Vulneración de derechos
Egipto levanta el estado de emergencia por primera vez desde 2017
El presidente Abdelfatah al Sisi ha anunciado esta medida dos meses después que Biden amenazara con no mandar parte de la ayuda estadounidense anual si no mejoraba su pobre historial de derechos humanos
Los críticos del mandatario militar denuncian que se trata de un cambio cosmético que no sacará a los más de 60.000 presos políticos de las cárceles y no detendrá la represión y el control del régimen de Sisi
Andrea López-Tomàs
Periodista y politóloga. Corresponsal en Oriente Próximo desde Beirut.
Sisi busca un cambio de imagen. El presidente egipcio ha anunciado el levantamiento del estado de emergencia que asfixiaba al país desde abril de 2017. Bajo este decreto, el régimen de Abdelfatah al Sisi ha gozado de una autoridad absoluta para reprimir protestas y encarcelar disidentes. El toque de atención de la Administración Biden y las acusaciones por parte de organizaciones humanitarias sobre sus flagrantes vulneraciones de derechos humanos han contribuido a este giro. Pero desde Egipto y el exilio, activistas y críticos apuntan que se trata sólo de un cambio cosmético.
"Egipto se ha convertido, gracias a su gran gente y sus hombres leales, en un oasis de seguridad y estabilidad en la región", ha afirmado en un comunicado en Facebook. El país de los faraones lleva prácticamente desde 1981 en estado de emergencia. El expresidente Hosni Mubarak lo decretó tras el asesinato de su predecesor, Anwar Sadat, y se mantuvo durante tres décadas hasta su derrocamiento en 2011. Sisi lo aplicó a partir de los atentados en dos iglesias coptas cristianas en abril de 2017. Desde entonces, lo ha ido renovando cada tres meses.
Decenas de miles de críticos del Gobierno, entre ellos periodistas, activistas y defensores de los derechos humanos, languidecen en las cárceles egipcias desde hace años. Según las organizaciones humanitarias, hay al menos 60.000 presos políticos en Egipto. Gracias al estado de emergencia y bajo el argumento de la lucha contra el terrorismo, el régimen de Sisi ejerce el control sobre la vida cotidiana de su ciudadanía, monitorea y censura a los medios de comunicación y arresta a cualquiera que puede mantener en detención preventiva prolongada.
Retirada de ayudas estadounidenses
Hace dos meses, la Administración Biden avisó a Sisi de que no le llegarían 130 millones de dólares de los 1.300 millones que recibe en ayuda estadounidense anual si no mejoraba su pobre historial de derechos humanos. El presidente, que llegó al poder con un golpe de Estado en 2013, no ha mencionado las causas que han motivado el levantamiento del estado de emergencia, pero en ese aviso de Biden puede haber una pista. La comunidad internacional mira de cerca los abusos del "dictador favorito" de Trump, a quien dio carta blanca durante toda su legislatura.
"Veo esto como un movimiento puramente cosmético: Sisi ya tiene todos los poderes represivos que necesita, fuera de la ley de emergencia", ha tuiteado Amy Hawthorne, directora de investigación del Proyecto sobre Democracia en el Medio Oriente. A su vez, muchos críticos denuncian que este levantamiento no modificará la trágica situación de aquellos que viven perseguidos por el régimen. "En los próximos años, es difícil imaginar un impacto positivo de la cancelación del estado de emergencia a la luz de estas prácticas y leyes que en realidad lo perpetúan sin anunciarlo", ha dicho Amr Magdi, de Human Rights Watch.
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