PRÓXIMA VISITA AL PALAU DE LA MÚSICA

Salvador Sobral: "Ponga que las entradas de los conciertos son muy caras"

El portugués que ganó Eurovisión presenta el disco 'París, Lisboa' antes de su actuación en Barcelona en mayo

Luis Miguel Marco

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El ganador del Festival de Eurovisión 2017 con 'Amar pelos dois' llega con su primer disco de estudio grabado tras su triunfo y su trasplante de corazón. Se llama 'París, Lisboa' en recuerdo de aquella maravillosa película, 'París, Texas', de Wim Wenders con banda sonora de Ry Cooder, y está  lleno de texturas y sonoriades jazzísticas. Nos vemos con Salvador Sobral (Lisboa, 1989) en el estudio de sus amigos de Barcelona, pegadito a la Sagrada Família, donde viene de vez en cuando. Tiene un aspecto excelente y aunque muestra alergia a las fotos y la promoción, se suelta un poco. El próximo 16 de mayo se presenta con sus músicos en el Palau de la Música. «Estoy como loco por cantar aquí, pero pon que las entradas son muy caras, tío».

-¿No le gusta la promoción, verdad?   

-Es lo único que considero un trabajo. Componer, cantar, para mí no es trabajo. 

-Le encanta ir por la calle sin que le conozcan, aquí y en Lisboa.

-Eso es. He cambiado mucho físicamente desde Eurovisión. Allí estaba 20 kilos más flaco. Ahora llevo el pelo más corto.

-Tengo que felicitarle porque volvió a nacer y por su boda reciente.

-Sí, me casé con mi mujer, Jenna Thiam, que es francesa. E hicimos una fiesta, una celebración del amor, en la Fábrica do Braço de Prata. Es mi casa, donde he cantado montones de veces, un paraíso cultural en Lisboa. A ella la conocí a finales del 2016 y ha estado a mi lado en los buenos y en los malos ratos.

-Habla español con un acento muy curioso, ¿andaluz?

-Me gusta el acento venezolano y voy cambiado al andaluz, porque tengo muchos amigos andaluces. Siento obsesión por las lenguas. Mi animal de espíritu es un papagayo. Todo lo que escucho, lo repito. Ahora estoy aprendiendo sueco. Después de la música, mi gran amor son las lenguas, así que si un día me quedo sin voz tendré que dedicarme a hacer traducciones.

-En el disco canta en portugués, en castellano, en francés y en inglés. 

-Incoherencia artística. Dispersidad. ¿Qué dirán los críticos? Un artista que busca en su estilo. Yo soy así, tío. Ese soy yo. La coherencia está en los músicos y en mi voz. Creo que tenemos un sonido de cuarteto muy personal y característico.

-Hay una balada en la que vuelve a cantar con su hermana, Luísa.

-'Prometo nao prometer'. Es el estilo de 'Amar pelos dois'.  Muy encajadita. Ella viene el 11 de abril a Luz de Gas. 

-Es verdad que su madre decía que tenía un Caetano Veloso y una María Bethânia, que son hermanos.

-Todavía lo dice. Mi madre enloquecía con María Bathânia. Yo crecí amando su música.

-¿Cómo fue conocer a Caetano?

-Dicen que uno no debería conocer a sus ídolos. Pensaba que eso era verdad hasta que conocí a Caetano, tío. Él es la persona más humilde que he conocido. Me veía cantando con admiración. A mí. Luego estuvo tocando la guitarra durante horas, con 76 años. Ya me gustaría que me pasara eso a mí.

-Hay bossa nova en el disco.

Sí. 'Ela disse-me assim', una canción brasileña que Joel Silva me propuso hacer. Los portugueses crecemos con la bossa nova como ustedes con los boleros cubanos. 

-Y de chanson francesa.

-Eso es porque hace año y medio empecé a escuchar a los grandes franceses:Jacques Brel, Yves Montand, Serge Gainsbourg... y esa base está también. Y luego está esa melancolía típica de la música portuguesa.

-Un amigo dice que no soporta más de tres fados: se abriría las venas.

-Lo entiendo perfectamente, tío. Yo no puedo más de 40 minutos. Me pasa lo mismo con el flamenco: es demasiado intenso.

-Aparte de su proyecto personal, canta boleros con Alma Nuestra y  música indie con la banda Noko Woi.

-Para la industria es una pesadilla pero es lo que me hace feliz. Ahí exploro mi personalidad.  

-¿El teatro es su territorio natural?

Sí. Tocar en festivales, al aire libre, es peligroso, tío. En sitios grandes la gente empieza a hablar.

-En Mallorca hace años, cuando tocaba por los bares, no tuvo un público muy agradecido.

-Borrachos alemanes. Ahí no tenía nada que hacer.

-¿Es un poco 'showman'?

-Sí. De pronto hago una 'performance' dramática. Grito. Me gusta eso.

-Dijo que ojalá hubiera más música y menos artificio en Eurovisión, pero me temo que no le han hecho caso. 

-Es un 'show', es 'entertainment', ahí la gente no quiere canciones profundas, quiere fuego, estímulos. 

-Pues Portugal promete eso ¿Ha  escuchado la canción española? 

-No. ¿Es buena?

-La canta un catalán salido de ‘OT’, Miki. Se llama 'La venda' Es optimista, alegre, contagiosa, pegadiza.

-Ya. ¿Y tiene buenas perspectivas?

-España nunca las tiene. ¿Estará el 18 de mayo frente al televisor?

-No creo. ¿Sabe? Nunca vi Eurovisión... Cuando fui, tampoco, y el año pasado estaba en el 'backstage'. Ahora es cuando disfruto de todo lo que me trajo aquello. Y de mi nuevo corazón. Volví a nacer.

-Lisboa está de moda.

-El turismo, tío. Le ha pasado como le pasó a Barcelona. 

-Y ahora me dirá que no ha coincidido con Madonna.

-Pues no. Iba a verla en una 'jam session' y al final no pude ir. Y ahora me entero de que se va.