Disparan al helicóptero en el que iba el presidente de Colombia

Un helicóptero en el que viajaba el presidente de Colombia, Iván Duque, y su equipo ha sido atacado con disparos de fusil este viernes cuando estaba por aterrizar en el aeropuerto de la ciudad de Cúcuta, en el departamento de Norte de Santander. "Aquí no nos amedrentan con violencia ni con actos de terrorismo, nuestro Estado es fuerte", dijo Duque tras el ataque que calificó de "atentado cobarde". En el aparato, un Black Hawk, viajaban, además del mandatario, el ministro de Defensa, Diego Molano, y el del Interior, Daniel Palacio, así como el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano. No hubo heridos. "El dispositivo aéreo y la capacidad de la aeronave evitaron que ocurriera algo letal”, señaló Duque. La prueba del peligro que pasaron está en los "impactos de bala en la aeronave". En total fueron seis las balas que impactaron en el fuselaje.

Hasta ahora, nadie se ha atribuido la autoría. El Gobierno no descarta ninguna hipótesis. "No vamos a desfallecer en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo ni los organismos de criminalidad organizada que operan en el país", aseguró Duque, en alusión a los principales sospechosos. "El equipo de seguridad perseguirá a quienes dispararon contra la aeronave y pusieron en riesgo la vida de otras personas".

 La policía colombiana ha encontrado dos fusiles y munición en el barrio de la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, desde donde supuestamente se disparó contra el helicóptero". "Los hechos ocurrieron a 1.2 kilómetros de la cabecera de la pista del aeropuerto de Cúcuta", ha dicho el director de la Policía Nacional, general Jorge Luis Vargas. El militar dijo que las armas son "un AK-47 con número de registro que ya está siendo buscado por los peritos y un fusil calibre 7-62 tipo FAL con marcas de las Fuerzas Armadas de Venezuela". Tras el atentado, las fuerzas de seguridad han realizado 16 registros voluntarios en la zona y dos allanamientos, y también se han revisado varias cámaras de seguridad y se han realizado interrogatorios para tratar de averiguar quién está detrás del ataque.

La ciudad de Cucutá ha sido el epicentro del estallido social que comenzó a fines de abril y se extendió a lo largo del territorio colombiano. La semana pasada tuvo lugar en esa ciudad otro atentado. Un coche bomba contra la Brigada 30 del Ejército. La explosión dejó cerca de 40 soldados heridos, además de destrozos en las instalaciones. Las autoridades todavía no dilucidaron la responsabilidad de la acción terrorista. Los medios de prensa se hicieron eco de diversas conjeturas que apuntan tanto al Ejército de Liberación Nacional (ELN), como a facciones criminales.

Amplio repudio

El atentado de este viernes ha puesto en suspenso las agudas controversias políticas que afectan al país. El repudio a lo ocurrido fue unánime y, como excepción a la regla de la discordia, pudo unir, al menos por unos minutos, las voces del ex mandatario Álvaro Uribe y Gustavo Petro, el principal referente de la oposición progresista. "El presidente Duque y los integrantes de su comitiva salieron ilesos. Gracias a Dios”, escribió Uribe. “Cualquiera que sean las distancias que nos separen, rechazo el atentado contra el presidente. Una democracia consiste en que nadie muera por sus ideas”, señaló por su parte Petro a través de Twitter. En un tono similar se expresó el senador de izquierdas, Iván Cepeda.

"Este es un atentado contra ciudadanos, contra el presidente y contra nuestra democracia que condeno y rechazo profundamente. A Colombia la tenemos que cuidar de la radicalización y la romantización de toda forma de agresión violenta", dijo la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.

Zona caliente

"El atentado confirma lo que ha dicho la fundación Pares: la frontera es un territorio sin Dios ni ley, allí operan 27 grupos ilegales 13 de ellos de carácter transnacional que controlan mercados legales e ilegales", recordó el analista León Valencia. Duque había estado en Sardinata, donde presentó avances del programa "Paz con legalidad" relacionado con la implementación del acuerdo firmado en noviembre de 2016 con las FARC. En la convulsa región del Catatumbo tienen presencia el ELN, un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL) y considerado por el Gobierno como una banda criminal. Pero también se ha detectado la presencia de disidentes de la extinta guerrilla de las FARC que no aceptaron la finalización del conflicto armado, y grupos narcotraficantes.

El ataque contra el helicóptero coincidió con el anuncio de la captura del exjefe paramilitar Guillermo León Acevedo. Durante años, organizó todas las operaciones de narcotráfico del Bloque Central Bolívar de las ultraderechistas Autodefensas Unidad de Colombia. La captura de "Memo Fantasma", dijo Valencia, un conocedor del mapa de la violencia en ese país, "quizá arroje la verdad de los nexos de este narcotraficante y paramilitar con la vicepresidenta y ahora canciller Marta Lucia Ramirez".