Manifestantes abuchean a Macron en su primer viaje tras la ratificación de la reforma de las pensiones

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue recibido este miércoles con abucheos y gritos de dimisión durante un viaje a Alsacia, en la primera de sus salidas de París dentro de su intento de reconectar con los ciudadanos tras la crisis de la reforma de las pensiones.

En su primera parada, una empresa de construcción en madera en la localidad de Muttersholtz, una unidad de gendarmería tuvo que desplazar a los manifestantes dado que la concentración no había sido autorizada. Los concentrados se movieron unos 200 metros, lo que no libró al presidente de los abucheos y del ruido de silbatos y cazuelas. "Queríamos verle, pero como no quería escucharnos hemos hecho ruido", señaló a un canal de televisión una de las manifestantes.

Aún peor fue el recibimiento de esta tarde en la localidad alsaciana de Sélestat, donde decenas de personas le recibieron en la plaza principal con gritos de "Macron, dimisión" e increpaciones sobre la reforma de las pensiones que ha aprobado su Gobierno por decreto. Así, el baño de masas que buscaba se convirtió en uno de abucheos.

"He tenido recibimientos peores", minimizó el jefe de Estado, que pese al estruendo departió con algunos de los ciudadanos concentrados en Sélestat y trató de justificar sus medidas.

El presidente tiene previsto continuar con sus visitas sobre el terreno mañana jueves, con un desplazamiento a Hérault (sureste) centrado en cuestiones educativas.

Nuevo "pacto social"

La reindustrialización, la educación y la sanidad figuran entre los principales objetivos de una serie de reformas que busca emprender Macron con su Gobierno dentro de un nuevo "pacto social" para calmar las aguas tras las continuas protestas por la reforma de las pensiones, según dijo en su discurso televisado de la noche del lunes.

"Están ustedes en el centro de una de las grandes ambiciones del país (...) la reindustrialización verde", destacó hoy en una intervención ante los trabajadores de la empresa Mathis.

A preguntas de algunos periodistas, Macron aseguró que la forma en que se aprobó la reforma de las pensiones (sin voto directo de la Asamblea Nacional) fue "legítima" y no atenta contra la democracia, e insistió en lo que considera futilidad de las protestas. "No serán las caceroladas lo que nos harán avanzar", afirmó.

100 días para calmar al país

El portavoz del Gobierno, Olivier Véran, dijo sobre las protestas que recibieron al presidente que es "indispensable" que los miembros del Ejecutivo puedan desplazarse por el país y hablar con los ciudadanos sobre "las reformas que se han hecho y las que llegarán".

Véran, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, recordó que Macron marcó un plazo de 100 días para lograr calmar al país mientras se ponían en marcha nuevas reformas tangibles, y que en ese plazo deben "acelerar todos los proyectos prioritarios para el país".

Macron promulgó oficialmente la ley que retrasa la edad de jubilación de los 62 a los 64 años el pasado sábado de madrugada, un gesto calificado de "provocación" por la oposición. La firma llega tras tres meses de protestas que han sacado a la calle a millones de personas y han desencadenado las huelgas generales más multitudinarias desde los años 80 del siglo pasado.