CRISIS POLÍTICA ENQUISTADA

Israel, más cerca de las cuartas elecciones en dos años

El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, a su llegada este miércoles a la Knesset.

El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, a su llegada este miércoles a la Knesset. / periodico

Andrea López-Tomàs

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Muchos celebraron el "gobierno de unidad nacional" que el pasado abril firmaron Binyamin Netanyahu y Benny Gantz poniendo fin a un año de parálisis política en Israel. Pero parece que de esa unión no queda nada. Gracias al apoyo de Azul y Blanco, la coalición de centro-derecha de Gantz, la Knesset, el Parlamento israelí, ha dado este miércoles el primer paso para su disolución. Este es el primer paso para la convocatoria de las cuartas elecciones en Israel en dos años. La incapacidad del primer ministro israelí de presentar los presupuestos aboca de nuevo al país a las urnas, un escenario más que positivo para 'Bibi'.

"Netanyahu no me mintió", sentenciaba Gantz este martes, "os ha mentido a todos". Según el pacto de legislatura, en noviembre del 2021 el ministro de Defensa debía relevar a Netanyahu en el poder, donde lleva instalado 15 años, con lo que ya es el primer ministro más longevo de la historia de Israel. Pero los críticos sabían que 'Bibi', el "quebrantador de promesas en serie", no abandonaría el cargo tan fácilmente y menos sin hundir a la coalición de Gantz por el camino.

Los presupuestos han sido el motivo de la discordia entre los socios de gobierno. "Netanyahu se comprometió a aprobar un presupuesto en agosto y, naturalmente, no cumplió su palabra", recordaba Gantz este martes, "prometió que sucedería en diciembre y no está cumpliendo; ¿alguien le cree todavía?". Pero Netanyahu aún podría salvarse de abandonar el poder si presenta unas cuentas antes del 23 de diciembre. Gantz ha reconocido que si lo hace, retiraría su oposición al actual primer ministro. 

Más tiempo para Bibi

"Ahora no es el momento de las elecciones", Netanyahu se adelantó a Gantz el martes, "ahora es el momento de la unidad". Aunque una nueva cita electoral beneficiaría al actual primer ministro, evitar pasar los presupuestos permitiría a Netanyahu esquivar la rotación en el Gobierno que prometió en abril. Unos meses más apoltronado en el poder harían que se disipara el clima de oposición a Netanyahu en las calles y ganaría tiempo para recomponerse de sus litigios con la justicia -el mes que viene tiene sus tres juicios por corrupción por soborno, fraude y abuso de poder-.

Además, en unos meses la pandemia del coronavirus previsiblemente aligerará. "Cientos de miles de israelís habrán sido vacunados, cientos de miles más estarán en lista de espera, las empresas se reactivarán y el desempleo disminuirá", predice el analista Yossi Verter en 'Haaretz'. A su vez, la crisis económica causada por la pésima gestión de Netanyahu de la pandemia tal vez diera una tregua a Israel para marzo del año que viene, fecha en la que se celebrarían estas posibles cuartas elecciones.

Por contra, Gantz sería el más perjudicado. Un retorno a las urnas crearía enormes riesgos políticos para el exgeneral, cuya popularidad está en sus mínimos después de que la coalición Azul y Blanco, que tenía que derrotar a Netanyahu, se fracturara tras el acuerdo. Ahora es el líder de la oposición, Yair Lapid, del partido Yesh Atid, quién encabeza el frente anti-Netanyahu. Pero a esta lectura preliminar de un proyecto de ley para disolver la Knesset aprobada este miércoles aún le queda mucho camino por recorrer antes de la convocatoria de comicios anticipados. 

Viraje a la derecha

Tras ser aprobado por 61 votos a favor y 54 en contra, el texto pasará ahora al Comité de la Cámara de Representantes de la Knesset, con mayoría del partido de Gantz. Varios medios afirman que su aprobación se aplazará hasta el lunes para dar una última oportunidad de llegar a un acuerdo con el Likud de 'Bibi'. Después, los legisladores deberán votar el proyecto de ley en tres ocasiones más antes de disolver la Cámara. Si esto sucede, los diputados elegirán una fecha para las elecciones entre marzo y junio del 2021.

En unos nuevos comicios, Israel podría virar aún más hacia la derecha. Pese a sus juicios por corrupción y las protestas semanales exigiendo su dimisión, Netanyahu mantiene su popularidadSu alianza con Trump y sus éxitos en política internacional con los acuerdos de normalización con varios estados árabes han contrarrestado las críticas en la política doméstica y la desconfianza de la sociedad israelí. 

Gobierno no funcional

Las encuestas muestran que su Likud sería el partido mayoritario en la Knesset mientras que el partido Kahol Lavan de Gantz, acusado de traidor por incumplir su promesa de derrotar al Gobierno de Netanyahu, perdería apoyos. Yamina, la coalición integrada por partidos de derecha y ultraderecha y liderada por el exministro de Defensa Naftali Bennett, sería la competencia más directa en unos supuestos comicios.

"La tercera alternativa real no es que Netanyahu ceda en el presupuesto ni que Gantz se retracte de su ultimátum", explica el periodista Anshel Pfeffer en 'Haaretz'. Lo más probable, subraya, es que el partido de Gantz mantenga el proyecto de ley en el comité de la Knesset que preside hasta apurar las posibilidades de llegar a un acuerdo con el Likud.