Chile cierra sus fronteras ante la veloz expansión de la covid-19

• El creciente número de contagios ha puesto fin a la euforia del Gobierno de derechas en medio de la campaña de vacunación

• El Congreso debe aprobar este fin de semana el cambio de fecha de las elecciones constituyentes

Sebastián Piñera, presidente de Chile.

Sebastián Piñera, presidente de Chile. / EP

Abel Gilbert

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El presidente Sebastián Piñera se tuvo que dar un baño de realidad. La exitosa campaña de vacunación no ha alcanzado para detener la ola de contagios y este jueves el Gobierno de derechas se vio obligado a cerrar las fronteras. La decisión se tomó después que comenzara a sentirse el peligro de un colapso en los hospitales de las principales ciudades. Las autoridades adelantaron además una hora el toque de queda: a partir de las nueve de la noche solo se podrá estar en la calle por tareas laborales esenciales. El Senado debe aprobar el fin de semana la ley por la cual se aplaza la elección de los constituyentes que deben redactar una nueva Carta Magna. La iniciativa traslada a los días 15 y 16 de mayo la fecha de los comicios.

Chile se ha convertido en un caso paradójico. Casi el 40% de una población cercana a los 19 millones ha recibido la primera dosis de la vacuna anti-covid. Esa cifra solo ha sido superada por Israel y Emiratos Árabes Unidos. La alta tasa de inmunización no ha frenado la ola de infecciones. Hasta el momento, el país sudamericano ha superado los 23.000 fallecidos. Los casos positivos también perforaron la barrera del millón. El promedio de las infecciones de la última semana fue de 7000. Se contabilizaron además 733 óbitos durante esos días. Las alarmas se encendieron.

Ante la evidencia de que la situación podía empeorar se tomó la decisión de suspender una elección que, según las encuestas, en poco y nada favorece las intenciones de los sectores conservadores de preservar parte de la matriz de la actual Constitución que se redactó durante la última dictadura militar (1973-83).

Ola de críticas

El Palacio de la Moneda salió al cruce de las críticas formuladas por The Washington Post y The New York Times a esa cartera por haber instalado una "falsa sensación de seguridad" que "eclipsó” la campaña de vacunación. El secretario General de Gobierno, Jaime Bellolio, negó que Piñera y su equipo hubieran sido "exitistas".

"El castillo de naipes se derrumba otra vez: el caos de la segunda ola de covid que desespera al Gobierno", señaló no obstante la revista The Clinic. "Mientras la opinión pública apunta a las medidas sanitarias tomadas antes de que explotara una voraz segunda ola en Chile, en La Moneda se encogen de hombros y sólo intentan defender su estrategia implementada". Lo que ha ocurrido en marzo fue, para The Clinic, una "crónica anunciada" de los problemas que se avecinaban. Desde febrero pasado, el Colegio Médico alertó sobre la necesidad de tomarse medidas más duras para evitar la expansión del virus. "La desesperación comenzó a permear los ánimos de las autoridades".

Lo cierto es que el desbordado optimismo de Piñera y el ministro de Salud, Enrique París se dio de bruces con las urgencias cotidianas. El Gobierno ha pagado otra vez un alto precio político. Una encuesta de Data Influye, dada a conocer por el portal El Mostrador, da cuenta de que la aprobación del presidente cayó cuatro puntos y llega a 9%. Por su parte, la Agenda Criteria estima que el el apoyo a Piñera se ha estancado en un 13%. Un 79% de las personas entrevistadas piensa que ha actuado peor que lo esperado en medio del avance de la pandemia.

En este contexto, el Palacio de la Moneda contempla vacunar a 9,3 millones de personas con una dosis y a 7,3 millones de personas, los mayores de 50 años, con dos dosis, antes de la realización de las elecciones. Solo la inmunización podrá asegurar que la votación de mayo sea segura y participativa.

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