Investigación de fuentes abiertas

Bellingcat, el colectivo que usa internet para destapar crímenes de guerra en Ucrania

Sigue en directo la última hora de la invasión militar desplegada por Rusia

El grupo creado por el investigador Eliot Higgins ha analizado los datos compartidos en las redes sociales para documentar y destapar abusos como los cometidos por Putin, Estado Islámico o Al-Asad

Eliot Higgins, investigador de fuentes abiertas y fundador del proyecto Bellingcat

Eliot Higgins, investigador de fuentes abiertas y fundador del proyecto Bellingcat / Stephan Röhl / CC BY-SA 3.0

Carles Planas Bou

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La guerra entre Rusia y Ucrania ha producido un torrente de sobreinformación que inunda constantemente las redes sociales. Para muchos, procesar esa ingente cantidad de datos puede ser una tarea agotadora, pero para Eliot Higgins es clave para poder destapar posibles crímenes de guerra. Eso es lo que hace junto a Bellingcat, un colectivo de investigadores que analiza y verifica el océano de imágenes y vídeos que circula por internet para explicar lo que sucede en el mundo y que se ha convertido en una referencia para entender el conflicto en el este de Europa.

En 2011, Higgins estaba aburrido en su trabajo como administrativo cuando empezó a seguir la cobertura en directo que ‘The Guardian’ hacía de la Primavera Árabe. La revuelta en Libia captó su atención y usando imágenes por satélite de Google Maps, vídeos de Youtube y su olfato pudo informar antes que nadie de qué zona controlaban los rebeldes. Todo desde su ordenador, a miles de kilómetros del conflicto.

Investigación al alcance de clic

Más de una década después, Higgins es el líder de Bellingcat, un proyecto de investigación con sede en Países Bajos que cuenta con 22 empleados. Ese equipo de profesionales y voluntarios se dedica a analizar quirúrgicamente imágenes, vídeos y mapas sacados de internet y cruzar esos datos para encontrar evidencias ocultas y destapar lo que ocurre en zonas no accesibles para los periodistas. “Las redes lo ponen todo junto. Intentamos procesar toda esa información para hacerla más digerible (…) y rendir cuentas”, explica Higgins en una conversación telefónica con EL PERIÓDICO. Esta reputada táctica, de la que Higgins es el principal pionero mundial, se conoce como inteligencia de fuentes abiertas (OSINT, en sus populares siglas en inglés).

Este método está siendo clave para comprender la guerra de Ucrania. En poco más de tres semanas de conflicto, Bellingcat ha expuesto el uso de bombas de racimo —prohibidas por casi 100 países—, los autores de ciberataques rusos contra Kiev y está documentando los ataques contra la población civil. Todo de forma pública y transparente, lo que permite al público juzgar por sí mismo. “Probar crímenes de guerra en un tribunal es muy difícil, pero estamos recopilando evidencias para poder crear un caso”, asegura.

La primera gran investigación de Bellingcat, en 2014, reveló que el vuelo número 17 de Malaysia Airlines fue abatido cuando sobrevolaba Ucrania con un misil ruso lanzado por los separatistas prorrusos del Donbás. El ataque mató a 298 personas. Un año antes, Higgins demostró que el régimen de Bashar al Asad había usado armas químicas en Siria.

De Siria a Ucrania, la huella rusa

Los años de estudio de la guerra siria, asegura, han sido claves para saber cómo investigar la invasión rusa de Ucrania, donde el Kremlin está replicando las mismas tácticas. “Culpan al nacionalismo ucraniano de sus acciones y mienten constantemente asegurando que Kiev prepara ataques químicos de falsa bandera para generar miedo”, explica. Desde 2018, Moscú habría advertido en más de 60 ocasiones de esos ataques en Siria y nunca han sido verdad.

Higgins es muy activo en Twitter, donde fluye mucha de esa información. Bellingcat también expone y desmiente la campaña de desinformación que las autoridades rusas vierten en la plataforma. “Intentan distraer su responsabilidad en la guerra con proclamas extravagantes, como cuando dijeron que el bombardeo del hospital en Mariúpol fue un montaje de actores”, asegura. Aún así, Higgins cree que esos bulos están siendo “mucho menos efectivos” que en Siria, en parte porque desde 2011 la comunidad de inteligencia de fuentes abiertas es mucho mayor, tiene más experiencia y coopera con medios, gobiernos y oenegés “para que a Rusia le sea mucho más difícil ocultar información”.

El trabajo de Bellingcat ha permitido identificar a los autores del envenenamiento del líder opositor ruso Alekséi Navalni, del asesinato del exespía Sergei Skripal y de otros disidentes rusos. Eso ha llevado al Kremlin a catalogar ese colectivo como un “agente extranjero” y ha arrestado en más de una ocasión al periodista Roman Dobrokhotov, que ayudó a destapar esos escándalos.

Empoderamiento ciudadano

Apodado por la revista GQ como “el periodista más innovador del mundo”, la influencia de Higgins se ve en medios actuales como el New York Times o la BBC, que han apostado por ese método. Los expertos de Bellingcat han sido citados en congresos como el de EEUU para exponer los abusos documentados durante años. El desarrollo de los móviles y la normalización de compartir contenido en las redes sociales ha acelerado la adopción de las fuentes abiertas.

En la milenaria fábula de Esopo se cuenta la historia de un grupo de ratones que buscan ponerle un cascabel a un gato para que el ruido los prevenga de cada uno de sus ataques. Ese relato es el que da nombre a Bellingcat y el que identifica su misión: empoderar el periodismo ciudadano cooperativo para arrojar luz sobre los abusos que los poderosos desean ocultos.

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