70º aniversario de la segunda guerra mundial

El revisionismo marca el recuerdo de la invasión nazi de Polonia

Preparativos para la conmemoración de Gdansk (Polonia), ayer.

Preparativos para la conmemoración de Gdansk (Polonia), ayer.

DMITRI POLIKÁRPOV
MOSCÚ

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El primer ministro ruso, Vladimir Putin, justificó al líder comunista Iosif Stalin –quien había firmado con Hitler el llamado pacto Mólotov-Ribbentrop en 1939 para repartirse Polonia– en la víspera de los actos para recordar el 70º aniversario del comienzo de la segunda guerra mundial, que tendrán lugar hoy en la ciudad polaca de Gdansk (antigua Dánzig), donde el 1 de septiembre de ese año comenzó la invasión alemana de Polonia.

Según Putin, la Unión Soviética no tenía más opción que ratificar ese acuerdo –«inadmisible desde el punto de vista moral», concedió– después de que Gran Bretaña y Francia sellaran en 1938 en Múnich un pacto de no agresión con la Alemania nazi, que sepultó «las esperanzas de crear un frente único de lucha contra el fascismo».

Putin hizo esta declaración en un artículo publicado en el diario polacoGazeta Wyborczay tituladoCarta a los polacos, que precede a su visita a Polonia, donde asistirá hoy junto a mandatarios europeos –con él y la cancillera alemana, Angela Merkel, en cabeza– a los actos de conmemoración del comienzo de la guerra más sangrienta del siglo pasado. El primer ministro ruso pidió «no especular con la memoria ni buscar en la historia motivos para reclamaciones y agravios mutuos».

El primer ministro ruso aprovechará su viaje para entrevistarse con Merkel, quien ayer declaró que la segunda guerra mundial «trajo un dolor interminable sobre Europa y el resto del mundo. Costó la vida a 60 millones de personas y condicionó el orden europeo durante décadas».

ENFADO POLACO / «Los polacos fueron los primeros en bloquear el camino del opresor», agregó Putin enGazeta Wyborcza. El tono conciliatorio empleado hará bien a la opinión pública polaca, de uñas por un reciente documental de la televisión rusa en que se informaba de un supuesto pacto entre Alemania y Polonia contra Stalin en 1934. También molestó un artículo aparecido en junio en una web afín al ministerio de Defensa ruso en que se culpó a Polonia del inicio de la guerra por negarse a «las modestas exigencias» de entregar Dánzig a Alemania. Una encuesta publicada ayer por un diario nacional polaco indicaba que la mayoría considera que Moscú tuvo tanta responsabilidad en el inicio de la guerra como Berlín.

Uno de los objetivos clave de la visita de Putin, en este sentido, es «contrarrestar los intentos de revisar la historia de la segunda guerra mundial», según informó Yuri Ushakov, vicejefe del gabinete del Gobierno ruso. Desde esta perspectiva, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, calificó el domingo como «mentiras cínicas» la iniciativa de la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) de responsabilizar en igual medida a la Unión Soviética estalinista y a la Alemania nazi por el estallido de la guerra.

El Parlamento Europeo quiere declarar el 23 de agosto la fecha del pacto con el que hace 70 años Hitler y Stalin se repartieron Europa como día del recuerdo de las víctimas del nazismo y el estalinismo. Medvédev no admite esta interpretación: «Estamos viendo unas tendencias asombrosas. Los gobiernos en los países bálticos y Ucrania ahora proclaman a los colaboracionistas nazis como héroes nacionales que lucharon por la liberación de sus naciones».

Putin espera dar un impulso a las relaciones entre Rusia y Polonia, nubladas por otro tema espinoso, que es la represión que siguió a la ocupación soviética de 1939. Las autoridades polacas han exigido del Kremlin que abra los materiales de la investigación de la matanza de Katyn que Rusia llevó a cabo en los años 90 bajo presión de la comunidad internacional. En el campo de concentración de Katyn, 22.000 oficiales polaco fueron fusilados por orden de Stalin.

Según Ushakov, Putin, asimismo, tratará con Tusk el polémico plan estadounidense de emplazar en suelo polaco y checo elementos de su escudo antimisiles, a lo que se opone Rusia. Moscú espera que Barack Obama reconsidere el proyecto, ideado por la Administración de Bush.