Escalada violenta

La ofensiva de Israel en Gaza suma ya 41 palestinos muertos, entre ellos 15 niños

La Yihad Islámica asegura haber lanzado cohetes hacia Jerusalén

La ofensiva de Israel en Gaza suma ya 29 palestinos muertos, entre ellos 6 niños

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

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Cielos en calma en Gaza e Israel. Después de tres jornadas de intensos bombardeos sobre el enclave palestino, la Yihad Islámica e Israel han acordado un alto el fuego, gracias a la mediación de Egipto. El acuerdo pone fin a unas 72 horas intensas donde la muerte, la desolación y el peligro han vuelto a condenar a los habitantes del enclave. La última ofensiva israelí sobre Gaza se ha cobrado la vida de 41 palestinos, 15 de los cuales eran solo niños.

Khalil Abu Hamad ha sido uno de ellos. Khalil fue un bebé muy deseado. Tras casi tres lustros de matrimonio y repetidos intentos de embarazo, sus padres, pletóricos, dieron la bienvenida a este niño hace 17 años. Hoy, su madre abraza su rostro inerte mientras lamenta su cruel pérdida. La destrucción ha vuelto a extenderse por los rincones de Gaza mientras unas 311 personas se recuperan en maltrechos hospitales de las heridas de la violencia israelí.

El terror ha vuelto a dominar las vidas de las 2,3 millones de personas que viven encerradas en la bloqueada franja. Los cielos a la orilla de la Mediterránea han sido tomados por bombardeos israelís y cohetes palestinos. Durante más de 48 horas, las bombas han caído sobre el enclave ya sitiado. El nuevo primer ministro de Israel, el interino Yair Lapid, se apunta así un nuevo tanto en su campaña electoral a apenas tres meses de los comicios. Aunque la repentina escalada de violencia provocada por los ataques israelís ha “neutralizado” a parte de la cúpula de la Yihad Islámica, el escenario de destrucción y desolación en que se ha vuelto a convertir Gaza habla por sí solo.

Estrategia electoral

Pese a la llegada del alto el fuego, muchos se atreven a criticar las acciones del Ejecutivo ahora liderado por Lapid. La ofensiva irrumpe en plena crisis política en Israel, con el país preparándose para sus quintas elecciones en menos de cuatro años. Durante los últimos dos días, los israelís de la frontera pero también de Jerusalén y Tel Aviv han tenido que correr a los refugios antiaéreos para protegerse de los cohetes de la Yihad Islámica. Mientras aguardaban a que los cielos volvieran a callar, muchos se preguntaban qué es lo que ha llevado a su país de nuevo a una inminente guerra.

No es novedad que las ofensivas coincidan con momentos de precampaña electoral. En este caso, el expresentador de televisión y ahora mandatario Lapid se prepara para revalidar su puesto como primer ministro. Su inexperiencia en seguridad es bien conocida entre la sociedad israelí. Por eso, podría haber hecho coincidir esta escalada de violencia con el crítico momento político actual para posicionarse como un hombre fuerte, capaz de defender a Israel, como hacía su rival, Binyamín Netanyahu.

Sin infraestructuras

Mientras tanto, los palestinos languidecen de nuevo. Los edificios residenciales han sido bombardeados, las infraestructuras yacen en ruinas, y el fantasma de otra guerra sobre un territorio mil veces castigado desespera a la población. No han pasado ni 15 meses desde la última guerra entre Israel y Hamás. En mayo del 2021, unos 265 palestinos fueron asesinados por los bombardeos israelís; al otro lado de la frontera, murieron 13 personas. Esta vez, los gazatís han visto desmoronarse todo aquello que lograron reconstruir.

Otra vez la vida diaria en la Franja se ha paralizado. Decenas de personas tratan de sacar a hombres, mujeres y niños de debajo de las ruinas para llevarlos corriendo al hospital. Por su parte, la única central eléctrica del enclave ha cerrado este sábado por la falta de combustible después de que Israel cerrara sus cruces fronterizos. El Ministerio de Salud de Gaza ha advertido del riesgo de suspender servicios vitales en 72 horas como resultado de la falta de electricidad. La semana pasada los gazatís apenas tenían 10 horas de luz al día. Ahora, son solo cuatro.

También el cruce fronterizo de Erez, que conecta Israel con Gaza y que lleva cerrado desde principios de semana, ha sido dañado por un mortero palestino. Este lugar facilita el paso diario de miles de habitantes del enclave que trabajan en Israel. No se han registrado víctimas. Según el Ejército Israelí, los grupos palestinos han disparado más de 935 cohetes hacia Israel desde el viernes, la mayoría de los cuales han sido interceptados por el sistema antimisil de la Cúpula de Hierro.

Hamás, al margen

En este caso, es la Yihad Islámica quién está protagonizando en soledad la lucha contra Israel. Este grupo, el más pequeño de las dos principales formaciones militantes palestinas en Gaza, goza del apoyo financiero y militar directo de Irán, gran enemigo de Israel. También es considerada una organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea y otros gobiernos. Al no gobernar, la Yihad Islámica dispone de más margen de maniobra para atacar a Israel. 

Por ahora, Hamás se ha mantenido al margen de los ataques. Desde que tomó el poder en el 2007, el grupo militante ha librado cuatro guerras con Israel, a menudo con el apoyo de la Yihad Islámica. En esta última escalada, no ha participado y ha ejercido una leve presión sobre el otro grupo de la Franja para que acepte la tregua. Los militantes de Hamás se muestran prudentes para evitar la ira de la sociedad palestina si se posicionan en contra de la Yihad Islámica. A su vez, se prevé un aumento del apoyo popular a este grupo menor tras la ofensiva. 

Desde Cisjordania y desde las ciudades mixtas y palestinas de Israel, ha habido protestas en solidaridad con los gazatís. En territorio israelí, se ha reforzado la seguridad para evitar altercados. El año pasado, las manifestaciones por el pueblo de Gaza bajo agresión se convirtieron en un movimiento de unión palestina, al que las autoridades israelís aún temen. 

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