El reto europeo de la inmigración

La UE responde con otro grupo de trabajo al drama de Lampedusa

Inmigrantes supervivientes de la tragedia esperan en el puerto de Lampedusa para embarcar rumbo a Sicilia, donde serán recolocados en otros centros de internamiento.

Inmigrantes supervivientes de la tragedia esperan en el puerto de Lampedusa para embarcar rumbo a Sicilia, donde serán recolocados en otros centros de internamiento.

ELISEO OLIVERAS
BRUSELAS

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La Unión Europea (UE) acordó ayer crear un grupo de trabajo para estudiar cómo frenar la llegada de inmigrantes irregulares a través del mar  y evitar la repetición de la reciente tragedia frente a la isla italiana de Lampedusa, con más de 300 muertos en el naufragio de la embarcación con la que esperaban llegar a Europa.

La propuesta de la Comisión Europea de reforzar las capacidades operativas de la Agencia de Fronteras Exteriores (Frontex) para poder desempeñar una misión de búsqueda y salvamento de los inmigrantes irregulares en peligro en el mar Mediterráneo fue acogida con extrema frialdad en el Consejo de Ministros de Justicia e Interior de la UE. Los Veintiocho optaron por la solución europea habitual en casos de problema: crear un grupo de trabajo para estudiar el problema y evitar cualquier compromiso concreto.

PRESUPUESTO RECORTADO / La comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, pidió en primer lugar a los ministros incrementar el presupuesto de Frontex, que se ha visto reducido de los 118 millones de que disponía en el 2012 a 85 millones este año, debido a los recortes impuestos al presupuesto de la UE por Alemania, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Suecia, Austria y Finlandia.

Malmström pidió también a los Veintiocho que pongan a disposición de Frontex más equipos: barcos, aviones de vigilancia y helicópteros. El objetivo, explicó la comisaria, es poder organizar «una gran operación de búsqueda y salvamento» de inmigrantes irregulares desde Chipre hasta España.

El ministro italiano del Interior, Angelino Alfaro, apoyó la propuesta improvisada de la Comisión Europea tras la tragedia de Lampedusa y pidió ayuda a sus socios europeos en el reparto de la carga de la llegada de los inmigrantes irregulares procedentes de África, para que no tenga que recaer solo sobre los hombros de Italia. «Lampedusa es también la frontera de la UE», recordó en vano el ministro italiano.

SIN CAMBIOS EN EL REPARTO / Más allá de las buenas palabras de apoyo, Italia no obtuvo ninguna medida concreta de sus socios europeos. Al menos 24 países de la UE rechazaron revisar los acuerdos actuales sobre reparto de las demandas de asilo, que establecen que las peticiones sean tratadas por el país donde el solicitante ha entrado en territorio de la UE. Alemania, Francia y Suecia argumentaron que ellos reciben entre tres y cinco veces más peticiones de asilo anuales que Italia.

El ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, se mostró confiado en el que grupo de trabajo creado para estudiar el grave problema de los inmigrantes irregulares que llegan por mar permitirá «ampliar la caja de herramientas» y la capacidad de actuación de Frontex.

INSTRUMENTOS ACTUALES / Pero Alemania y Francia dejaron claro en la reunión que se trata de «estudiar un plan de acción para ver qué se puede hacer con los instrumentos actuales», sin mostrar ninguna indicación a aceptar un aumento del presupuesto de Frontex o de su disposición a aportar medios aeronavales para reforzar el control de la llegada de inmigrantes irregulares.

Fuentes diplomáticas advirtieron de que la propuesta de la Comisión Europea de la gran operación de salvamento acabará convirtiendo en la práctica a Frontex en los barqueros que facilitarán la llegada de los inmigrantes irregulares a la UE. «Desde que se sabrá que hay barcos de Frontex en una zona, las embarcaciones de inmigrantes se echarán a la mar para ser rescatados», indicaron fuentes diplomáticas, tras estimar que la propuesta de la Comisión Europea es de una total ingenuidad, fruto de la improvisación.

La única solución, según fuentes diplomáticas de varios países, pasa por la lucha contra las mafias del tráfico de seres humanos y el control efectivo de las costas de Túnez y Libia por parte de las autoridades de esos países para evitar que puedan zarpar las embarcaciones.

En esa línea, el ministro francés del Interior, Manuel Valls, insistió en la necesidad de «revisar toda la estrategia» de la UE en materia de inmigración con los terceros países de África. Valls puso precisamente a España como ejemplo del éxito de la colaboración con los países de origen y de tránsito, como Marruecos y Mauritania, para frenar las olas de inmigración irregular.