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Ellen DeGeneres

Ellen DeGeneres / Redacción Yotele / EL PERIÓDICO

Natalia Araguás

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Ellen DeGeneres ha anunciado su retirada definitiva una década después de su mítico selfie en la gala de los Óscar, con Julia Roberts, Angelina Jolie y Bradley Cooper entre las superestrellas que se apelotonaban por salir en la foto. “Solía decir que no me importaba lo que la gente dijera sobre mí. Ahora me doy cuenta de que lo dije en la cima de mi popularidad”, reflexionó durante su actuación en Santa Rosa (California) de ‘Ellen’s Last Stand… Up’, la gira de monólogos en la que se encuentra inmersa y que será la base de un documental en Netflix que pondrá punto y final a su carrera. Luego ni siquiera seguirá siendo la voz a Dory en ‘Buscando a Nemo’. “No, me voy, adiós”, ha advertido la cómica, de 66 años.

La carrera de DeGeneres, una de las mujeres más ricas del planeta –450 millones de dólares de patrimonio según ‘Forbes’-, toca a su fin. Hace dos años, 'The Ellen DeGeneres Show', finalizó abruptamente tras 19 años en antena después de trascender las denuncias de antiguos empleados por un ambiente laboral tóxico. La purga de tres directivos no bastó para remontar las audiencias, que cayeron en picado.

DeGeneres no pudo evitar llorar en su último programa, que rompió muchas barreras, además de la de la longevidad televisiva. “Cuando comenzamos no se me permitía decir gay. Tampoco se me permitía decir ‘nosotras’, porque implicaba que yo estaba con alguien; ni ‘esposa’, porque no era legal que la gente gay se pudiera casar. Ahora digo gay todo el tiempo”, bromeó en aquel monólogo. En primera fila estaba Portia de Rossi, su mujer desde 2008, que en medio de la polémica cerró filas junto a ella. Tras dejar el programa, sufrió una depresión. “Me echaron del negocio por ser mala”, bromea ahora en su gira final de monólogos. “Yo puedo ser exigente, impaciente y dura, soy una mujer fuerte. Soy muchas cosas, pero mala no”.

"Soy gay"

No era la primera vez que la cancelaban. Salió del armario por la puerta grande en 1997: “Yep, I am gay” [Sí, soy gay] fue su manera de confirmarlo, en la portada del ‘Time’. Protagonizaba por entonces la serie ‘Ellen’, que al poco tiempo dejaba de emitirse, y las ofertas de trabajo no llegaban. Siguió con sus monólogos; el 4 de noviembre de 2001 cumplió con el difícil encargo de presentar la gala de los Emmy que a punto había estado de anularse por los atentados del 11-S. “¿Qué podría alterar más a los talibanes que una lesbiana en traje frente a una sala llena de judíos?”, fue la frase que dejó para el recuerdo. Al cabo de dos años, se ponía al frente de 'The Ellen DeGeneres Show'.

Su terapeuta la consuela de sus caídas en desgracia diciéndole que muy poca gente sufre dos humillaciones públicas de esa magnitud, pero aún menos alcanza sus cotas, ha contado. DeGeneres procede de una familia humilde de Lousiana que la educó en la Ciencia Cristiana, cuyos creyentes prescinden de vacunación según ella misma parodiaba en ‘Relatable’, disponible en Netflix. Sufrió abusos siendo una adolescente por parte de su padrastro y tuvo múltiples empleos –de camarera a secretaria– antes de triunfar en la comedia.

Queda por ver a qué se dedicará Ellen DeGeneres fuera del mundo del espectáculo. Por lo pronto, ella y Portia di Rossi practican el ‘house flipping’: compran fabulosas mansiones, las reforman y las venden con un pingüe beneficio. También creó en 2018 ‘The Ellen DeGeneres Wildlife Fund’, una organización que lucha por la preservación de los gorilas en Ruanda y que recibió como regalo de su esposa por su 60 cumpleaños. Le hubiese gustado entrevistar a Dian Fossey, la zoóloga consagrada que inspiró ‘Gorilas en la Niebla’, uno de los pocos sueños que le han quedado por cumplir. 

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