ESCALADA DE UN CoNFLICTO CON CONSECUENCIAS IMpREDECIBLES
EEUU señala a los prorrusos
Marc Marginedas
Periodista
Premio 'Cirilo Rodríguez' al mejor corresponsal en el extranjero (2013), Premi Nacional de Comunicació (2013) y Premio Luka Brajnovic de Periodismo (2019). Autor de 'Periodismo en el campo de batalla: 15 años tras el rastro de la yihad'. Protagonista del documental 'Regreso a Raqqa' (2022)
MARC MARGINEDAS
La incredulidad y el estupor de la comunidad internacional tras el derribo del Boeing 777 de la compañía Malaysia Airlines con 298 personas a bordo se transformó ayer en indignación y plena exigencia de responsabilidades a los culpables, que, fueron ya señalados por Estados Unidos, en un giro de consecuencias impredecibles en este conflicto. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró que «pruebas crecientes» apuntan a que el vuelo MH-17 abatido el jueves por un misil en el este de Ucrania fue «derribado en un área que controlan los separatistas».
Pese a la gravedad de la acusación, Obama adoptó un lenguaje cauto, para asegurarse un colchón diplomático en esta crisis, con graves implicaciones y que supone una escalada no vista desde la guerra fría. «Es demasiado pronto», Estados Unidos no sabe «exactamente qué pasó» y tampoco tiene «aún» un «juicio definitivo», afirmó el dirigente, informa Idoya Noain. Pero a la vez, también destacó que los rebeldes «tienen el flujo continuo de apoyo desde Rusia», mencionando tanto armas y entrenamiento, armamento pesado y material antiaéreo, como sería el misil tierra-aire que el espionaje y el Pentágono creen que se empleó.
Obama habló de «una tragedia global» y aprovechó para reclamar que sea Europa quien tome el mando en la respuesta a un posible atentado que considera «una llamada de atención a Europa y el mundo sobre que la escalada de violencia tiene consecuencias». Y también dejó claro que no ve un papel militar para EEUU «más allá de lo que ha hecho hasta ahora, trabajando con la OTAN y los países bálticos».
La presión internacional para esclarecer lo sucedido crece. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó en Nueva York por unanimidad una escueta declaración en la que se exigía una «investigación completa, concienzuda e independiente». El texto consensuado también exigió a las partes del conflicto que garanticen el pleno acceso para realizar las investigaciones, así como una «adecuada responsabilidad» para los autores del disparo, sean quienes sean. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, manifestó su inquietud por el hecho de que un sistema de misiles antiaéreo «sofisticado» haya causado la tragedia.
LA OSCE Y EL FBI / Los rebeldes prorrusos autorizaron el acceso a Grabovo, lugar donde cayó el avión a unos 70 kilómetros de Donetsk, de una treintena de expertos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Además, expertos estadounidenses del FBI y del Consejo Nacional de la Seguridad en el Transporte de EEUU se preparaban para viajar hasta Ucrania, donde colaborarán con la investigación. Por su parte, el ministro del Interior ucraniano, Arsen Avakov, acordó en una conversación telefónica con el secretario general de la Interpol, Ronald Noble, el envío de una misión para ayudar a identificar los cadáveres de las 298 víctimas mortales. Hasta ayer tarde, alrededor de 180 cuerpos habían sido recuperados de entre los restos del fuselaje, esparcidos en un radio de 15 kilómetros. El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, habló por teléfono con el primer ministro británico, David Cameron, y la cancillera alemana, Angela Merkel, y les instó a enviar investigadores a su país.
El Gobierno de Ucrania precisó el jueves por la noche que el Boeing malasio fue derribado por sistema de misiles antiaéreo Buk, no tan avanzado tecnológicamente como los de la familia S-300 de las que se habló en un primer momento, e incluso insistió ayer en que la batería en cuestión ya ha sido trasladada a Rusia para ser destruida y borrar así las pruebas. Según Anton Herashenko, portavoz del Ministerio del Interior, un «terrorista» se desplazó a territorio controlado por las fuerzas prorrusas y envió la batería de misiles a Rusia para «resolver la situación».
Las páginas web de información militar y los expertos coinciden en que el sistema Buk SA-11 es capaz de acertar a un avión volando a esa altitud, aunque ello requiere de un importante dispositivo logístico. La utilización de estos misiles «es compleja porque hacen falta tres camiones, uno para el puesto de mando, uno para transportar el radar y uno para la lanzadera del misil», explicó a France Presse Doug Richardson, redactor jefe de la revista británica Jane's Missiles and Rockets
En el lugar de los hechos continuaban recogiéndose testimonios sobrecogedores. Una pensionista, Irina Tipunova, relató a Reuters como el cuerpo de una mujer impactó en el tejado de su casa. Banderas blancas en medio de campos de maíz indicaban donde se habían localizado cuerpos sin vida.
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