Más de 200 detenidos en la manifestación de Washington contra la guerra de Irak

EP/AP / WASHINGTON

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Un total de 222 personas han sido arrestadas tras la manifestación celebrada en Washington contra la guerra de Irak, que el próximo martes 20 de marzo cumple su cuarto aniversario, según ha informado el teniente de Policía Scott Fear. Los manifestantes han sido arrestados por detenerse delante de la Casa Blanca, en contra de la ley que obliga a todos los manifestantes de cualquier protesta a avanzar sin detenerse delante de la residencia presidencial.

Numerosos actos organizados por grupos pacifistas recordarán el cuarto aniversario de la invasión de Irak , que culminarán con una gran manifestación a la que está previsto que acudan unas 30.000 personas que recorrerán la distancia que separa el monumento a los veteranos de la Guerra de Vietnam y el Pentágono, sede del Departamento de Defensa. Alrededor de mil manifestaciones están previstas en total en otras ciudades de EEUU.

Rezos y luces entre la nieve

Los actos comenzaron anoche con un acto en el que miles de cristianos se congregaron en la Catedral Nacional de Washington para rezar por la paz. Tras la ceremonia, los participantes marcharon entre la nieve hasta la Casa Blanca, donde fueron detenidos por la policía. "Les hemos hecho tres advertencias y ellos no han cumplido las normas", ha dicho el teniente Scott Fear. "Hay una zona de la acera de la Casa Blanca donde la gente no se puede parar", ha explicado.

Las luces de la Casa Blanca han permanecido apagadas durante las protestas, ya que el presidente se encuentra este fin de semana en su residencia de Camp David, en Maryland.

Un "error moral" y una "ofensa a Dios"

La coalición ecuménica que organizó la protesta, Christian Peace Witness for Iraq (Testigos Cristianos de la Paz para Irak), distribuyó 3.200 entradas para acudir al servicio religioso de la catedral. La iglesia se llenó a pesar de que el aguanieve y la nieve impidieron la llegada de muchos.

"Esta guerra, desde un punto de vista cristiano, es un error moral, y lo ha sido desde el principio", ha asegurado al finalizar el servicio el reverendo Jim Wallis, fundador de uno de los grupos organizadores del acto. "Esta guerra es una ofensa a Dios", ha afirmado entre los aplausos de los fieles.