A dos semanas del fallido magnicidio

"Voy a mandar a matar a Cristina", se jactaba en WhatsApp la organizadora del atentado contra la vicepresidenta

Brenda Uliarte, de 23 años, aparece como la organizadora del intento de magnicidio

Camuflada en la calle como vendedora de golosinas trató dos veces de consumar el crimen político

Brenda Uliarte, detenida.

Brenda Uliarte, detenida. / Twitter

Abel Gilbert

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 La investigación del fallido atentado contra Cristina Kirchner comienza a abrirse a otras hipótesis. Fernando Sabag Montiel, el joven que el 1 de setiembre intentó disparar dos veces a la vicepresidenta argentina, aparece ahora apenas como el ejecutor de un acto que habría llevado a este país a una catástrofe política si se hubiera consumado. "Hoy me convierto en San Martín, voy a mandar a matar a Cristina”" le contó Brenda Uliarte, de 23 años, a una amiga, Agustina Díaz, desde el pasado miércoles arrestada por orden de la jueza María Eugenia Capuchetti. San Martín es el héroe patrio por excelencia y la novia de Sabag Montiel creyó que desempeñaba un papel análogo. Los mensajes de WhatsApp que intercambiaba con Díaz y que fueron encontrados en su teléfono la muestran como la organizadora de un magnicidio que se quiso llevar a cabo en dos oportunidades.

"Me re pudrí (hastié) que hablen y no hagan nada. Yo si voy a hacer. Se me metió el espíritu de San Martín en el cuerpo. Que hija de puta se metió adentro antes de que le meta el tiro", se lamentó Uliarte el pasado 27 de agosto. Ese día trató junto con Sabag Montiel llevar por primera vez sus palabras a los hechos cuando Fernández de Kirchner salió de su departamento, en el barrio Recoleta de la ciudad de Buenos Aires, para arengar a quienes se manifestaban ahí a su favor tras la decisión del fiscal Diego Luciani de pedir 12 años de prisión y la inhabilitación perpetua de la vicepresidenta, en el marco de una causa por supuestos negociados en la obra pública durante sus Gobiernos (2007-15).

"¿Por qué falló el tiro? ¿Cómo mandaste a este tarado?... ¿se puso nervioso?", le reprochó Díaz a Uliarte, la principal responsable, según Capuchetti, de llevar adelante el "ataque planificado" con el propósito de "dar muerte a Cristina Kirchner".  La amiga de la confabuladora, bajo arresto hace varios días, supone que ella, camuflada como una simple vendedora de golosinas en la calle, había contratado un asesino profesional. "¿Cuánto te cobró?", quiere saber. Uliarte le informa que no tuvo que pagar nada.  "Lo hizo porque también está recaliente con lo que está pasando. Te juro que a esa la voy a bajar. Me tiene repodrida (cansada) que ande robando y quedé impune". Díaz festeja semejante osadía. Sin embargo, cree que tendrá sus inmediatas consecuencias. "Te van a buscar por todos lados si se enteran de que eres cómplice de la muerte de la vicepresidenta". A lo que una Uliarte jactanciosa de ser la cabeza del atentado y no la mano ejecutora responde: "por eso mandé a alguien".

"Pasar a la acción"

El 1 de setiembre, la noche en que todo un país observo en las pantallas cómo Fernández de Kirchner estuvo a escasos segundos de perder la vida, Uliarte merodeaba en los alrededores de la zona. Tras el episodio, Díaz vuelve a comunicarse con ella. "¿Por qué falló el tiro? ¿No practicó antes o le falló la adrenalina del momento?", quiso saber y le sugirió a Uliarte que elimine todas sus cuentas en las redes sociales y destruya su teléfono celular. La justicia le ganó de mano. En su interior, los investigadores encontraron informaciones valiosas para la causa, imágenes de Sabag Montiel y su novia con el arma que se utilizó en el intento de asesinato y bravatas de todo tipo. "Hay que pasar a la acción. Pongamos (una bomba) molotov en la Casa Rosada (sede del Ejecutivo)".

Otras medidas judiciales

La magistrada ordenó a su vez el arresto de otro joven, Nicolás Gabriel Carrizo, relacionado con Uliarte, Sabag Montiel y Díaz. Las cámaras de seguridad lo han grabado varios días previos al atentado, así como el mismo 1 de setiembre. En sus estados de WhatsApp se encontraron amenazas contra el presidente Alberto Fernández. "Seguro el próximo eres tú".

 Pero, a la par, la jueza trata de comprobar si estos están relacionados con dos grupos de extrema derecha, Revolución Federal y Nación de Despojados, responsables de haber realizado ataques contra funcionarios del Gobierno peronista y acciones callejeras con representaciones de ejecuciones o bolsas mortuorias. A la vez, se busca verificar si existe un vínculo de esas personas con una iracunda vecina de la vicepresidenta, en cuya casa vivió temporalmente la abogada que defiende a integrantes de Revolución Federal y Nación de Despojados.