Zapatero trata de tender puentes entre Maduro y la oposición
El presidente venezolano califica al exdirigente español de "un buen ser humano"
Abel Gilbert
Corresponsal en Buenos Aires
Especialista en América Latina y doctor en comunicación. Ha cubierto los principales acontecimientos políticos regionales durante las últimas dos décadas para El Periódico. Es autor de ocho libros, tres de ellos en colaboración, y se apresta a publicar otros dos.
ABEL GILBERT / BUENOS AIRES
En la noche de Caracas, en medio de una aparente calma, después que quedaron atrás las movilizaciones y disturbios así como los roces con líderes regionales, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, encontró al menos un poco de sosiego durante su encuentro con José Luis Rodríguez Zapatero. El exjefe de Gobierno español llegó acompañado por el ex mandatario panameño Martín Torrijos. No hubo declaraciones formales. Apenas fotos de cortesía en la que abundaron las sonrisas.
¿Algo se está moviendo sigilosamente en suelo venezolano después de esa cita furtiva? Previo a la reunión, Maduro, que no suele ahorrar epítetos y descalificaciones, definió a Zapatero como "un buen ser humano" a quien quería hacerle saber "toda la bestial campaña en España contra Venezuela". La expectativa de Maduro era de que su interlocutor pudiera “transmitir allá todo el rechazo hacia campañas de odio”.
Crisis institucional
Zapatero aterrizó en un país que está cerca de llegar a un punto de no retorno, con dos poderes, el Ejecutivo y el Legislativo, que se desconocen mutuamente, como acaba de suceder con los decretos de excepción y emergencia económica de Nicolás Maduro. El fantasma de la “guerra civil” vuelve a ser invocado por los que llaman al referendo revocatorio de Maduro y quienes lo rechazan porque lo consideran un golpe de Estado encubierto.
En rigor, el ex jefe de Gobierno español vino a Caracas en calidad de integrante de la Comisión de la Verdad, la Justicia y Reparación de las Víctimas que instaló el Gobierno chavista en abril pasado en Caracas para que investigue los hechos violentos de febrero de 2014, cuando murieron 43 personas y al menos 800 resultaron heridas en el marco de la protesta convocada por Leopoldo López, actualmente encarcelado, a desconocer la autoridad de Maduro. Pero a nadie le cabe duda de que puede ayudar a tender puentes que están rotos.
La palabra mediador ha sido evitada. Pero Zapatero estuvo con unos y otros, y eso, en estos momentos, es mucho. Escuchó en la noche caraqueña las explicaciones del Gobierno, y luego, en la mañana del jueves, hizo lo propio con los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que tiene mayoría calificada en la Asamblea Nacional (AN). A su vez, se reunió con Henrique Capriles, el gobernador del estado Miranda, y uno de los principales impulsores del referéndum revocatorio. Después de hablar con todos, Zapatero reunió a la prensa en el Hotel Meliá de Caracas. “Es un camino largo, arduo, difícil, pero el diálogo nacional es lo que necesita Venezuela”, dijo.Y añadió algo que infiere un involucramiento mayor en la crisis: “No vamos a descansar hasta que arranque el proceso de diálogo, respeto, compromiso social con los sectores que padecen más rudamente la crisis económica”.
Llamativamente, tras estas reuniones un diputado por el Gran Polo Patriótico (GPP), la gran coalición chavista, Francisco Torrealba, aseguró que si se cumplen los requisitos establecidos, Maduro no tendría problemas en afrontar la consulta popular.
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