El proceso secesionista británico

Salmond promete una Escocia «mejor» si se independiza

Alex Salmond y su viceprimera ministra, Nicola Sturgeon, ayer con el 'libro blanco' en Glasgow.

Alex Salmond y su viceprimera ministra, Nicola Sturgeon, ayer con el 'libro blanco' en Glasgow.

BEGOÑA ARCE
LONDRES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«El provenir de Escocia está ahora en mano de los escoceses». Con estas palabras, el ministro principal del Gobierno de Edimburgo, Alex Salmond, presentó ayer en el Centro de la Ciencia de Glasgow el libro blanco sobre la independencia. El futuro de Escocia. Su guía para una Escocia independiente es el documento que pretende responder a 650 preguntas de los ciudadanos sobre las consecuencias que acarrearía la separación del resto del Reino Unido de vencer el  en el referendo del próximo 18 de septiembre. El texto fija el marco a partir del cual despega el gran debate entre defensores y adversarios de la ruptura con el resto del Reino Unido.

Y la disputa no se hizo esperar. «Es un documento de ficción, lleno de  afirmaciones sin sentido», fue la respuesta del exministro de Finanzas laborista Alistair Darling, presidente de Better Together, la coalición a favor del no. A 10 meses de la consulta, el Gobierno escocés intenta con el libro blanco dar un vuelco a los sondeos y atraer a los ciudadanos que rechazan o recelan de la secesión.

«Al final, en el corazón de este debate, solo hay una pregunta y una elección», señaló Salmond. «Nosotros, los que vivimos y trabajamos en Escocia, ¿creemos que somos los más idóneos para tomar las grandes decisiones sobre nuestro futuro?». Su respuesta, evidentemente, es afirmativa, porque cree en una Escocia independiente «más próspera y más justa», según subrayó.

Las principales propuestas incluidas en las 670 páginas del libro blanco, para dar «un nuevo y mejor rumbo para nuestra nación», eran ya conocidas. Una Escocia soberana creará sus Fuerzas Armadas y recaudará sus propios impuestos. La reina seguirá siendo la jefe del Estado, se conservará la libra esterlina como moneda y la dependencia del Banco de Inglaterra. Se mantendrá la pertenencia a la Unión Europea y la OTAN. Salmond da por hecho todos esos puntos, sin un resquicio de duda, a pesar de que puede encontrarse con graves obstáculos en las futuras negociaciones.

VETO ESPAÑOL / «Ni un quizás, ni un puede ser en sus propósitos», le reprochó un conocido comentarista político. La gente vota por una visión positiva y esperanzadora, no pesimista y negativa, le respondió el líder independentista, que en algunos momentos pareció estar presentando un programa electoral, de anhelos y promesas, más que las bases y cimientos de una futura nación.

«Alex Salmond vive en el país de la fantasía», fue la conclusión de Darling, quien le acusó de eludir la respuesta a «cuestiones fundamentales», haciendo suposiciones que presenta como hechos, en lugar de ceñirse a los datos. «No ha aportado absolutamente nada nuevo -señaló- y no ha pensado en un plan B», si las futuras negociaciones con el Gobierno de Westminster, el Tesoro, la Banca de Inglaterra, la Comisión Europea o los otros 28 países de la UE se tuercen. El diputado liberaldemócrata Menzies Campbell sugirió en declaraciones a la BBC que el Gobierno español, debido a sus propios retos independentistas, podría vetar el ingreso. Salmond anunció que su Gobierno iniciará una ofensiva diplomática para promover la integración de la Escocia independiente en la OTAN y la UE.

AVISO DE LONDRES / Los últimos sondeos indican que el 47% de los cinco millones de escoceses convocados a votar se oponen a la separación. El 38% está a favor y el 15% aún no ha decidido qué hará. El temor a los peligros económicos que puede implicar la independencia es el mayor freno para el triunfo del . Unos riesgos que no figuran en el libro blanco.

El secretario de Estado del Tesoro británico, Danny Alexander, reiteró ayer que la independencia obligaría a incrementar la presión fiscal sobre los escoceses a razón de hasta 1.000 libras esterlinas (1.193 euros) al año. El Gobierno británico también repitió que «es muy improbable» que Escocia pudiera seguir en la libra y subrayó que no hablaba por hablar.

Los sondeos han detectado que entre los indecisos existe un importante núcleo de antiguos votantes laboristas en los cinturones posindustriales de las grandes ciudades escocesas. Esos votantes terminaron inclinándose en la última elección por el Partido Nacional Escocés. Son hogares especialmente afectados por la crisis y escasos de dinero.

En una Escocia independiente

-prometió Salmond- habrá mayores facilidades para el cuidado gratuito de los hijos pequeños, reducciones del recibo de la luz y el gas, mantenimiento de las pensiones y reformas de las ayudas sociales. Son argumentos que pueden pesar en las urnas. Finalmente, es la gente de la calle, y no los grandes expertos económicos, los que decidirán el plebiscito.