Crisis en Asia Central

El presidente de Kazajistán viaja al epicentro de las protestas tras sofocarlas con fuerza

La subida del precio del gas licuado, alternativa más asequible a la gasolina, fue el detonante de las manifestaciones en Almaty, epicentro de la contestación

Hasta el momento las revueltas han dejado un balance de 164 muertos, un millar de heridos y casi 10.000 detenidos

El presidente de Kazajistán, Kassim Jomart-Tokáyev, durante la conferencia que ha mantenido este lunes con sus alidados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), este lunes.

El presidente de Kazajistán, Kassim Jomart-Tokáyev, durante la conferencia que ha mantenido este lunes con sus alidados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), este lunes. / PRESIDENCIA DE KAZAJISTÁN

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El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, ha viajado este miércoles a Almaty, epicentro de las violentas protestas acontecidas la semana pasada que sacudieron a la república centroasiática y que fueron sofocadas con dureza por los cuerpos de seguridad kazajos. Según ha señalado a medios locales el portavoz presidencial, Berik Uali, el líder del Ejecutivo participó en una reunión del gabinete de crisis de Almaty, principal centro financiero del país y ciudad más poblada de Kazajistán. También se ha reunido con familiares y amigos de los 18 miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad que perdieron la vida durante los disturbios, ha expresado sus condolencias y ha entregado condecoraciones.

Las protestas comenzaron el pasado día 2 de enero, inicialmente por la duplicación del precio del gas licuado, utilizado en Kazajistán como una alternativa barata a la gasolina. Las manifestaciones, alentadas por el descontento ciudadano con las élites económicas y políticas y la corrupción, devinieron rápidamente en disturbios y fueron reprimidas por las fuerzas kazajas en una operación que el Gobierno tildó de "antiterrorista".

Ayuda rusa

Tres días después del estallido de las protestas, Tokáyev pidió ayuda a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), liderada por Rusia y formada también por Armenia, Bielorrusia, Kirguistán y Tayikistán, además del propio Kazajistán. En lo que ha sido su primera intervención en un país socio, la OTSC envió 2.030 soldados a la mayor república centroasiática con la tarea de proteger infraestructuras estratégicas del país y contribuir a la estabilización de la crisis.

Por su parte, Astaná intenta justificar la represión y la presencia de tropas de la OTSC por la "amenaza terrorista" al país, ya que asegura que los manifestantes son "terroristas internacionales", aunque no ha presentado pruebas. Hasta el momento, las protestas han dejado un balance de al menos 164 muertos, 1.000 heridos y casi 10.000 detenidos.