La muerte de Rafsanyani golpea al reformismo iraní

El expresidente de Irán Alí Akbar Hachemi Rafsanyani, una de las figuras clave de la República islámica, ha muerto este domingo a los 82 años en Teherán tras sufrir un infarto. La desaparición del clérigo y veterano político es un golpe a las perspectivas del reformismo iraní encarnado por el actual presidente, Hasán Rohani, de quien era uno de los principales valedores, en su eterna pugna con los sectores más conservadores de la República islámica, un actor clave en el complejo tablero de Oriente Próximo.

Encarcelado por el régimen del sah y estrecho colaborador del ayatolá Jomeini, fundador de la República islámica en 1979, Rafsanyani presidió el país entre 1989 y 1997. Durante su mandato desarrolló un considerable trabajo de reconstrucción del país, exhausto tras la guerra con Irak, y amplió las relaciones y la cooperación con distintos países, excepto EEUU e Israel. Posteriormente, entre el 2007 y el 2011 encabezó la influyente Asamblea de Expertos, un órgano formado por clérigos que elige y fiscaliza al líder supremo del país.

Su influencia, sin embargo, había disminuido en los últimos años, sobre todo después de que en el largo y duro conflicto desatado tras la contestada victoria de Mahmud Ajmadineyad en las elecciones del 2009 apoyara al movimiento de oposición. Hasta el punto de que en el 2013 el Consejo de los Guardianes de la Revolución había rechazado su candidatura a las presidenciales, oficialmente por razones de edad. Con todo, su apoyo acabó siendo decisivo para que el candidato reformista Hasán Rohani ganara esos comicios.  Un apoyo con el que el actual presidente ya no podrá contar cara a las próximas elecciones, previstas para este mes de mayo.

EL HOMBRE QUE CONVENCIÓ A JAMENEI

Hombre moderado y con lazos con los conservadores tejidos a lo largo de sus décadas de actividad política, astuto y experimentado, Rafsanyani no solo era una figura fundamental para los planes de apertura de Rohani, sino que también se le considera el artífice de que el líder de la revolución, Alí Jamenei, aceptara finalmente el acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní, arduamente alcanzado en el 2015.

Su muerte arroja otra sombra de incertidumbre sobre el futuro de la aplicación de esos acuerdos, sumada a la que ya suponía la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.