crisis sanitaria

Brasil tiene un nuevo record de muertos por covid-19 en medio de otro incidente racista

Abel Gilbert

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Brasil confirmó 1.262 decesos por coronavirus este martes. Con el nuevo récord, el gigante sudamericano atravesó la marca de los 31.000 fallecimientos y 55.383 casos positivos oficialmente aceptados. El peligro sanitario, que según advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS), todavía no llegó a su pico más agudo, vuelve a mezclarse con el escándalo político, esta vez reflejado en el espejo de la crisis de los Estados Unidos a partir del asesinato de George Floyd. Sergio Camargo, el presidente de la fundación Palmares, creada hace tres décadas por el Estado para promover los valores de la cultura afrobrasileña, de la cual él es heredero, tildó al movimiento negro de "escoria maldita" y "vagabundos".  La conversación, filtrada por el diario O Estado de Sao Paulo, se conoció en momentos que la sociedad vuelve a poner en un primer plano un problema de larga data, el racismo, agravado desde la llegada del Gobierno de extrema derecha y, este año, la pandemia: la letalidad del covid-19 es cinco veces mayor en los afrobarisleños.

Bolsonaro volvió a tomarse a la ligera el aumento de los muertos.  Brasil es el cuarto país del mundo con mayor número de hechos fatales. Los sanitaristas estiman que en pocos días superará a Italia y al Reino Unido, que están por debajo de Estados Unidos en la cantidad de óbitos. "Lloramos a todos los muertos, pero es el destino de todos", dijo el capitán retirado.

Bolsonaro ha hecho reiterados comentarios de tono racista antes de llegar al poder. Camargo ha sido consecuente con ese lenguaje provocador. El lunes pasado sostuvo que "la influencia del movimiento negro sobre los negros es dañina y dañina".  También expresó, una vez más, el deseo de revocar la celebración del Día de la Conciencia Negra en el país, celebrado el 20 de noviembre. Además amenazó con bloquear de las redes sociales a quienes se adhirieran al lema de las protestas iniciadas en los Estados Unidos: "Las vidas de los negros importan".

Indignación

Brasil tiene desde hace días su propio caso Floyd. Al niño João Pedro le dispararon por la espalda en el marco de una operación policial en un barrio marginal de Río de Janeiro, mientras se resguardaba en su casa de la balacera. Su familia no tuvo noticias del adolescente hasta 30 horas más tarde, cuando se le comunicó su pérdida y entregó el cuerpo. "El Estado no está en las periferias para ofrecer salud, educación, cultura, ocio. Este papel del Estado ya no existe", dijo el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva.

"El racismo es un problema estructural, que afecta principalmente a la población negra, pero impone daños a toda la sociedad. Creo que ha llegado el momento de que los brasileños no negros se unan verdaderamente a la lucha antirracista y ayuden a reverberar el pensamiento de nuestros intelectuales negros que vinieron antes, ya señalando los caminos hacia la igualdad", señaló Áurea Carolina, una diputada de izquierdas que participa también del movimiento feminista. El pasado domingo tuvo lugar la primera manifestación.

Camargo es por estas horas uno de los centros de las críticas. Pero el rechazo a su figura es de vieja data. Cuando asumió su cargo público dijo que la esclavitud fue "beneficiosa para los descendientes" de aquellos millones de personas traídas en barcos negreros desde África.