Historia

Hipatia de Alejandría, la primera científica silenciada

La falta de referentes femeninos en el ámbito STEM responde a un intento de apartar a las mujeres del conocimiento, como le sucedió a está filósofa, matemática y astrónoma en el siglo V

El libro infantil ’Científicas’, de Cristina Serret, reúne a un buen número de mujeres que han destacado en áreas de actividad como las matemáticas, la física o la química

Hipatia de Alejandría, filósofa y astrónoma que sobresalió en Alejandría en el siglo V hasta que fue asesinada

Hipatia de Alejandría, filósofa y astrónoma que sobresalió en Alejandría en el siglo V hasta que fue asesinada

Xavi Datzira

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Una de los grandes barreras para despertar vocaciones femeninas en las carreras STEM ha sido siempre la falta de referentes. Debido a ello, durante demasiados años ha predominado la idea de que las matemáticas, la física, la química o la ingeniería eran carreras de chicos. Sin embargo, no se trata de un malentendido o una casualidad, más bien de un engaño consciente cuyas raíces se hunden siglos atrás. Seguramente existen centenares de casos anteriores, pero uno de los que mejor demuestran este interés por apartar a las mujeres de la influencia científica es el asesinato de Hipatia de Alejandría en el año 415, cuando las luces de la Antigüedad comenzaban a apagarse para entrar en la Edad Media.

Se trata de una de las primeras científicas de las que se tiene referencia, según explican desde la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco, que cuenta con la plataforma Mujeres con Ciencia. Fue una maestra de prestigio en la escuela neoplatónica y realizó importantes contribuciones en los campos de las matemáticas y la astronomía. Su padre e instructor fue Teón, matemático y astrónomo que ejercía de profesor en la Biblioteca de Alejandría, fundada por la dinastía de los Ptolomeos con el fin de crear una de las mayores y mejor documentadas bibliotecas del mundo (tal y como explica a la perfección Irene Vallejo en su 'Infinito en un junco'). 

Avances científicos

Hipatia dio un impulso decisivo al álgebra con la creación de unos signos matemáticos que simplificaban y agilizaban las operaciones y los cálculos. También se interesó por la geometría de las figuras cónicas para estudiar el posicionamiento de los cuerpos celestes y llevó a cabo un análisis matemático de los movimientos de los astros. Por lo que se refiere a las ciencias aplicadas, se sabe gracias a los escritos de sus discípulos que confeccionó un planisferio celeste y un hidroscopio para pesar los líquidos. 

Fue integrante destacada de la escuela neoplatónica, cuyas ideas parten de los pitagóricos. Una sociedad científica que basaba su sistema de pensamiento en la contemplación y el descubrimiento del cosmos, palabra que crearon ellos mismos, como un universo ordenado por unas leyes cognoscibles. Las ideas desarrolladas por los pitagóricos supusieron una importante aportación al avance científico y su principal contribución a la cosmología fue desplazar la Tierra del centro del universo para colocarla, como un planeta más, alrededor del Sol. Todo ello siglos antes de Copérnico.

Espíritu integrador

En la escuela de Alejandría, Hipatia transmitió esta doctrina filosófica y con el espíritu integrador pitagórico, no separaba los estudiantes según su religión. Por eso, sus alumnos eran un modelo de diversidad cultural, religiosa y étnica. Pero la ciudad egipcia estaba sumida entonces en un encendido debate entre el paganismo heleno y el cristianismo. 

La llegada al poder de Cirilo, que atacaba a todos los colectivos religiosos que no aceptasen el cristianismo impuesto con el pretexto de purificar la fe, no solo fue el final del sueño cosmopolita y tolerante de Alejandría, sino también de Hipatia. Una campaña de difamación contra ella acabó con su brutal asesinato por parte de un grupo de fanáticos. Y, con ello, Occidente se sumió en una larga noche científica de la que no despertó hasta siglos atrás, un letargo que duró todavía más para las científicas.

Desde la infancia

Hipatia de Alejandría es la primera referencia que aparece en el libro infantil 'Científicas', de Cristina Serret (Shackleton Books), dentro de la serie Mis Pequeños Héroes. En él se reivindican y visibilizan a las mujeres científicas más brillantes de la historia. Arqueólogas, físicas, astrónomas, matemáticas que pueden servir de inspiración a las futuras científicas.

Por el libro ilustrado desfilan figuras como Ada Lovelace, Marie Curie, Maria Montessori, Rachel Carson, Rosalind Franklin, Dian Fossey, Margaret Hamilton o Maryam Mirzahani. Nombres que son un ejemplo de que el método científico no entiende de prejuicios.