Por un delito de tráfico

El rapero Morad consigue el tercer grado y podrá salir de prisión para trabajar

CONTEXTO | Morad ingresa en prisión para cumplir una condena por conducción temeraria

Concierto del rapero de L’Hospitalet, Morad.

Concierto del rapero de L’Hospitalet, Morad. / LAURA GUERRERO

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El rapero catalán Morad ha sido clasificado en tercer grado penitenciario tras ingresar en prisión de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Baix Llobregat), el pasado 8 de abril para cumplir una pena de seis meses de cárcel por un delito de tráfico.

Según han informado fuentes penitenciarias, el 23 de mayo la junta de tratamiento del centro, por unanimidad, lo clasificó en tercer grado. Sin embargo, el cantante sigue interno en Brians 2 a la espera de ser derivado a un centro abierto. Mientras, solo puede salir los fines de semana, como ya hizo el pasado viernes. Cuando esté en el Centre Obert de Barcelona, se hará una propuesta de horario de entrada y salida en función de su situación laboral.

El rapero de L' Hospitalet de Llobregat y origen marroquí ha tenido varios episodios de enfrentamiento con la Policía y la Justicia por cuestiones relacionadas con la circulación. En alguna ocasión se le ha detenido por no responder a citaciones judiciales por delitos contra la seguridad del tráfico y en alguna otra por conducir sin carnet.

Cabe recordar que a finales de febrero el artista aceptaba una pena de dos años de cárcel por los incidentes ocurridos durante la grabación de un videoclip en 2021 en L'Hospitalet de Llobregat.

En esa ocasión el rapero se enfrentaba a siete años de cárcel por incitación a desórdenes públicos y atentado agravado con instrumento peligroso. La fiscalía y el abogado de Morad llegaron a un acuerdo de conformidad previo y no se celebró el juicio.

Al rapero se le aplicó el atenuante muy cualificado de reparación del daño al haber consignado los 2.400 euros en concepto de responsabilidad civil que pedía el ministerio público. La cantidad correspondía a los daños que sufrieron seis vehículos de la Guardia Urbana, contra los que varios individuos arrojaron huevos y piedras.