La expresidenta, en los tribunales

Cristina Kirchner denunció una persecución de "corsarios judiales" por orden de Macri

Cristina Fernández de Kirchner saluda durante un mitin en Buenos Aires, el pasado 20 de junio.

Cristina Fernández de Kirchner saluda durante un mitin en Buenos Aires, el pasado 20 de junio.

Abel Gilbert

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"Soy jefa de cuatro asociaciones ilícitas, dos de carácter familiar y en una como jefa de la banda de todos los empresarios de la construcción. No sé cómo tuve tiempo para gobernar", ironizó ante los jueces Cristina Fernández de Kirchner, quien asumirá el cargo de vicepresidenta el 10 de diciembre. Pero este lunes fue interrogada por un tribunal federal que la investiga por supuestos actos de corrupción en la obra pública de la provincia patagónica de Santa Cruz durante su presidencia (2007-15).

Delante de los magistrados habló de una "persecución" mediática y judicial que "no tuvo que ver con el derecho ni los hechos" y fue llevada adelante por "corsarios" al servicio del Gobierno de derechas que concluye en una semana. Fernández de Kirchner pidió sin suerte que su alegato pudiera ser transmitido por la televisión. "¿No les parece que tiene impacto que la vicepresidenta de la República Argentina esté sentada en el banquillo de los acusados? ¿No les parece que es importante?", les dijo a los integrantes del tribunal mirándolos a los ojos. Algunos canales televisivos desafiaron la prohibición y le dieron brevemente la palabra en vivo a través de transmisiones telefónicas.

Prisión a la carta

Fernández de Kirchner, quien acompañará en el nuevo Gobierno al presidente Alberto Fernández, acusó al tribunal de "falsedad, incoherencia y denegatoria para producir prueba". Sostuvo que durante la presidencia de Mauricio Macri se decidía "quién iba preso, quién no iba preso, qué empresario había que apretar (extorsionar) para sacarle la empresa. Todo este plan fue ideado para una feroz e inédita persecución".

La causa que la involucra incluye a 13 exfuncionarios, entre ellos el exministro de Obras Públicas Julio de Vido, hace dos años en prisión aunque sin juicio, y su segundo Julio López, a quien encontraron en el 2016 con una maleta que contenía seis millones de dólares. También se encuentra desde hace más de tres años encerrado sin condena el empresario santacruceño Lázaro Báez, amigo personal del extinto Néstor Kirchner. Báez denunció que emisarios del Gobierno le ofrecieron la libertad a cambio de incriminar a la viuda del exmandatario.

"No se encontraron desvíos significativos de montos. Los desajustes no fueron relevantes. Estamos hablando de desajuste del 0,1%", dijo Fernández de Kirchner sobre los supuestos sobreprecios en la obra pública y recordó que uno de los principales contratistas había sido Ángelo Calcaterra, primo hermano de Macri. "¿Les suena ese nombre?", le preguntó con sorna a los jueces. Calcaterra no ha sido rozado por esta causa judicial.

'Lawfare'

La futura vicepresidenta aseguró que como parte del 'lawfare' (guerra judicial) sus hijos fueron hostigados al punto de realizarle a Florencia Kirchner un fotomontaje con millones de dólares. "Se apoderaron de todos nuestros inmuebles, hicieron allanamientos cinematográficos y escuchas telefónicas ilegales", dijo sobre el juez Claudio Bonadío. "Impidió hasta que tuviéramos una tarjeta de crédito. Esto sucede en Argentina. Es un antecedente peligroso".

CFK, como la llaman, enfrenta otras nueve causas judiciales. Todas, dijo, son parte del mismo esquema que llevó en Brasil a la cárcel a Luiz Inacio Lula da Silva. La exmandataria glosó en ese sentido al papa Francisco. El Pontífice dijo en junio pasado que el 'lawfare¡, "además de poner en serio riesgo las democracias de los países, generalmente es utilizado para minar los procesos políticos emergentes". También hizo referencia al reciente pronunciamiento del relator especial de la ONU sobre la independencia de jueces, Diego García Sayán, según el cual en Argentina se ha perseguido a los magistrados y fiscales de manera “sistemática” si no se cumplía con los pedidos del poder ejecutivo. El Gobierno saliente rechazó de manera enérgica ese diagnóstico.

"Me ha absuelto la historia"

De acuerdo con CFK, el Gobierno instaló la idea de que el kirchnerismo "lo había robado todo" mientras las actuales autoridades "endeudaban al país" y volvía a pactar con el Fondo Monetario Internacional (FMI). "Este tribunal seguramente tiene la condena escrita. No me interesa. A mí me absolvió la historia", dijo sobre el final y se levantó de su asiento. Cuando un integrante del tribunal le preguntó si pensaba responder preguntas ella dijo: "¿Preguntas? Preguntas van a tener que responder ustedes, no yo".