Sin monstruos presidenciales
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'Gadgets' dedicados a Obama, en una tienda de Washington. / periodico
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Montse Prats
Periodista. Voluntaria del Partido Demócrata
"El 6 de noviembre votaré a mi adorable marido". NiMichelle Obama niAnne Romney llevaban colgado ese cartel pero sí una novia zombie que ha sido una de las pocas alusiones de lanoche de Halloween a las elecciones presidenciales de la semana que viene. Ningún candidato presidencial ha ocupado las calles en forma de disfraz. Se han vendido pocas máscaras deBarackObamay de Mitt Romney, aunque hay quien ha combinado las cabezas ensangrentadas con alguna pegatina de su candidato.
Más allá de Halloween, el negocio de lossouvenirssuele acertar la tendencia política dominante. Hace cuatro años, las camisetas de Obama se cotizaban muy por encima de las deJohn McCain, el candidato republicano que se presentó a la presidencia de los Estados Unidos. En algunos sitios, por 10 dólares conseguías una camiseta de Obama frente a los dos que costaban las de su oponente. Ahora, los precios entre las camisetas de Obama y del candidato republicano Mitt Romney están igualados. No es que los 'gadgets' políticos sean un instrumento científico de predicción pero el mercado acostumbra a responder a las demandas de los votantes.
Objeto de culto
Al contrario que en España, losllaveros, imanes o pancartas no se acostumbran a repartir de forma gratuita. Se compran. La gente que participa en la campaña tenemos algunos descuentos pero limitados. Son ventas que engordan el presupuesto. En Washington, además, hay tiendas especializadas en ese tipo de souvenirs, muchos de los cuales se han convertido en objeto de culto. A su alrededor se mueve toda una cultura del coleccionismo entre los llamados 'yonkis' de la política.
Desde los objetos de los presidentes más clásicos, como una preciada estilográfica del presidente John F. Kennedy, hasta algunos más curiosos como elcascanueces de Hillary Clinton que se popularizó como regalo de Navidad en las elecciones pasadas.
Aunque, si sólo tenemos en cuenta el índice de popularidad, la primera dama, Michelle Obama, es una de las favoritas. El famoso cartel 'We can do it' de mujer trabajadora con su cara es de los más cotizados.
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