Doctrina milenaria

'Mindfulness': cómo ayuda la meditación a Kate Middleton a sobrellevar el cáncer

La ciencia respalda el poder de la meditación como herramienta complementaria al tratamiento médico de la enfermedad

“Con la meditación, la respiración profunda y cosas similares me enseñaron que cuando estaba mal podía tomar el control”, aseguró la princesa

"Kate Middleton ha vuelto a recurrir a la meditación durante su proceso de recuperación del cáncer"

Kate Middleton reaparece en Wimbledon

Kate Middleton reaparece en Wimbledon / Gtres

Natalia Vaquero

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Meditar es un ejercicio mental que, a través de la atención, entrena la mente para alcanzar un estado de paz, calma y serenidad interior. Un estado que es esencial en la vida cotidiana y aún más crucial en momentos de crisis personal. La princesa de Gales, Kate Middleton, ha optado por esta técnica en busca de la tan deseada tranquilidad para afrontar un difícil momento de salud, tal y como avanzó en exclusiva Prensa Ibérica.

Middleton intenta recuperarse de un tratamiento de quimioterapia preventiva para combatir un cáncer que hizo público el pasado marzo. La esposa del príncipe Guillermo busca la paz interior de la mano de Chris Levine, el artista del retrato más icónico del siglo XXI de la reina Isabel II, y experto en meditación 'vipassana', una modalidad dedicada a profundizar mediante la respiración consciente en las sensaciones del cuerpo y la mente.

La princesa de Gales reconoció en 2020 que durante los tres embarazos de sus hijos recurrió al hipnoparto. Se trata de una técnica que mediante la hipnosis permite combatir los miedos del embarazo y del parto. Kate Middleton contó entonces que gracias a este método y a la meditación supo hacer frente de mejor forma a los nueve meses de cada uno de sus embarazos. “Con la meditación, la respiración profunda y cosas similares me enseñaron que cuando estaba mal podía tomar el control”, aseguró.

Pero, ¿hasta qué punto puede ayudar la meditación cuando uno padece una grave enfermedad?

No existe evidencia científica de que esta práctica milenaria sirva para curar un cáncer, aunque diversos estudios médicos respaldan el poder de la meditación como herramienta complementaria al tratamiento médico de la enfermedad. La meditación no solo contribuye a la curación emocional del paciente, sino que fortalece también su sistema inmunológico.

"Todo tipo de actividades relacionadas con lo que ahora llamamos 'mindfulness' ayudan a sobrellevar situaciones de quiebra personal o inseguridad cuando la vida de alguien está en el aire", asegura Juan José Martínez Jambrina, psiquiatra y director del área de gestión clínica de salud mental del Hospital San Agustín de Avilés, firme defensor de las técnicas de relajación y entrenamiento autógeno de Schultz, quien no obstante recalca que lo que cura o no el cáncer no es la meditación "sino tratamientos médicos quirúrgicos como la quimioterapia, radioterapia o la inmunoterapia".

Jambrina llega a concretar sus efectos: la meditación solo ayuda en un cinco por ciento en el éxito de un tratamiento oncológico, el resto depende de cómo funcione ese tratamiento, de la alimentación y de la combinación de otros factores.

El estrés crónico mata

Mayor confianza en la meditación y las técnicas de relajación muestra Ramón Carballo, médico especialista en psiquiatría, formado en análisis transaccional y terapia Gestalt, defensor de la relación existente entre los pensamientos, las emociones, los conflictos psíquico-biológicos y las enfermedades como el cáncer.

"Esos conflictos mal procesados tienden a producir enfermedades graves", asegura, al tiempo que señala que una de las principales fuentes de ese malestar emocional está en los disparados niveles de estrés que padecemos en la sociedad actual.

Y es que el estrés crónico mata y está relacionado con más del 85 por ciento de las enfermedades, alerta Carballo, decidido a explicar cómo el estrés activa miles de oncogenes, provoca ictus, demencias tempranas, envejece y predispone a la depresión, la segunda causa de discapacidad en el mundo. "Una alimentación saludable, dormir bien, tener paciencia, dejar que la vida fluya y practicar la meditación para gestionar de forma saludable la emociones en momentos difíciles es fundamental para prevenir y mitigar ese estrés crónico que mata", añade Ramón Carballo.

Un diagnóstico parecido da el doctor Pedro Lara, director del Instituto Canario de Investigación del Cáncer, quien certifica que el estrés debilita las defensas. Aquellos pacientes que logran mediante técnicas de relajación controlar el estrés y evitar la depresión, experimentan una mejor calidad de vida y mayor longevidad.

Está comprobado que la meditación reduce el estrés, disminuye los síntomas físicos asociados a los tratamientos médicos y mejora la calidad de vida de los pacientes oncológicos, asegura Lara.

Al reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, mejora la función neuroendocrina, así que la meditación emerge como una herramienta valiosa para complementar el tratamiento tradicional del cáncer.

"Es importante enseñar a las personas a controlar la ansiedad con técnicas de relajación y respiración, pero siempre guiadas por profesionales de la Salud Mental", recalca Jambrina,” no vaya a ser que te den gato por liebre y acabes con un falso gurú o un aprendiz de curandero que agrave tu situación", avisa.

Parecido consejo ofrece Carballo, quien más que meditar recomienda "no remar contracorriente" en la vida para alcanzar una mínima paz interior que resista a las enfermedades. Si estas llegan en forma de cáncer y este se supera, "hay que analizar qué nos pasó durante los seis meses antes de contraer la enfermedad, ver el trauma que nos llevó a esa situación y cambiar de vida para evitar que ese cáncer se reproduzca de nuevo", avisa.

"Nuestras necesidades de sentirnos en un mundo seguro, placentero y dentro de una jerarquía social, están condicionadas por nuestra naturaleza animal", añade, convencido de que "podemos mediante la meditación observar el mundo desapasionadamente, como si fuese un espectáculo de formas en continuo cambio, para entrar en un núcleo de paz y alegría del corazón que nos de sosiego", concluye.