Una gira controvertida

El presidente cubano coge oxígeno en China

Díaz Canel regresa de su visita al país asiático con una serie de acuerdos y promesas

Díaz-Canel y Tayyip Erdogan durante la reunión bilateral.

Díaz-Canel y Tayyip Erdogan durante la reunión bilateral. / EFE

Abel Gilbert

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La crisis no espera en Cuba, pero el presidente Miguel Díaz-Canel cree haber vuelto de su gira por Argelia, Rusia y Turquíay China con un nuevo respirador artificial. La estancia en Pekín, el último periplo del viaje, "rebasó las expectativas", aseguró Granma, el órgano oficial del Partido Comunista cubano. La publicación destaca las palabras del anfitrión, el presidente Xi Jinping, quien habló de los vínculos bilaterales como un "caso ejemplar de solidaridad y cooperación entre países socialistas".

El viceprimer ministro, Alejandro Gil Fernández, calificó de "muy positivos" los resultados. "Hubo una conversación transparente, cordial, abierta". Según la información oficial, se suscribieron con el gigante asiático 12 acuerdos y memorandos de cooperación económica que incluyen, además, una cantidad de dinero no precisada, y donativos que servirán para mitigar el malestar social.

La satisfacción de Díaz-Canel vino acompañada de una prevención: Cuba no debe desperdiciar otra vez la ayuda internacional. "Tiene que cumplirse bien el compromiso nuestro, de cómo hacemos bien las cosas, de cómo aprovechamos las oportunidades, cómo somos eficientes, cómo no malgastamos los recursos, y cómo logramos que las inversiones tengan un adecuado rendimiento".

Cuba debe a China 4.643 millones de dólares. Ya en 2019, Pekín le había perdonado al Gobierno cubano una deuda de 6.000 millones de dólares que databa de 2011. Antes de que se iniciara formalmente la visita de Díaz-Canel, el Ministerio de Comercio de China destacó que el intercambio comercial bilateral ha crecido 7,2% en 2021, mientras que en los tres primeros trimestres del presente año la subida ha sido del 18,1%. Pekín ha suministrado a su vez importantes donaciones a la isla en medio de la pandemia.

Escasez generalizada

El Gobierno cubano le ha asignado al periplo de Díaz-Canel un carácter tan urgente como estratégico, reflejado en la delegación de alto nivel que lo ha acompañado. El propio jefe de Estado reconoció que el viaje "responde a prioridades políticas y económicas" y, especialmente, a "los esfuerzos por aliviar los efectos de una crisis postpandemia" que, para La Habana, se ha agravado "por los efectos del bloqueo de los Estados Unidos".

La situación en la isla es muy delicada por una combinación de factores, entre ellos la escasez de alimentos, medicinas y combustible, un proceso inflacionario superior al 100% y los constantes cortes de energía. Los problemas de generación eléctrica se han convertido en una fuente especial del malestar social, y una de las razones del viaje presidencial.

Antes de partir a China, Díaz-Canel cerró en Ankara acuerdos con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, para aumentar el volumen comercial hasta los 200 millones de dólares. Buena parte de esa suma debe servir para mejorar el sistema energético. Días antes de que se iniciara la visita, había arribado a la bahía de La Habana la séptima central eléctrica flotante construida por la empresa turca Karadeniz Holding. Ese tipo de centrales cuenta con la capacidad de sumar al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) unos 110 megavatios (MW) de potencia. De acuerdo con las autoridades, se espera que el año venidero ese tipo de generación represente entre el 18% y el 20% de toda la energía producida en la isla.

Argelia constituyó la primera parada del presidente de la mayor de las Antillas. Viajó desde allí a Moscú, llevándose el compromiso de su colega Abdelmadjid Tebboune de cancelar todos los intereses pendientes de la deuda de Cuba. Argelia ofreció a su vez una central eléctrica solar para mitigar los efectos de los constantes apagones.

En Rusia con Putin

Díaz-Canel se encontró en Moscú con Vladímir Putin. Juntos inauguraron una estatua de Fidel Castro en un distrito moscovita. Rusia es un aliado vital del régimen cubano. La presencia del presidente en ese país fue entendida de la única forma posible: como un respaldo a su política exterior, marcada desde el 24 de febrero por la invasión a Ucrania. Díaz-Canel responsabilizó a Estados Unidos y a la OTAN del conflicto. En lo que respecta a las relaciones bilaterales, el visitante abogó por alcanzar un "desarrollo pleno" de las mismas.

"Cuba está dispuesta a respetar y cumplir con las obligaciones financieras que tiene con Rusia en cuanto la situación económica se alivie un poco y eso sea posible", dijo durante una reunión con la presidenta del Senado ruso, Valentina Matviyenko. Entre 2006 y 2019 Rusia le otorgó a la isla créditos por unos 2.300 millones de dólares para financiar proyectos en las esferas de la energía, la industria metalúrgica y el transporte. Desde el comienzo de la pandemia, Cuba frenó el pago de esos préstamos. El pasado febrero el Parlamento ruso ratificó aprobó una prórroga de los vencimientos hasta 2027.

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