El comercio local de L'Hospitalet teme los efectos de la inflación ante la campaña navideña

“Este año toca reducir los gastos. Todo está carísimo. Ahora voy a diferentes supermercados para comparar precios”, remarca Marta Serra, vecina de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelonès), a la salida del Mercat del Centre.

Marta explica como a lo largo de los últimos meses ha ido cambiando sus hábitos de consumo y que ahora compra menos carne y pescado en pro de huevos y pollo. “También he reducido en extras como el queso o el embutido. Si antes compraba dos o tres veces por semana, ahora una como mucho y si compro jamón, por supuesto, nada de ibérico”.

El ejemplo de Marta no es una excepción, como ya publicó este diario, el último barómetro de la Asociación de Empresas de Gran Consumo (AECOC) detectó que un 86% de los consumidores encuestados ha cambiado el establecimiento donde hace la compra para intentar bajar el coste de la cesta.

Tras dos años de navidades con confinamientos y restricciones por la pandemia del covid-19, 2022 se postulaba como una esperanza para el comercio de proximidad, pero la guerra en Ucrania y la consecuente inflación amenazan con frenar esta ansiada recuperación.

Iban Salvador, presidente de PimeComerç del Baix Llobregat y L’Hospitalet, advierte que, a causa de la subida de los costes energéticos y de la campaña de Black Friday, las previsiones para las pequeñas y medianas empresas no son buenas de cara a la actual temporada navideña. “En Catalunya, se prevé que la contratación caiga un 17% respecto al año pasado y que las ventas lo hagan un 15%”, señala Salvador, quien añade que L’Hospitalet y el Baix seguirán la misma línea.

Incertidumbre entre las asociaciones locales

Pese a que los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que la inflación bajó en octubre por tercer mes consecutivo, los alimentos volvieron a marcar una subida anual récord, del 15,4%, la más alta desde el comienzo de la serie, en enero de 1994.

“Todo está un poco a la expectativa”, refleja Mireia López, presidenta de la Asociación de Comerciantes de Santa Eulalia. López, quien también regenta un tienda de alimentación, comenta que las campañas de 2020 y 2021 fueron malas a causa la pandemia: “El año pasado te llegaban encargos y, de repente, se te cancelaban porque alguien había dado positivo y ya no se podían reunir”.

Así, la presidenta de la Asociación de Comerciantes de Santa Eulalia explica que en los meses de mayo y junio de este año preveían una “buena campaña navideña” después de que ya no hubiera restricciones y estuviera todo abierto, pero que la inflación les ha vuelto a poner en alerta. Pese a ello, López dice que cree que la campaña de este año será mejor que la de 2021.

Algo más optimista se muestra Cristina Martín, presidenta del Mercat del Centre de L’Hospitalet: “La gente se va a reunir, hay muchas ganas”. Sin embargo, Martín considera que las reuniones familiares este año serán “más contenidas” y que la gente optará por platos y productos donde los precios no subirán tanto.

Además, la presidenta del Mercat del Centre augura que tanto clientes como comerciantes se decantarán más por los encargos porque “hay piezas que son caras y no puedes perder ese producto”.

De la misma corriente que Martín es Manuel Gutiérrez, vecino de L’Hospitalet ya jubilado y cliente del Mercat del Centre que incide en que, aunque “tocará apretarse un poco más el bolsillo”, este año “hay ganas de hacer cosas” porque “mañana no sabemos lo que nos encontraremos”.

La defensa del pequeño comercio

Pese a la mala tendencia de los datos, Iban Salvador, de PimeComerç, señala que la campaña de Navidad dará "un poquito de aire" y que la verdadera preocupación son los meses de enero y febrero, cuando el consumo cae. Así, Salvador recuerda que la pequeña y mediana empresa ha tenido que aguantar "circunstancias muy duras" durante los últimos años, tanto por las restricciones y las bajadas de consumo derivadas del covid, como por la presencia cada vez mayor de las grandes superficies.

El discurso de Salvador lo comparte la presidenta de la Asociación de Comerciantes de Santa Eulàlia, Mireia López, quien incide también en que la preocupación se sitúa más en febrero: "Cuesta de enero no, de febrero, que es el mes donde realmente se nota".

Por su parte, M. Ángeles Sariñena, sexta teniente de alcaldesa y concejala de comercio y dinamización de L'Hospitalet, señala que comparten la inquietud por el cierre de pequeños comercios, pero defiende que desde el Ayuntamiento se trabaja para -además de las subvenciones otorgadas- fomentar la "modernización y especialización de los comercios" para que puedan adaptarse a las nuevas tendencias y seguir funcionando.

Así, Sariñena defiende la importancia del comercio local porque tiene "una función de cohesión social" y señala que, si no existiera "seríamos una ciudad dormitorio". Por este motivo, la concejala remarca que desde el consistorio se han programado una sesentena de actividades alrededor de los ejes comerciales y los mercados de la ciudad en un programa de Navidad que se desarrollará entre en 13 de diciembre y el 6 de enero.

Con todo, Mireia López pide a las administraciones, y concretamente al Ayuntamiento que cuide al pequeño comercio. "Se tienen que cuidar los entornos de los ejes comerciales, tanto en materia de limpieza, como de seguridad, como urbanísticamente. Si no, la gente se va al centro comercial", concluye López.

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