Bertín Osborne y Gabriela Guillén, continúa el mal rollo

Bertín Osborne creía que, con el comunicado, aceptando la paternidad del hijo de Gabriela Guillén, la tensión entre ambos desaparecería. La tensión y la presión mediática. Pero no ha sido así. Gabriela está harta y así lo hizo saber esta semana en 'Espejo Público' (Antena 3). Aseguraba que el cantante no se interesa por el bebé y que va a luchar hasta el final por sus derechos.

Bertín Osborne

No quiere hacerse las pruebas de paternidad. Que no, que no quiere el paseíto a los juzgados con toda la prensa en la puerta y con la muestra de su esperma en mano (bueno, eso no iba a pasar, pero sería divertido) para comprobar que genéticamente es el padre de la criatura. A Bertín le parece redundante y bochornosa esta opción. Él cree que ya ha hecho suficiente y que no hace falta más. Que la sentencia será favorable a los derechos del menor con su aceptación. Pero Gabriela Guillén no lo ve igual. El cantante ya ha cambiado varias veces de opinión. Aún retumba en la cabeza de Gabriela la portada de la revista ‘Hola’ donde Norberto aseguraba que “he decidido que no voy a ser padre”. ¡Cómo si eso se pudiera decidir! Cuando estas desafortunadas declaraciones generaron tanta polémica y tanto rechazo que afectaron a su imagen y a sus negocios, Bertín rectificó, asumió que iba a hacerse responsable de sus actos y pidió perdón. Poco se habla de lo que ha conseguido y consigue la lucha feminista y de lo que nos estamos deconstruyendo como sociedad. En otro momento, no hace tanto, a Bertín no se le hubiera dicho ni mu y seguiría llenando plazas de toros en sus conciertos. Ahora, no solo tiene que pedir perdón, sino que su imagen ha caído en picado.

Si es que a su amigo Arévalo le pasó lo mismo o parecido. El cómico, en paz descanse, hacía mucha gracia con sus chistes de ‘gangosos’ hasta que se vio que el capacitismo no es motivo de mofa. Pues con Bertín lo mismo. Ya nadie le ríe sus machiruladas.

"Urdangarines"

Estos días los hijos de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin están siendo noticia. Todos menos Juan, el mayor, que es el más discreto y el más protegido. Muy al contrario que su primo Froilán, Juan es muy casero, poco dado a las relaciones sociales y con pocas ansias de protagonismo. Sus últimos años en el colegio, cuando su padre estaba imputado por el Caso Noos, no fueron fáciles. Y la cosa no mejoró con el tiempo que vivieron en Washington. Ahora su objetivo es pasar inadvertido y que poco se sepa de él. Pero sus hermanos esta semana han sido noticia. Todos.

Miguel, el pequeño de los varones, saltaba a las páginas de las revistas al ser fotografiado, por primera vez, con su novia. La chica se llama Olympia Beracasa, es venezolana y procede de una familia millonaria que reside en Suiza. Pero eso es lo de menos. Hace unos meses fue pareja de Bosco Martínez-Bordiu, sobrino de Pocholo. Esto, la familia del Rey, no le ha hecho mucha gracia.

Pablo Urdangarin, por su parte, está de vacaciones y ha viajado a Múnich con su novia, Johanna Zott, donde disfrutaron del partido de Eurocopa en el que la selección española consiguió ganar a la de Francia. Las Mamarazzis fuimos bien informadas de esta escapada de los tortolitos. Estuvieron presenciado el partido en una zona privilegiada del Allianz Arena. No estaban en el palco, pero sí en una zona muy VIP, justo detrás de las familias de los jugadores. Nos cuentan que gritaron y aplaudieron como los que más. Nada de perfil bajo, el partido merecía disfrutarlo al máximo y así lo hicieron.

Irene Urdangarin, la pequeña del clan, no tendrá unas vacaciones muy tranquilas. Después de tomarse un año sabático, vivía centrada en sacarse el carnet de conducir y, según Informalia, lo ha suspendido. Serán la primeras vacaciones con su novio, Juan Urquijo, y si se escapan a algún lugar, va a tener que conducir él.