La guerra del narcotráfico

Un ataque con cócteles molotov en Cancún causa ocho muertos

T. C.
MÉXICO

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Aunque la narcoguerra no afecta la zona hotelera y turística, Cancún es una plaza más de tráfico y secuestros, chantajes y asesinatos, disputada por el cártel del Golfo y Los Zetas. Un grupo de sicarios llegó la madrugada de ayer al bar Castillo del Mar y lanzó cócteles molotov que provocaron la muerte de al menos ocho personas, seis empleadas y dos clientes, quemadas y asfixiadas en un incendio que lo destruyó todo.

El lugar, un centro de ocio nocturno en una zona de la ciudad de Cancún a la que no llegan los turistas, estaba lleno de clientes. Muchos salieron al ver bajar de dos vehículos a seis sujetos armados. Otros se replegaron amenazados en un área sin salida. Los asesinos tiraron los cócteles molotov y huyeron en sus coches.

«Debe haber un móvil bastante fuerte para haber realizado esta acción», acertó a decir el fiscal de ese estado de Quintana Roo, Francisco Alor. El fiscal recordó que los propietarios del local fueron objeto tanto de amenazas como de propuestas de recibir protección. Uno de los dueños fue incluso secuestrado y liberado tiempo atrás. La opinión general era ayer que los autores de la matanza fueron Los Zetas. El mismo grupo que la semana pasada asesinó a 72sin papelesen un rancho de Tamaulipas.

Hasta que los muertos y las llamas la sacaron a la luz, la extorsión quedaba tan bajo tierra como los 15 cadáveres hallados entre mayo y junio en cuatro cenotes, las cuevas labradas por el agua en esa calcárea península de Yucatán. Tras el asesinato de dos jefes de la policía local, aquellos cuerpos torturados eran la prueba de que la guerra entre los cárteles de la droga llegó también a la ciudad de Cancún.