El Papa Francisco pide paz entre cristianos y musulmanes desde una República Centroafricana en guerra
El Pontífice tiene previsto finalizar su viaje a África con la visita a una mezquita
Nada más pisar la República Centroafricana, nación ensangrentada por un cruento y olvidado conflicto étnico-religioso entre cristianos y musulmanes, el Papa Francisco explicó por qué, a pesar de que se lo habían desaconsejado abiertamente, puso su vida en riesgo con una visita en un país en guerra. Una decisión insólita para un Pontífice de la Iglesia católica, más aún en momentos en los que una ola de actos terroristas azota medio planeta.
El Papa llegó el domingo a la República Centroafricana, la etapa más peligrosa de su primer viaje al continente negro, tras su paso por Kenia y Uganda.
“Se ha de vivir y construir teniendo en cuenta la maravillosa diversidad del mundo circundante”, afirmó Jorge Mario Bergoglio, frente a representantes de la belicosa clase política del país africano, pidiendo desactivar el relato de la guerra de religiones. Hay que “evitar la tentación de tener miedo de los demás, del que no nos es familiar, del que no pertenece a nuestro grupo étnico, a nuestras opciones políticas o a nuestra religión”, puntualizó, en un discurso audaz, en el cual, como en los otros cuatro pronunciados en el país, también volvió a criticar —eso sí, sin mencionar a nadie en concreto— a aquellos que se benefician económicamente de las guerras.
Recordando a los difuntos Pablo VI y Juan Pablo II, el Papa hiló muy fino al solicitar a los cristianos superar la idea de contraponer entre el islam y el cristianismo justo después de los recientes atentados llevados a cabo en París y Mali por extremistas islámicos. “Nosotros, los cristianos, estamos llamados a ser en el mundo los artífices de una paz fundada en la justicia”, afirmó el jefe de la Iglesia católica, quien, antes de regresar a Roma, abrió el domingo el Jubileo de la MisericordiaJubileo de la Misericordia en Bangui y quiso que su último acto el lunes en África sea una visita en una mezquita.
"PERDÓN"
El resultado inmediato no fue baladí. Por una parte, Francisco logró que la presidenta del régimen de transición, Catherine Samba-Panza, pidiera “perdón” en nombre de la clase política de su país, por el “descenso a los infiernos” que República Centroafricana experimenta cotidianamente desde 2013. Por otra, la visita papal fue incluso antecedida, el sábado, por la primera reunión en dos años entre los líderes involucrados en el conflicto. Un paso concreto para un país que, en la esperanza de superar la violencia, debe celebrar un referendo constitucional (13 de diciembre) y unas elecciones presidenciales (27 de diciembre).
Siempre alternando temas locales y otros más globales, el Pontífice argentino no olvidó tampoco enviar un guiño a la cumbre del clima, que comienza el domingo en París y en la que se deberán abordar también las salvajes políticas de explotación que a menudo acechan a los países más periféricos. “Los ciudadanos, las autoridades y las multinacionales” tienen una “grave responsabilidad” en administrar los recursos de países como República Centroafricana, donde todavía existe “una excepcional riqueza en biodiversidad”.
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