ENTREVISTA AL PRESIDENTE RUSO

Putin sugiere por vez primera la posibilidad de acoger a Asad en Moscú

El líder del Kremlin asegura que acoger al exespía Snowden fue "más difícil" de lo que sería recibir al mandatario sirio

Vladimir Putin.

Vladimir Putin. / periodico

MARC MARGINEDAS / MOSCÚ

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Siempre había sido un tema cerrado para la oficialidad rusa en sus declaraciones públicas, una linea roja sobre la que no había discusión posible. El presidente de Siria, Bashar el Asad, es, según Moscú, el líder legítimo del país, y solo los sirios pueden decidir si se mantiene o no en el poder en Damasco. Sin embargo, el líder del Kremlin, Vladímir Putin, ha sugerido por vez primera y de forma pública la posibilidad de acoger al dirigente sirio en territorio ruso como refugiado, aunque también ha insistido que era demasiado pronto para debatir siquiera el tema.

En una entrevista concedida al rotativo alemán Bild, cuya segunda parte fue difundida este martes, Putin ha declarado: "Concedimos asilo a Snowden y eso fue más difícil de lo que sería conceder asilo a Asad". No obstante, el mandatario ruso ha remachado su declaración puntualizando que aún era "prematuro", evocar tal posibilidad. Edward Snowden es el informático estadounidense que trabajaba para la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) norteamericana y desveló el espionaje masivo a través de internet que realizaba EEUU. Tras pasar algunos días en Hong Kong, llegó a Moscú, donde reside como asilado.

El dirigente ruso ha reiterado, a su vez, que antes de estudiar si acogía o no a Asad, debía darse la oportunidad al pueblo sirio de expresar su opinión. "Si se hace de una forma democrática, a lo mejor no tendrá que irse a ninguna parte; y no importará si continúa siendo presidente", ha aclarado Putin.

MARCAR DISTANCIAS

Sobre el régimen sirio pesan el grueso de las acusaciones de crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad perpetrados en los casi cinco años de guerra civil en Siria. Intentando marcar distancias con Asad, Putin no ha querido ahorrarse las críticas hacia su aliado sirio, y ha admitido que, en el transcurso de la guerra siria, éste también había cometido "errores", aunque ha cargado el peso de la responsabilidad de lo sucedido en los últimos cinco años en el país árabe en Occidente, debido a los envíos de armas y pertrechos militares canalizados hacia la oposición armada siria desde Occidente.

Al recibir a Asad en el Kremlin, el pasado octubre, Putin y Rusia se erigían como el principal valedor del régimen de Damasco, por delante incluso del otro gran aliado, Teherán. Tal y como señalaron entonces los comentaristas rusos en los medios de comunicación locales, con la visita, el líder del Kremlin se convirtió en el garante de la seguridad personal del mandatario sirio ante lo que pueda sucederle, después de casi cinco años de guerra civil en Siria, el conflicto armado más dañino para los civiles de un país después de la segunda contienda mundial, con cerca de 300.000 muertos y millones de desplazados y refugiados, sobre una población total de casi 23 millones.