Reencarnación de un guerrero

La tribu del Pacífico que cree que Felipe de Edimburgo era un Dios

La secta del Movimiento Príncipe Felipe, residente en la isla de Vanuatu, prepara un homenaje de despedida al duque de Edimburgo

Dos miembros de una tribu en Yaohnanen muestran fotos enmarcadas de su visita en 2007 con el Príncipe Felipe de Edimburgo, su dios

Dos miembros de una tribu en Yaohnanen muestran fotos enmarcadas de su visita en 2007 con el Príncipe Felipe de Edimburgo, su dios / Christopher Hogue Thompson (CC)

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El príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la Reina Isabel II de Inglaterra fallecido este viernes a los 99 años, tendrá un funeral privado, sencillo y marcado por la pandemia. Aunque el Reino Unido ya trabaja en sus exequias, al otro confín del mundo una pequeña tribu del Pacífico prepara un despido ceremonial para el hombre que han considerado un Dios.

Se trata de la secta conocida como Movimiento Príncipe Felipe, formada por parte de los habitantes de Yaohnanen, una pequeña población de la isla de Tanna, al sur de Vanuatu, una república archipiélago compuesta por hasta 83 islas.

Según las antiguas historias de Yaohnanen, el hijo de un espíritu de la montaña viajó a tierras lejanas para casarse con una poderosa mujer. El príncipe Felipe de Edimburgo es reverenciado según el culto como una reencarnación de ese dios guerrero.

Aunque se desconoce exactamente el origen de esa creencia, se especula que pudo ser entre 1950 y 1960. Al ver como los oficiales colonialistas de Vanuatu y de otras regiones del Pacífico se postraban ante la reina Isabel II de Inglaterra pensaron que el esposo de esa mujer tan poderosa tenía que ser el espíritu de las leyendas.

La reina y Felipe visitaron Vanuatu en 1974 pero entonces el duque no conocía de la existencia de ese particular culto. Pocos años después, al conocerlo, Felipe mandó hasta tres fotografías firmadas a la tribu. Sus dos hijos, el príncipe Carlos y la princesa Ana volvieron a visitar la república oceánica en 2018 y 2014 respectivamente.

Se espera que en los próximos días la tribu rete homenaje a su dios con un despido ceremonial con lamentos y bailes rituales.