Recrudecimiento de la violencia en México

Otra matanza convierte Veracruz en el campo de batalla de los narcos

TONI CANO
MÉXICO

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El estado mexicano de Veracruz y singularmente el puerto del mismo nombre se desangran en medio de la narcoguerra. Dos semanas después de que 35 cuerpos fueran tirados en plena calle, el Ejército, la Marina y la policía estrenaron ayer un inédito operativo conjunto, denominado Veracruz seguro, con hallazgos no menos macabros: soldados y policías encontraron hasta 36 cadáveres repartidos en cuatro casas de la zona residencial de Boca del Río, fruto de la ola de exterminio desatada por los autollamados Matazetas.

Desde que ese grupo se presentó en un vídeo en Youtube, casi un centenar de miembros del cártel de Los Zetas, así como familiares o personas que se relacionaban con ellos, han aparecido torturados y asesinados. Algunos veracruzanos afirman incluso que «son muchos más» y que «se ocultan a una prensa atemorizada tanto por el crimen organizado como por el Gobierno estatal». Los propios periodistas veracruzanos dicen estar «amenazados por unos y otros». La población toma ahora especiales medidas de seguridad.

«Huele a muerto», fue uno de los mensajes que llevó a policías e infantes de Marina hasta cuatro casas de seguridad del crimen organizado. En una, en la colonia El Coyol, hallaron cuatro cadáveres; en la segunda, dentro de la urbanización Jardines de Mocambo, 20 cuerpos; en otra, en el fraccionamiento Costa de Verde, 11, y en la última, en Costa de Oro, otro más. Maniatados, torturados, apilados. Todos, dentro del área de Veracruz-Boca del Río, la más afectada por la violencia de los cárteles que luchan por la preciada plaza del gran puerto del Golfo de México.

LABORES DE ESPIONAJE / Mientras el Gobierno del estado veracruzano aún desmentía los hallazgos y los achacaba a la marea de rumores, la Marina Armada de México, al frente del gran operativo conjunto, casi los lució como fruto de la «información obtenida a partir de inteligencia naval». El comunicado oficial adelantó incluso que «con el trabajo del personal naval se está avanzando en las acciones que conducen a la captura de grupos criminales vinculados con los homicidios».

Así, fue el Ministerio de Marina el encargado de presentar -apenas unas horas después y ya en la capital del país- a ocho detenidos, presuntos miembros del cártel Jalisco Nueva Generación, como responsables de esas matanzas. Al mismo tiempo, presentó a 12 presuntos sicarios de Los Zetas, grupo que hasta ahora dominaba el estado de Veracruz. El portavoz ministerial, José Luis Vergara, resaltó de nuevo «las labores de inteligencia» e hizo hincapié en que los Matazetas no son un grupo paramilitar, sino que forman parte de ese cártel Jalisco Nueva Generación, ligado al cártel de Sinaloa que comanda Joaquín el Chapo Guzmán.

TENAZ LUCHA / Los Zetas se apoderaron de todo el estado de Veracruz, clave en la ruta del tráfico de drogas, armas y emigrantes por el levante de México, hace tres años, cuando aún eran el brazo armado del cártel del Golfo, que los creó con militares desertores de los cuerpos especializados en lucha antiinsurgencia y antidrogas. Alimentados con kaibiles (soldados de élite) desertores del ejército guatemalteco y jóvenes de las bandas centroamericanas conocidas como maras, se independizaron hasta convertirse en el grupo más violento del país.

Mientras ambos cárteles sostienen una tenaz lucha en su feudodel vecino estado de Tamaulipas, convertido en tierra sin ley, Los Zetas mantenían hasta ahora el estado y el puerto de Veracruz como una de sus zonas más fuertes. Otros cárteles se han unido al del Golfo para combatirlos en todo el país, al tiempo que el relevo del Gobierno estatal parece haber cambiado los contubernios. La corrupción es el gran lastre de la guerra que el presidente Felipe Calderón declaró al crimen organizado en diciembre del 2006. Que ya ha dejado más de 40.000 muertos.