Accidente en Irán

Ebrahim Raisí, el predestinado al liderato

Raisí, uno de los confidentes más cercanos del Ayatolá, era uno de los favoritos para suplir a Jameneí cuando el líder supremo, de 85 años, muera

Ebrahim Raisi ha muerto: ¿qué pasa ahora en Irán?

Ebrahim Raisi

Ebrahim Raisi / AFP / ATTA KENARE

Adrià Rocha Cutiller

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Las vidas de Ebrahim Raisí, el hasta ahora presidente de Irán, y Alí Jameneí, el líder supremo, se parecían, y a Raisí le interesaba que así fuese. Ambos, de pequeños, y con 20 años de diferencia, estudiaron en el seminario de Qom, donde se convirtieron en clérigos. De hecho, fue allí donde se conocieron: Jameneí fue profesor de Raisí.

Desde ahí, ambos despegaron. El este domingo fallecido presidente iraní, escogido en unas elecciones marcadas hace tres años, empezó su carrera judicial el 1981; ese mismo año, Jameneí fue elegido presidente. Jameneí pasó de esa posición a la de ayatolá en 1989 y ese era el camino que, según muchos expertos, esperaba justamente realizar el alumno a partir hasta ahora.

Pero no todo era tan fácil. La elección de un nuevo ayatolá, en Irán, se hace oficialmente a través de una votación del Consejo de Guardianes de la República Islámica, pero es el líder supremo quien, antes de morir, señala al que será elegido como su sucesor. Así ocurrió con Jomeini y Jameneí y así tendrá que ocurrir cuando este último fallezca.

Jameneí nunca se ha expresado públicamente al respecto de quién le sucederá, pero Raisí estaba entre los candidatos, junto con el hijo del propio líder supremo, Mojtaba Jameneí. Antes, sin embargo, Irán entra en un plazo de cincuenta días para celebrar otras elecciones presidenciales y elegir un sustituto al fallecido Raisí.

Ejecutor de miles de prisioneros

El hasta ahora presidente iraní no era una figura nueva cuando llegó a la presidencia iraní en 2021. En 1985 fue nombrado fiscal general de Teherán, la capital, y en 1988 fue puesto como miembro de una comisión encargada de purgar a los miles de disidentes en las cárceles iranís tras el final de la guerra contra Irak.

Esa comisión recibió el nombre de la “comisión de la muerte” y, según Amnistía Internacional (AI) ordenó el asesinato extrajudicial de 5.000 prisioneros, mayormente de la organización Muyahidines del Pueblo de Irán, un grupo socialista-islamista que luchó junto con Irak en la guerra. Irán nunca ha aceptado estas ejecuciones masivas, y Raisí, fiel confidente del ayatolá Jameneí, nunca habló de la cuestión. 

Durante sus años en el poder, Raisí endureció aún más la represión moral en toda Irán, con la creación de nuevas leyes para restringir, aún más, el "mal uso" del velo islámico en el país persa. En Irán, desde 1979, el uso del 'hiyab' es obligatorio para todas las mujeres.

Raisí, además, estuvo al mando de la represión estatal contra las protestas en 2022, tras la muerte de la joven Mahsa Aminí a manos de la policía moral. Según recuentos independientes, 500 personas murieron en esas protestas a causa de la dura represión policial, y una decena de manifestantes detenidos —de 22.000— fueron condenados a muerte semanas y meses después de los disturbios.

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