Bajmut, donde han sido claves en el intento de conquista de esta localidad del Donbás ucraniano.