Bolsonaro expresa a Putin la "solidaridad" de Brasil con Rusia

Las palabras del presidente provocaron desconcierto en su país con la crisis en la frontera de Ucrania de trasfondo

Evitó la Tercera Guerra Mundial", señalan sus seguidores en las redes sociales al comentar su visita a Moscú

Putin recibe a Bolsonaro entre sonrisas y sin distancia de seguridad

Putin recibe a Bolsonaro entre sonrisas y sin distancia de seguridad. /

Abel Gilbert

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"Nos solidarizamos con Rusia", le dijo el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a su colega Vladimir Putin, durante su encuentro en Moscú. Sus palabras provocaron cierto desconcierto en su país. "No dijo en qué se solidariza, pero su anfitrión está en el centro de una de las mayores crisis de seguridad del mundo desde el final de la Guerra Fría", señaló el diario Folha de San Pablo. Ese gesto, añadió, será interpretado "como apoyo" al Kremlin "en los círculos diplomáticos occidentales", a pesar de que la experta diplomacia brasileña "mantendrá su línea de independencia y defenderá soluciones pacíficas a los conflictos en todo el mundo".

 “Queremos colaborar en muchas áreas”, le dijo también Bolsonaro a Putin. Defensa, energía y agronegocios son las áreas que podrían acercar más a los dos países. Moscú está especialmente en ampliar sus mercados en América Latina y, en particular Brasil, su socio en el G20 y el BRICS, bloque que comparten con China, India y Sudáfrica. Por ahora, solo el 0,6% de sus exportaciones tienen como destino ese país. "Lo que pretendemos hacer es ampliar los negocios. El presidente no tuvo miedo de venir aquí", dijo Fernando Castro Marques, quien encabeza la delegación de empresarios brasileños. El capitán retirado había comparado su visita a Moscú con la realizada por el último emperador brasileño en 1876. "Don Pedro II fue el primer estadista brasileño en visitar Rusia, 146 años después tengo la satisfacción de seguir el mismo camino".

 Horas antes de encontrarse a una distancia prudencial de Putin, por su rechazo a vacunarse contra el covid-19, y visitar la Tumba del soldado desconocido, la ultraderecha aseguró que Bolsonaro había contribuido también con su viaje al retiro de las tropas rusas en la frontera con Ucrania. "Bolsonaro evitó la guerra", hizo saber en las redes sociales el ex ministro y empresario Luciano Hang. Blanco de las investigaciones del Tribunal Supremo Electoral (TSE) por diseminar noticias falsas, la influencer Bárbara Destefani sostuvo en Twitter que, al entrar en el espacio aéreo ruso, el presidente "llamó a Putin desde el avión y le dijo que se olvidara" de un conflicto armado.  El exministro de Medio Ambiente Ricardo Salles consideró por su parte que Bolsonaro debería recibir el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos de disuasión. Salles dijo luego que sus memes habían sido una broma y solo un "imbécil" podría haberlos tomado en serio. Pro esa no ha sido la creencia del bolsonarismo más radical, muchas veces imposibilitado a distinguir la diferencia entre un meme y la realidad política.

Al asumir el poder, a principios de 2019, el capitán retirado quiso reeditar la retórica de la Guerra Fría e hizo de su anticomunismo una profesión diaria de fe, tan importante como haberse bautizado en las aguas del río Jordán para congraciarse con los pastores evangelistas. Antes de subirse a un avión con destino a Rusia, Bolsonaro encontró una razón de afinidad con Putín: dijo que es tan conservador como él. Su ex ministro de Exteriores, Ernesto Araújo, un aliado en su momento de Steve Bannon, lamentó el viaje. "Creo que está mal en muchos sentidos".

Al aterrizar, Bolsonaro fue recibido por el vicecanciller ruso, Sergei Ryabkov, y por el director de Protocolo del Kremlin, Igor Bogdachev. Medios de prensa brasileños han consignado que el visitante se siente incómodo con la llamada "burbuja covid" del Kremlin con la cual Putin se blinda ante cualquier posible contacto. El presidente no solo rechazó inmunizarse. Su Gobierno no cumplió los acuerdos que había firmado con Rusia para la provisión de la vacuna Sputnik V.

Deriva diplomática

"Desairado por los líderes occidentales, el capitán retirado intenta encajar con Vladimir Putin. Es la única opción que le queda para disimular su aislamiento internacional. El presidente marcó el comienzo de la era de la antidiplomacia. Nombró a un canciller que no pasaría un examen psicotécnico, fabricó crisis con países amigos e invirtió en halagos a Donald Trump. Cuando el republicano fue derrotado, avaló la mentira del fraude electoral. Expuso a Brasil al ridículo y se convirtió en persona non grata en la Casa Blanca", señaló Bernardo Mello Franco, columnista del diario carioca O Globo.

Según The New York Times, Bolsonaro exigió a la diplomacia norteamericana una invitación para visitar Estados Unidos o al menos una llamada telefónica de su colega Joe Biden. De lo contrario, buscaría reunirse con un líder de otra gran potencia. "No sé qué estaba haciendo en Rusia. Cuando un presidente viajaba, se anunciaba con anticipación la agenda, lo que iba a hacer y con quién se iba a reunir. Hasta ahora, nada…”, dijo Luiz Inacio Lula da Silva, su seguro rival en las elecciones de octubre, en la que le lleva una considerable ventaja en las encuestas. “Espero que al menos al final de su mandato, haga algo útil y no vuelva aquí".