Elecciones legislativas
Los republicanos de EEUU amagan con recortar las ayudas a Ucrania si recuperan el Congreso
Guía para entender las 'Midterms', las elecciones de medio mandato en EEUU
Los conservadores quieren que la UE asuma una mayor responsabilidad y expresan en público sus divisiones sobre el camino a seguir
![Ucrania Bucha 22/10/2022 Casa destruida durante la ocupación rusa de Bucha. El dueño fue asesinado y la dueña ha tenido que reubicarse. FOTO: RICARDO MIR DE FRANCIA](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/c74ab5a3-feb6-4fde-8fca-233766307cae_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Ucrania Bucha 22/10/2022 Casa destruida durante la ocupación rusa de Bucha. El dueño fue asesinado y la dueña ha tenido que reubicarse. FOTO: RICARDO MIR DE FRANCIA / RICARDO MIR DE FRANCIA
![Ricardo Mir de Francia](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/cec0c068-8b88-4514-9c71-066a9421a765_source-aspect-ratio_default_0.jpg)
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Ricardo Mir de Francia
Periodista
Especialista en política internacional y reportero. Fue corresponsal en Washington durante una década, donde cubrió las presidencias de Obama, Trump y los inicios de Biden. Antes estuvo otros seis años en Oriente Medio. Licenciado en Periodismo por la Pompeu Fabra y con estudios de posgrado en Derecho Internacional, se ocupa actualmente de la guerra en Ucrania. Interesado también en temas de investigación, geopolítica de la energía, cambio climático y economía.
La guerra de Ucrania se libra en el campo de batalla, pero también en los despachos occidentales donde se negocia la ayuda militar y financiera que ha permitido a Kiev defenderse de la invasión rusa mucho mejor de lo que sus capacidades iniciales auguraban. Durante mucho tiempo se dijo que la unidad europea frente a la agresión del Kremlin era el eslabón más débil en el frente común de apoyo occidental a Ucrania. Pero esa percepción ha empezado a cambiar a raíz de los buenos resultados que las encuestas prevén para los republicanos en las elecciones legislativas del martes en Estados Unidos. Parte del partido de Donald Trump ha pasado a cuestionar con insistencia la ayuda Ucrania y no se descarta que el respaldo masivo de Washington se resienta si los conservadores recuperan el control del Congreso.
Hace poco más de dos semanas llegó la advertencia más clara, pronunciada por Kevin McCarthy, el hombre que presidirá la Cámara de Representantes si su partido vuelve a mandar en la Cámara Baja como anticipan los sondeos. "Me parece que la gente va a tener que enfrentarse a una recesión y no le va a escribir un cheque en blanco a Ucrania", dijo durante una entrevista. "Simplemente no lo harán. No es un cheque en blanco gratuito". McCarthy matizó después que más que dejar sin ayudas a su aliado eslavo estaba proponiendo una mayor supervisión para asegurar que los fondos llegan a buen puerto y se destinan a los fines concebidos.
No hay duda, sin embargo, de que la ayuda a Ucrania se está convirtiendo en un asunto partidista. De acuerdo con una encuesta de esta semana del 'Wall Street Journal', el 48% de los votantes republicanos consideran que EEUU está haciendo demasiado para respaldar a Kiev, una opinión que en marzo solo expresó el 6% de sus votantes. "Llegados a este punto creo que le hemos dado suficiente ayuda a Ucrania", decía recientemente el candidato a senador por Ohio, J. D. Vance, vinculado a la corriente aislacionista del Partido Republicano. "No podemos financiar un conflicto militar de larga duración que acabará teniendo un rédito menguante para nuestro país". Entre los demócratas, sin embargo, un 81% es partidario de incrementar las ayudas.
Lucha interna en el partido
El escepticismo creciente en el campo conservador ilustra el giro que ha dado el partido en los últimos años, tras los fiascos de Irak y Afganistán. Algunos de sus pesos pesados, como Mitch McConnell o Lindsey Graham, siguen abanderando las posiciones neoconservadoras que dieron pie a aquellas guerras, una mezcla de músculo militarista e intervencionismo mesiánico que sitúa a EEUU como el garante de la democracia en el mundo. Pero esa corriente está perdiendo peso frente a las tesis aislacionistas por un lado y el chovinismo conspiratorio de la extrema derecha por otro, más proclive a la desinformación de la propaganda rusa. Trump oscila entre esas tres posiciones, según el momento.
"Con los republicanos, ni un solo penique irá a Ucrania", decía esta semana Marjorie Taylor-Green, representante de esa última corriente, una congresista que ha llegado a definir las ayudas de la Casa Blanca como "una operación de lavado de dinero".
"Hay una lucha interna en las filas republicanas entre los conservadores al estilo Reagan, partidarios de darle a Ucrania todo lo que necesite, y los trumpistas, para los que hay otras cosas más importantes", asegura a este diario Daniel Hamilton, un exalto cargo del Departamento de Estado, ahora en la Brookings Institution. "Probablemente mantendrán los suministros de armas, pero pasarán a cuestionar cada vez más por qué EEUU está aportando el grueso de la ayuda financiera, cuando Ucrania es un país europeo", añade el analista.
En Kiev preocupa la posición que puedan adoptar los republicanos. Sus líderes recibieron inicialmente con "desmayo" la afirmación sobre el cheque en blanco de McCarthy, pero desde entonces han expresado su confianza en que las ayudas se mantendrán. Sin ellas hubiera sido prácticamente imposible que su ejército pudiera pasar a la ofensiva o que su economía siga en pie a pesar de haberse reducido un 35% del PIB. Y es que hasta ahora Kiev ha recibido unos 91.000 millones de euros de sus aliados, según el Kiel Institute for the World Economy, equivalente al 60% de su PIB en 2019, antes del comienzo de la pandemia.
EEUU aporta el grueso de las ayudas
EEUU es su principal patrón financiero. Washington ha transferido hasta la fecha 52.000 millones de euros en ayuda militar, financiera y humanitaria a Ucrania, casi el doble que los 29.000 millones aportados colectivamente por los miembros de la Unión Europea, según el Kiel Institute. Fondos, estos últimos, que además se están desembolsando con retraso.
Desde el ala más tradicional del Partido Republicano sus líderes insisten en que las ayudas se mantendrán. "La gran mayoría de nosotros, incluyéndome a mí, pensamos que derrotar a Rusia es una prioridad", dijo en septiembre McConnell, el líder de la formación en el Senado, antes de pedirle esta misma semana a la Casa Blanca que incremente la contribución a Ucrania. Lo que está claro es que si los republicanos retoman el control del Congreso utilizarán sus comités para fiscalizar las ayudas, aunque solo sea para tratar de manchar políticamente a sus rivales demócratas.
Y si EEUU acaba reduciendo su respaldo, será la UE la que tenga que asumir un mayor protagonismo si quiere frustrar las ambiciones de Vladímir Putin. "Espero que Europa se dé cuenta de que tiene que hacer más", afirma Hamilton. "EEUU considera, por ejemplo, que es la UE la que tendrá que pagar la reconstrucción de Ucrania, estimada en un billón de dólares. Solo falta ver si Europa está dispuesta a asumir la responsabilidad".
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