La vida contigo

Leticia Sabater: "Como persona soy conservadora, pero como artista soy la más transgresora y liberal del mundo"

La presentadora y cantante, que lleva 40 años en el candelero mediático, ha vuelto a presentar su candidatura a canción del verano: 'Titi, cómeme el toto'

Leticia Sabater

Leticia Sabater / EUROPA PRESS

Álex Ander

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Entretenedora sería una buena palabra para definir a Leticia Sabater (Barcelona, 1966), que lleva casi 40 años en el candelero mediático, principalmente, gracias a su carácter ambicioso y su buena intuición. En sus comienzos fue una chica Hermida en el magacín matutino de Televisión Española, y en la década de los noventa consiguió comerse el mundo como presentadora sexy de programas infantiles. Tiempo después, tras protagonizar un matrimonio fugaz con un empresario ovetense y pasar por varios realities, se encariñó con su faceta de animadora de eventos —privados y públicos— y cantante de temas desvergonzados como La salchipapa Mr. Policeman.

El videoclip del último de ellos, Titi, cómeme el toto, acumula en apenas unos días cerca de un millón de reproducciones en Youtube. “La gente debería escuchar mi nueva canción, porque es el temazo electro más importante del verano”, opina la artista. "Está hecho por dos discípulos de David Guetta, que es el maestro de la electrónica. Se trata además de una canción muy graciosa y simpática, y que hará que te pongas a bailar como un loco".

-Desde que empezó en esto, no ha parado de trabajar. ¿Cuál es el secreto de su éxito?

-El secreto está en no bajar nunca la guardia, intentar sorprender al público y reinventarse con cada lanzamiento musical. Bueno, en realidad he procurado reinventarme en cada proyecto que he asumido desde que tenía diecisiete años. También es muy importante ser inteligente, tener tesón, ser observadora,... Hay muchas cosas detrás de lo que entiendo por reinventarse. Para hacerlo tienes que ser valiente y dejar de lado todo lo que habías hecho hasta este momento, por mucho éxito que te diera. Debes ser capaz de empezar desde cero como hice yo, que llegué a actuar para diez mil personas cuando me dedicaba al mundo infantil y luego, cuando me dediqué al público adulto, comencé actuando frente a cien. No todo el mundo tiene la capacidad que yo tengo de dejar el ego en la puerta.

-¿Cree que está lo suficientemente valorada como artista musical?

-Sé que soy una artista diferente. Cuando eres alguien que evita ser un borrego, siempre vas a contar con personas que te aman y con otras que no entienden tu arte. No sé si estoy valorada como artista o no, lo que veo es que mis conciertos están llenos. Además, el secreto del éxito no se conoce, pero el fracaso está en intentar gustar a todo el mundo. Yo nunca pretendí eso, sino tener un nicho de personas que son como yo. Gente inconformista, que tiene su propia personalidad y que no busca ir a la cola de los borregos. Los que vienen a mis conciertos tienen claro qué es lo que van a ver. Van allí para divertirse, cantar y bailar. Saben que no van a ver a Beyonce, sino a una showoman.

-Pero supongo que es consciente de su imagen de friki ahí fuera.

-Sí, pero es que lo de friki es un halago para mí. No es nada negativo, desde luego. Para mí un friki es una persona que sabe reírse de sí misma, que es capaz de caricaturizar muchísimas cosas, que tiene retranca e ironía,... Un friki es una persona que no tiene ningún tipo de complejos ni sentido del ridículo. Y luego están esos acomplejados que opinan que la palabra friki es negativa.

-¿Le siguen resbalando entonces las críticas?

-Me resbalan del todo. A mí me importa que la gente que viene a verme disfrute y se lo pase bien. No me sirve de nada que digan que soy maravillosa si luego mis conciertos están vacíos. Eso sí que sería una catástrofe para mí y me llevaría a pensar que estoy haciendo algo mal.

-Ni siquiera le afectan los comentarios jocosos sobre su aspecto físico?

-A mí los memes por ejemplo me encantan. De hecho, soy de las pocas artistas que se ríen con sus propios memes. Sé que hago lanzamientos musicales diferentes, bastante creativos y controvertidos, y lógicamente me gusta que la gente opine sobre ellos. De pequeña sí lo pasé mal, puesto que sufrí bullying por mi aspecto físico, pero ahora ya estoy curada de espanto y me dan igual ciertas críticas.

-Ha dicho que sigue teniendo la misma vitalidad que cuando en los noventa presentaba programas infantiles.

