Fiscalía pide más de 22 años de cárcel

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El hombre acusado de prostituir y abusar de una menor y drogarla en una discoteca de Granollers durante el juicio de la Audiencia de Barcelona

El hombre acusado de prostituir y abusar de una menor y drogarla en una discoteca de Granollers durante el juicio de la Audiencia de Barcelona / ACN

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El hombre acusado de abusar de una menor y haberla prostituido cuando regentaba una discoteca de Granollers ha negado haber mantenido relaciones sexuales, haberle ofrecido drogas a cambio de sexo y haber pedido que la tuviera con otros hombres durante el juicio en la Audiencia de Barcelona.

La víctima, que declaró a distancia y con la voz distorsionada como medida de protección, afirmó que sí tuvo sexo con el acusado y con otro trabajador de la discoteca y que le ofrecieron drogas y dinero. También ha señalado que el acusado sabía que era menor y que estaba en un centro de acogida y que por eso se "aprovechó".

Las trabajadoras del centro han recordado el impacto "demoledor" que causaron aquellos hechos en la joven.

Está previsto que el juicio finalice este martes con los informes finales después de que, en la sesión de este lunes, la fiscal y la abogada de la acusación particular han adelantado que mantendrán la petición de penas por unos delitos que se habrían cometido entre 2016 y 2017.

La fiscalía pide 22,5 años de cárcel por los delitos de prostitución de una menor especialmente vulnerable, de abuso sexual continuado con acceso carnal por vía vaginal y contra la salud pública, además de un delito de corrupción de menores de 16 años, en este caso por haber ofrecido dinero a otra chica, de 15 años, a cambio de relaciones sexuales –que no llegaron a mantenerse-. La acusación particular pide 28 años de cárcel por los delitos de prostitución de menor, abuso sexual y contra la salud pública.

En la declaración, la víctima, que tenía entonces 16 años, ha explicado que el acusado le ofreció dinero y drogas, como alcohol, cocaína y marihuana, a cambio de sexo y ha afirmado que tuvo relaciones con él y el chófer de la discoteca en tres o cuatro ocasiones. La joven también relató que le ofrecieron tener sexo con otros hombres para "hacer negocio". La víctima ha dicho que el acusado sabía que vivía en un centro de menores y cree que por eso se aprovechó.

En este sentido, la fiscal señala en su relato que el acusado prometió a la chica dinero y drogas si mantenía relaciones sexuales con él y otros hombres, sabiendo que era menor y "aprovechando" su "labilidad" y adicción al alcohol.

Por su parte, el acusado aseguró que "nunca" tuvo relaciones sexuales con la chica ni tampoco le pidió que la tuviera con otros hombres a cambio de drogas y dinero y afirmó que él iba a la discoteca de forma puntual, puesto que quien se encargaba de la gestión del local era su pareja.

También indicó que la cocaína que encontraron en el registro en el local era de una clienta y que es "imposible" que entraran armas en la discoteca, aunque encontraron una pistola de aire comprimido y un cartucho de munición. El acusado ha señalado que el número de teléfono que le atribuyen, en el que en una conversación le reclaman un dinero prometido y él ofrece una copa, no es suyo, sino que lo gestionaban varios trabajadores del local.

Un "hundimiento" psicológico y emocional

La víctima recordó que necesitó atención psicológica y psiquiátrica, por lo que sufrió en aquellos meses y que incluso intentó suicidarse. Las trabajadoras del centro de acogida también hablaron del cambio que sufrió la menor, con un comportamiento cada vez "más perjudicial para ella" que no entendían.

La educadora social que era su referente ha descrito una "especie de hundimiento" psicológico y emocional y ha explicado que las fugas del centro eran cada vez más frecuentes y opacas en esa época. Las profesionales del centro han hablado de los intentos de autolesiones.

Este cambio tan agravado empezó unos meses antes de que explicase los hechos a una de las educadoras y han destacado que le costó llegar a ese momento porque se sentía muy avergonzada.

La responsable del centro ha destacado que quiso preparar a las chicas psicológicamente para afrontar los hechos para que no se sintieran revictimizadas y ha recordado que los menores que viven en estos centros ya vienen de historias muy complejas, en muchos casos marcadas por la violencia. También ha expresado que todos han tenido "miedo" en este proceso, sobre todo a las chicas. En el juicio también han declarado como testigos otras chicas que acudían a la discoteca y que conocían a la víctima.

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