PRIMARIAS REPUBLICANAS EN EEUU

Mitt Romney se confirma como favorito con una cómoda victoria en New Hampshire

Su principal reto ahora es superar los recelos del sector más religioso y conservador de su partido, que aún busca alternativa

Mitt Romney celebra su victoria en las primarias acompañado por su mujer y sus hijos, esta madrugada en Manchester (Nueva Hampshire).

Mitt Romney celebra su victoria en las primarias acompañado por su mujer y sus hijos, esta madrugada en Manchester (Nueva Hampshire). / jsl UW AA

IDOYA NOAIN / Nueva York

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Mitt Romneyha hablado esta madrugada a los estadounidenses como si ya fuera elcandidato republicano que en las elecciones de noviembre disputará lapresidencia de EEUU aBarack Obama. Alexgobernador de Massachussetts le quedan aún pasos para asegurarse esa nominación, pero unholgado triunfo anoche en lasprimarias de New Hampshire, sumado a la apretada victoria la semana pasada en loscaucus de Iowacaucus , le han permitido ofrecer, cuando aún no se había completado el escrutinio de votos, ese discurso de victoria en horario de máxima audiencia centrado en un enérgico y radical ataque al presidente demócrata.

Romney, aún lastrado por sus propiospuntos débiles como la falta de carisma y autenticidad y por las claras y turbulentasdivisiones internas de un partido conservador en busca de su propia alma, se confirma como el candidato en el que los votantes conservadores ven más opciones de batir a Obama, acaricia ya la nominación y ratifica su condición defavorito. Y aunque será el sábado 21 en lasprimarias de Carolina del Sur cuando enfrente la prueba más difícil hasta la fecha, midiéndose a un electorado más representativo delPartido Republicano que el de Iowa y New Hampshire, está también más encarrilado que nunca hacia la victoria, con lacampaña mejor financiada y más organizada y fuerte.

Triunfo histórico

Desde 1976 ningún candidato republicano que no estuviera ya en la presidencia había logrado ganar en Iowa y New Hampshire. Anoche, el exgobernador utilizó ese dato para declarar exultante, rodeado por su esposa y sus cinco hijos: "Esta noche hemos hecho historia".

No obstante, Romney (y sus estrategas) saben que es pronto para entregarse a la tranquilidad del triunfo. Este fin de semana se celebra en Tejas una reunión de líderes evangélicos que intentarán encontrar entre los otros cinco aspirantes en liza un candidato que represente mejor sus valores conservadores, sobre todo en lo social, donde Romney ha defendido en el pasado posturas moderadas. Y movilizar a la mayoría de votantes de Carolina del Sur, un estado mucho más golpeado por la crisis, el paro y la pobreza que Iowa y New Hampshire, supone un reto para un candidato al que sus rivales han intentado desprestigiar como un hombre que en su etapa de empresario al frente de Bain Capital persiguió vorazmente los beneficios aunque fuera a costa de reestructuraciones de empresas que dejaron en el paro a miles de trabajadores.

Pullas a Gingrich

Romney ha contestado con un dardo envenenado a esas críticas. "En los últimos días hemos visto a algunos republicanos desesperados uniendo fuerzas con Barack Obama", ha dicho en una alusión sobre todo dirigida aNewt Gingrich, el candidato que ayudado por un grupo que ha recibido una donación de cinco millones de dólares promete seguir insistiendo en esa línea de ataque. "Es tal error para nuestro partido y nuestra nación. Este país ya tiene un líder que nos divide con las amargas políticas de la envidia", ha remachado el exgobernador de Massachusetts.

El problema de Romney es que, más allá de inéditas muestras de división en un tema tan central para los republicanos como la defensa a ultranza dellibre mercado, intenta liderar un partido en busca de su alma y su definición. Y aunque el odio visceral a Obama les une, los republicanos saben que este proceso de selección de candidato es también el momento de definir su presente y su futuro inmediato. Pueden apostar, como parecen hacer las élites y elestablishment que apoyan a Romney, por el centro. Pero también pueden hacerlo por el giro hacia posturas más radicales como las que defienden los seguidores del movimientoTea Party, responsables en buena parte de la victoria republicana en las legislativas del 2010 que les devolvió la mayoría en la Cámara baja.

Ron Paul, segundo

Esa división explica, por ejemplo, el éxito que tanto en Iowa como en New Hampshire se ha apuntadoRon Paul. El ultraconservador lleva la defensa de la libertad, la Constitución y los principios de reducción del papel y el tamaño del Gobierno federal hasta los extremos (abogando incluso por algo tan inédito entre los republicanos como las críticas al "complejo militar industrial" y la oposición a las intervenciones militares en el extranjero). Y Paul, que en Iowa no pudo superar el tirón entre los votantes religiosos de Rick Santorum (que anoche fue cuarto, por delante de Gingrich yRick Perry), ha quedado segundo en Nuevo Hampshire, como auguraban las encuestas.

 Su candidatura, además, ha logrado entusiasmar a un nuevo ejército, sobre todo de jóvenes, dispuestos a movilizarse y dar a la campaña una fuerza y presencia por encima de lo que sus dotaciones económicas podrían garantizar. Y esa es una diferencia clave, por ejemplo, con el centrista Jon Huntsman, que anoche quedó tercero y aunque anunció su viaje a Carolina del Sur, sus posibilidades de mantenerse en la carrera a la candidatura republicana son casi nulas.