-Diría que sí tengo la misma vitalidad, porque ahora, en mis conciertos, me muevo igual que me movía en los noventa. Me cuido y voy al gimnasio todo lo que puedo. Ten en cuenta que luego me paso dos horas sobre el escenario. También cuido mucho lo que como, procurando tomar mucha fruta, verdura y alimentos con fibra, pues esto te da mucha fuerza de cara a actuar.

-Pertenezco a esa generación de criaturas que creció viendo Con mucha marcha. ¿Por qué dejaron de hacerlo, con lo bien que funcionaba?

-Son cosas que pasan. Íbamos líderes de audiencia, pero aquello fue una decisión de los de arriba. Cuando dejé de hacer ese programa, me convertí en productora e hice el musical El mago de Oz, que tuvo muchísimo éxito durante varios años. También he hecho cine y mucho teatro, donde por cierto empecé junto a Arturo Fernández. A lo largo de cuarenta años he podido hacer de todo. Tuve distintas etapas y en algunas combiné varias cosas, como cuando estuve haciendo a la vez realities y teatro. Recuerdo que rechacé un contrato de presentadora para ir a concursar a La isla de los famosos. En líneas generales, he hecho siempre lo que me ha gustado. En otros momentos me han hecho ofertas que no esperaba y que decidí aceptar. De todo aprendes al final. Siempre digo que para poder tener una carrera tan larga como la mía es necesario conocer el negocio por fuera y por dentro.

-Después de toda una vida dando el callo, imagino que habrá podido construir un buen colchón económico.

-La verdad es que sí. Si quisiera, me podría retirar ya y vivir de mis alquileres. Sigo trabajando por amor a esto.

-Una de sus señas de identidad consiste en enseñar chicha. ¿La carne sigue vendiendo?

-Sin ninguna duda. La carne ha vendido siempre. Ahí tienes el ejemplo de Supervivientes: cuando se ponen todos en bikini en la playa, el programa funciona de maravilla. A mí siempre me ha gustado jugar con el tema de la sexualidad, es algo que he normalizado mucho. El sexo es algo normal desde que el mundo es mundo. Para algunos es un tema tabú, pero para mí no lo es.

-Algunas feministas no piensan lo mismo.

-Sinceramente, a ellas es que no las tengo ni en cuenta. Cada uno que se preocupe de lo que piensa él. Mi vida la vivo para mí, no pensando en qué opinarán las feministas. Considero que debe haber igualdad entre hombres y mujeres en temas como los salarios, y que ambos deben tener los mismos derechos. Pero a mí no me enfada que venga un hombre y me diga un piropo, sino más bien al contrario. Hemos llegado a un punto en que parece que hay que criticar al hombre por el simple hecho de ser hombre, y esto no va con mi manera de ser. Yo admiro a los hombres y no podría vivir sin ellos, me aburriría un montón.

-¿Se considera conservadora?

-Mi educación ha sido conservadora. Como persona soy conservadora, pero como artista soy la más transgresora y liberal del mundo. Cuando estoy en el escenario soy una leona, pero eso no tiene nada que ver con mi vida personal. Fuera del escenario soy una tía con ética y valores, conservadora y a la que es muy difícil llevarse a la cama. Todo el mundo confunde a la artista con la persona.

-Tengo la sensación de que sigue priorizando el trabajo frente al amor.

-Sí, lo sigo priorizando. Lo he priorizado siempre, durante toda mi vida. Por eso me va bien en el trabajo y fatal en el amor [ríe]. Ahora mismo no tengo pareja, y para mí es muy difícil tenerla. Con una agenda de 150 conciertos, que son los que tengo este verano, ¿quién me va a aguantar? Todo el mundo quiere verte bailar y cantar, pero en realidad, con tanto trabajo, una no tiene tiempo para dedicar a su vida personal. Te diría que 2024 es el año en el que más conciertos voy a hacer. Es que ya no tengo ni fechas disponibles.

-¿No será que también es demasiado exigente a la hora de buscar pareja?

-Creo que no soy tan exigente. Lo que no me gustan son los chupaculos, esos me aburren soberanamente. Me gustan las personas normales, esas que valoran su trabajo y respetan el tuyo. Tampoco quiero chupópteros, porque de esos ya hubo alguno en mi vida y creo que tuve suficiente. Antes de salir con un chupaculos o con un chupóptero, me quedo sola. Pienso que más vale estar sola que mal acompañada.