Crisi humanitaria en Afganistán

El terrorismo complica la fase final de la evacuación afgana

Según el último balance, 170 personas murieron y otras 200 personas resultaron heridas en el ataque suicida perpetrado por los yihadistas de Estado Islámico en el aeropuerto de Kabul

Las tropas internacionales aceleran la evacuación de su personal de Afganistán y alertan de "amenazas terroristas reales" fuera del país

Heridos del doble atentado en el aeropuerto de Kabul reciben atención médica

Carles Planas Bou

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El goteo de muertes por el atentado terrorista perpetrado este jueves en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul no cesa. Al menos 170 personas fallecieron y otras 200 resultaron heridas en un ataque bomba que reivindicó el Estado Islámico del Jorasán, la filial del grupo yihadista en Afganistán, en una macabra acción para boicotear las maniobras de evacuación de los países aliados acordadas con los talibanes.

En el atentado fallecieron hasta 13 soldados estadounidenses, las primeras bajas de Washington en el país asiático en 18 meses y la mayor cifra de víctimas en la última década. El Pentágono ha alertado este viernes de "amenazas específicas y creíbles" de nuevos atentados en el aeropuerto. También han detallado que el jueves solo se produjo una explosión a las puertas del aeródromo de Kabul, pero no una segunda cerca del Hotel Baron, como se informó en un primer momento. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha prometido venganza. "Los perseguiremos y haremos que lo paguen", señaló, tras aceptar su responsabilidad en lo sucedido.

La masacre ejecutada por los yihadistas ha acelerado los esfuerzos de las potencias occidentales por evacuar a su personal y salir del país cuando antes. Aunque la fecha límite pactada con el régimen talibán es el próximo martes 31 de agosto, la posibilidad de que se repitan nuevos atentados está sobre la mesa. "La amenaza va a aumentar evidentemente conforme nos acerquemos a la retirada" definitiva de Estados Unidos, ha subrayado el ministro de Defensa británico, Ben Wallace. Las tropas estadounidenses que aún quedan en el país se están preparando para ello, según ha asegurado la cadena Al Jazeera.

Se acelera la salida aliada

La salida de Afganistán está siendo caótica. La anunciada retirada militar de EEUU y sus aliados dejó paso a los talibanes, que, con una rapidez inesperada, lograron la rendición de las tropas afganas y el colapso del país, con desbandada incluida de las autoridades gubernamentales. Ese error de cálculo ha puesto a Occidente en aprietos.

El triunfo talibán activó una cuenta atrás para la retirada aliada que los atentados han hecho aún más agónica y urgente. Así, las maniobras de evacuación del país se han acelerado dramáticamente. Alemania, Bélgica, Dinamarca, Canadá y los Países Bajos cerraron su salida el jueves, mientras que España y Francia lo han hecho hoy. Pero con las prisas también hay peligros. En su precipitada huida de la embajada, los británicos se descuidaron documentos confidenciales con datos personales de sus colaboradores afganos que, en manos talibanas, pueden poner en riesgo su vida, ha explicado el diario 'The Times'.

En el último mes más de 105.000 personas han salido de del país, según datos de la Casa Blanca. Las fuerzas occidentales han retirado sus tropas y evacuado a personal diplomático, asistentes y antiguos colaboradores afganos. Más de 5.000 siguen esperando a ser evacuadas. A pesar de que se trata de la mayor evacuación aérea de la historia, muchos otros quedarán atrapados en Afganistán (la mitad en el caso de los que trabajaron con los Países Bajos).

Talibanes y un gobierno inclusivo

Múltiples organizaciones humanitarias han denunciado la regresión de derechos humanos que supondrá el regreso talibán al poder y la institucionalización de la 'sharía', la interpretación más fundamentalista de la ley islámica. Sin embargo, los talibanes están dando pasos en una dirección más moderada. Así, los integristas han confirmado este viernes que están estudiando la constitución de un Gobierno de transición "inclusivo" en el que pretenden sumar a líderes de todas las tribus y etnias del país para así dar forma al nuevo Emirato Islámico de Afganistán. La diversidad étnica ha estado desde hace años en el centro de los conflictos políticos en un país con más de 40 millones de habitantes.

El tono conciliador talibán está adoptando la forma de promesas. Tras señalar hace unos días que respetarían los derechos de las mujeres y minorías religiosas del país, así como la libertad de los medios de comunicación, este viernes han asegurado que mantendrán los vuelos comerciales después de la salida de las tropas aliadas. Con el atentado en el aeropuerto, Estado Islámico boicotea así los planes de los talibanes de lanzar una imagen de calma y normalidad que facilite su gestión del poder.

Por si el largo historial de terror de los talibanes y la probabilidad de que su promesas se conviertan en tan solo un espejismo no fuese suficiente, el atentado suicida del jueves está llevando a miles de afganos a abalanzarse al aeropuerto para intentar escapar del país. Autoridades locales paquistaníes han señalado que un número “sin precedentes” de afganos está cruzando la frontera, a pesar que Islamabad aseguró que no acogería a refugiados. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha cifrado en más de medio millón el éxodo de personas que buscarán huir de un Afganistán que se desmorona a marchas forzadas.