Escándalo en Perú: el tercer Gobierno de Pedro Castillo ha durado apenas tres días

En medio de una ola de críticas por haber designado a un premier con un historial de violencia de género, Castillo decidió volver a reformar su gabinete de ministros

Se trata de la tercera crisis desde que asumió, el pasado 28 de julio, y varios analistas le auguran problemas que pueden ser terminales para su Gobierno

El presidente de Perú, Pedro Castillo, en una imagen de archivo.

El presidente de Perú, Pedro Castillo, en una imagen de archivo. / CLAUDIA MORALES

Abel Gilbert

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"Sainete". El editorial del diario limeño Perú 21 ha comentado de esa manera la decisión del presidentes de izquierdas Pedro Castillo de nombrar a un premier de derechas y maltratador de mujeres como Héctor Valer. El "sainete" ha pasado a otra escala en la tarde del viernes porque Castillo decidió que su tercer Gobierno durara apenas tres días. Aunque oficialmente no se anunció la dimisión de Valer, casi nadie en Lima apostaba por su continuidad después de que un coro variopinto reclamara su salida del Gobierno. El maestro rural se vio obligado otra vez "recomponer" su gabinete de ministros.

"Estos cambios se harán teniendo en cuenta la apertura a las fuerzas políticas, académicas y profesionales del país. Más allá de la forma de pensar o de ideologías, debemos apuntar a servir de la mejor manera al peruano de a pie que lucha día a día, al emprendedor que es el motor del país y a nuestras hermanas y hermanos del Perú profundo", dijo el mandatario. A estas alturas, su credibilidad se ha devaluado.

A seis meses de su asunción, y tras ganarle la segunda vuelta a la derechista Keiko Fujimori por muy pocos votos, Castillo atraviesa algo más que una nueva crisis. La incomprensible designación de Valer, quien tenía sobre sus espaldas denuncias de violencia familiar y, además, ataques de cruel misógina en las redes sociales contra Verónika Mendoza, la antropóloga y dirigente de Nuevo Perú (izquiedas) que apoyaba al Gobierno, parece inaugurar a ojos de varios analistas, una fase posiblemente terminal de esta gestión iniciada el pasado 28 de julio. "El principio del fin", señaló el portal del periodista César Hildebrant. "Castillo decide dispararse de nuevo. Esta vez –todo lo indica– el tiro será definitivo".

Castillo cree que todavía tiene margen de supervivencia. "Nuestros ciudadanos no quieren ver más confrontaciones ni comportamientos obstruccionistas y antidemocráticos, tampoco anuncios de vacancias, anuncios de cierres del Congreso y proyectos para recortar facultades del Parlamento o del Ejecutivo, ni interpelaciones y censuras injustificadas. No podemos seguir en lo mismo, aprendamos del pasado", dijo el presidente en su mensaje al país.

Críticas desde todos los frentes

Los efímeros compañeros de ruta de Castillo han sido lapidarios con su manera de gestionar las situaciones y la falta de consistencia política. "Sabíamos que este sería un Gobierno en disputa, asediado por la derecha golpista, pero también por la precariedad institucional, el oportunismo y el sectarismo. Conscientes de tal desafío, asumimos con responsabilidad la esperanza y demanda de cambio de millones de peruanos expresadas con su voto", dijo Mendoza, una vez rotas las frágiles amarras que la unía al maestro rural.

Vladimir Cerrón, el líder de Perú Libre, la fuerza de izquierdas de ribetes ortodoxos que promovió la candidatura presidencial de Castillo, tampoco ahorró críticas. "El proceso de enseñanza-aprendizaje al que se ha sometido es penosamente improductivo".  A su criterio, la derechización de su aliado comenzó cuando desplazó al premier Guido Bellido.

Los ministros que dimitieron días atrás, entre ellos la expremier Mirtha Vásquez, y el saliente titular de Economía, Pedro Francke, tampoco dejaron una buena imagen del jefe de Estado. "Rechazo que algunos exfuncionarios a quienes otorgué toda la confianza para formar parte de mi Gobierno, hoy formulen declaraciones irresponsables alimentando con ello la inestabilidad y la incertidumbre política", se quejó este viernes Castillo, cada vez más solo y acorralado.

"Diversas movilizaciones de colectivos ciudadanos van comenzando a calentar la calle", señaló el diario La República, sobre el conflicto que se avecina al Gobierno. El otro frente de tormentas es el Congreso, donde otra vez comienza a hablarse de una moción de censura contra el mandatario.

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