ESPOSO DE LA ACTUAL PRESIDENTA

Néstor Kirchner fallece de un ataque cardiaco

El expresidente argentino, de 60 años, estaba hospitalizado en una clínica de Calafate tras sufrir un infarto

Cristina Fernández recibe el bastón presidencial de manos de su marido.

Cristina Fernández recibe el bastón presidencial de manos de su marido. / JORGE SAENZ

ABEL GILBERT

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Argentina ha quedado hoy miércoles en estado de conmoción por el fallecimiento de Néstor Kirchner. El expresidente sufrió un paro cardiorrespiratorio con muerte súbita en su residencia de descanso en El Calafate, la localidad patagónica más cercana al imponente glaciar Perito Moreno. Cuando lo llevaron al hospital, a las nueve y quince de la mañana, ya no había nada que hacer. Desde ese momento, el país ha quedado sumido en el desconcierto y la perplejidad. Kirchner no era un mandatario en "ejercicio", pero su figura estaba íntimamente asociada a la de su esposa, la jefe de Estado Cristina Fernández. La imposibilidad de disociar a las dos caras de un mismo proyecto (en los hechos a la mandataria se la llama Cristina K) explica parte del enorme impacto que ha provocado la noticia. El deceso abre una serie de interrogantes sobre el futuro que se irán develando con el tiempo.

Las especulaciones han cedido su lugar a las condolencias generalizadas, incluso de personajes de explícita aversión al matrimonio, y a la preparación de la gran ceremonia de Estado para despedir los restos del hombre que gobernó entre el 2003 y el 2007, y que aspiraba a retornar formalmente al poder en los comicios de octubre del 2011. Se ha declarado duelo nacional por tres días.

Cristina Fernández de Kirchner ha decidido que su difunto marido sea velado hoy jueves en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos de la Casa Rosada, la sede del Poder Ejecutivo. En la tarde del miércoles, las rejas que cercan al histórico edificio se saturaron de carteles y cartas de aliento. "Fuerza Cristina", "Néstor, te recordaremos siempre".

"Convocamos a los trabajadores a la plaza de Mayo a decirle adiós a uno de los grandes hombres que hemos tenido los argentinos. Después de Juan Perón y Eva Perón viene Kirchner, sin ninguna duda", ha dicho el líder de la central obrera oficialista, Hugo Moyano.

Legado

"Perón dejo a una vicepresidente inepta y un asesino en el poder", ha reocordado el escritor José Pablo Feinmann, en alusión José López Rega, el ministro de Bienestar Social, fundador de las bandas parapoliciales responsables de 1.500 ejecuciones. "En cambio, Kirchner deja a una presidenta inteligente", ha agregado Feinmann.

El matrimonio Kirchner funcionaba como una máquina política sincrónica. Néstor construía poder en la provincia de Santa Cruz cuando ella se centraba en Buenos Aires: fue diputada y senadora nacional en 1997 y el 2001. Esta complementariedad ha sido ponderada y criticada con igual intensidad. Mientras Cristina se apoderaba de las pantallas y diseñaba en voz alta políticas públicas, él negociaba en privado con empresarios, sindicalistas, caciques políticos de la periferia bonaerense y jefes de Estado extranjeros. Por ello, el kirchnerismo se ha quedado sin uno de sus pilares fundamentales. "Es muy difícil pensar todo sin su presencia", ha reconocido el jefe de los diputados oficialistas, Augustín Rossi. Moyano, uno de los personajes con mayor influencia en este país, ya se pronunció veladamente por la continuidad de la presidenta.

La noticia de la muerte de Kirchner también ha tenido una alta repercusión regional. El expresidente se desempeñaba como secretario general de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR). "¡Cuánto quisiéramos en este instante desolador, hermano pueblo argentino, compañera Presidenta Cristina, sostener tu mano para intentar darte la fuerza que a nosotros mismos nos falta!", ha dicho desde venezuela Huego Chávez. En Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva ha perdido a un aliado e interlocutor. Ambos coincidían en la necesidad de que América Latina se convierta en un espacio regional autónomo. "Es una gran pérdida", ha reconocido el colombiano Juan Manuel Santos.