ESTRELLA EN ALZA

Julia Garner, la rubia imparable

La actriz, que acaba de ganar su segundo Emmy por la serie 'Ozark', encadena un proyecto tras otro

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Luis Miguel Marco

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En su casa cerca de Hollywood Lake, junto a su marido, con un vestido pijama de satén nacarado, perlas y un peinado y maquillaje años 20, todo de Chanel, Julia Garner recibía emocionada el pasado domingo su segundo premio Emmy por su papel en la serie 'Ozark' que tantas alegrías le está dando. La serie está a la espera de retomar este otoño la anunciada cuarta y última temporada, en cuanto la pandemia lo permita.

A sus 26 años, Julia Garner está apuntalando una carrera de lo más prometedora. Quizá tuviera problemas de pequeña para leer, pero ha demostrado tener un oído y un olfato muy finos para imprimir a sus personajes credibilidad, como esa joven en un mundo de hombres, en realidad más poderosa que ellos, haciendo negocios con la mafia.

"Recuerdo que preparé la audición para 'Ozark' y puse acento de Misuri, aunque nunca he estado allí", ha explicado esta neoyorquina nacida y criada en el Bronx, que fue elegida en el 2017 para encarnar a Ruth Langmore, una chica de 19 años con un padre en la cárcel y agallas para los negocios, que se convierte en parte esencial de la operación de lavado de dinero de Marty Byrde -el protagonista y director de varios episodios de la serie, Jason Bateman- y de su mujer Wendy Byrde -la actriz Laura Linney- en un club para 'stiptease' y en un casino.

Bette Davis y Richard Dreyffuss

Menuda y de piel muy blanca, Garner ha hecho de la actuación su terapia personal. "Incluso después de que aprendí a leer bien con 10 años, era tan tímida que todo lo que decía me hacía sentir estúpida. Empecé a tomar clases de actuación para ganar confianza, y me enamoré de la interpretación". Le ayudaron las viejas películas de Bette Davis y Richard Dreyfuss, actores a los que siempre admiró. Bueno, eso y su peculiar familia judía, una madre terapeuta, un padre profesor de arte y una hermana mayor profesora de inglés en una escuela secundaria. "Me siento tan afortunada de haber crecido en la casa en la que crecí, donde se hablaba y se gesticulaba mucho, todo eso ayuda", explicaba Garner en entrevista reciente con 'The Hollywood Reporter'.

Su primera audición fue para una serie de Nickelodeon a los 15 años. No la cogieron. Y de hecho encadenó muchas negativas. "No era como el resto de adolescentes", recuerda. Así que su primer papel relevante lo consiguió en una cinta indie: 'Martha Marcy May Marlene' en el 2011. Tenía 17 años.  Desde entonces, no ha parado. En 'Grandma' (2015) era una adolescente que intenta abortar con la ayuda de su excéntrica abuela -la actriz Lily Tomlin-. Luego vendría un rol secundario en 'The Americans'. En 2018, interpretó a la hermana de Emma Stone en la serie de Netflix 'Maniac' de Cary Fukunaga. Y mientras, claro, de cabeza al lago Ozark. Bueno, en realidad al lago Allatoona, cerca de Atlanta, donde se ha grabado la serie debido a la exención de impuestos en el estado de Georgia. 

Garner también ha participado en uno de los eposidios de 'Modern Love' y el año pasado en la película 'The Assistant', un drama (disponible en Hulu) inspirado en el escándalo sexual de Harvey Weinstein narrado a través de la experiencia de su asistente. "Es una película necesaria, sobre todo porque deja en claro que el movimiento #MeToo es muchísimo más grande que Harvey Weinstein", declaró a raíz de ese estreno en el Festival de Sundance. 

El papel más duro hasta ahora

Será también la protagonista de 'Inventing Anna', la nueva serie de Netflix de Shonda Rhimes que se centrará en la historia de la llamada estafadora del SoHo, Anna Sorokin, una rusa que en 2013 se hizo pasar por una heredera alemana llamada Anna Delvey y a la que visitó en prisión para preparar el papel. "No la juzgo, simplemente quería entender por qué hizo lo que hizo. Puede que sea el papel más duro que he interpretado hasta ahora", ha dicho de una serie de diez episodios del que ha grabado de momento la mitad, y que también está en 'stand by' y sin fecha de estreno por culpa del covid. Por su fuera poco, su nombre suena también para interpretar a una joven Madonna en el 'biopic' que anunciado la cantante.

Además de recoger emocinada el Emmy desde el salón de su casa vestida y maquillada por Chanel, la joven asegura que ha aprovechado el parón obligado para dormir mejor después de muchos meses en blanco, limpiar los armarios, escuchar hip hop de los 80 que le encanta, leer algunos guiones, trabajar diferentes acentos. Y, sobre todo, ha pasado más tiempo con su marido, Mark Foster, el líder de banda de indie rock Foster the people con el que se casó en diciembre pasado en el ayuntamiento de Nueva York, y con su perro, Biz.  

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