Cumbre en Bali

El G-20 sortea las divisiones y perfila un acuerdo para condenar la guerra en Ucrania

Los mandatarios salvan la cumbre con un pacto de mínimos y rebajan el clima de hostilidad que precedía a la cita

La invasión rusa de Ucrania marca la cumbre del G-20 en Bali

La invasión rusa de Ucrania marca la cumbre del G-20 en Bali. /

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Los líderes del G-20 iniciaron este martes su cumbre en Bali con perspectivas de cerrar ya el miércoles una declaración conjunta en la que la mayoría de sus integrantes condenará la invasión rusa de Ucrania, en una jornada marcada por el protagonismo del mandatario chino, Xi Jinping, a quien el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, exigió que ejerza de mediador ante Vladimir Putin para poner fin a la guerra.

La contienda acaparó la mayor parte de las discusiones tanto en el foro multilateral como en las citas bilaterales, durante el primer día de la reunión de las 20 principales potencias mundiales que se celebra en la isla indonesia.

Pese a las diferentes posturas entre los bloques formados principalmente por Estados Unidos y la Unión Europea, por un lado, y Moscú y Pekín por otro, el G-20 logró encarrilar un acuerdo de mínimos con el que "salvar" la cita e, incluso, consiguió rebajar el clima de hostilidad que precedía al encuentro.

Acuerdo de mínimos

El borrador del texto consensuado entre las delegaciones de los 20 países, a falta de ser cerrado este miércoles por los líderes, incluye una mención a la "guerra de Ucrania", en contra de lo que se esperaba por la firme oposición de Moscú a referirse de esta forma al conflicto bélico que inició contra el país vecino.

El documento destaca el "inmenso sufrimiento humano" y los problemas que acarrea a escala global en cuanto a suministro energético, seguridad alimentaria o riesgos para la inestabilidad financiera, aunque también se hace eco de las diferentes posturas al respecto entre los 20 países.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, destacó que el borrador va "en la dirección correcta" para condenar la invasión rusa de Ucrania, y afirmó que haber cerrado este documento preliminar "es ya un gran logro" en "una de las más difíciles" citas del G-20 hasta la fecha.

Ninguna reunión ministerial del G20 desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de este año había logrado un documento consensuado. Y al contrario que en otros encuentros del G-20, en esta ocasión no ha habido boicots ni abandonos de la sala cuando tomaban la palabra líderes del "bando" contrario.

Moscú y Kiev, inamovibles

Indonesia se ha tomado el papel de anfitrión como una oportunidad de mediar entre los países del G-20, un empeño casi personal del presidente, Joko Widodo, que llegó a viajar a Moscú y Kiev en junio para entrevistarse con sus respectivos líderes.

Aunque ni Putin ni el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski -quien este martes intervino por videoconferencia- viajaron a Bali como buscaba Jokowi, el hecho de que de momento haya habido una dinámica fluida y que se pueda firmar una declaración conjunta son ya un éxito para Indonesia.

Zelenski, en una intervención telemática en la que se refirió en varias ocasiones al grupo como el "G-19" -excluyendo a Rusia-, afirmó que sus tropas "no permitirán a Rusia que se tome un respiro".

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, respondió tachando de "irreales e inadecuadas" sus propuestas presentadas durante la cumbre para iniciar negociaciones de paz, al tiempo que acusó a Kiev de bloquear cualquier opción de este tipo.

EL PROTAGONISMO DE XI

La primera jornada de la cumbre estuvo marcada, además, por una frenética actividad de reuniones bilaterales, especialmente por parte del presidente de China, que tras casi un trienio sin salir de su país por la pandemia se convirtió en Bali en el líder más codiciado.

Xi arrancaba el día encontrándose con su homólogo francés, Emmanuel Macron y, tras varias sesiones grupales, le esperaban más citas: con los líderes de Argentina, Alberto Fernández, con la italiana Georgia Meloni, el australiano Anthony Albanese, el senegalés Macky Sall, el sudafricano Cyril Ramaphosa y el surcoreano Yoon Suk-yeol.

También formó parte del elenco Sánchez, que participa en la cumbre al ser España invitado permanente del grupo. El presidente del Gobierno destacó al presidente la capacidad del país asiático como potencia estabilizadora y le pidió usar esa influencia para convencer a Putin de que ponga fin a la guerra en Ucrania.

Por su parte, según fuentes diplomáticas, Xi subrayó que no se puede "sobreestimar" el poder de China en ese sentido, cuando el país hace malabares por mantener el apoyo a Rusia sin que eso le aleje de sus socios occidentales.