ANIVERSARIO DE UN CLUB MÍTICO

Space Ibiza cumple 25 años

Un libro repasa las dos décadas y media de la famosa discoteca creada por Pepe Roselló

Un espectáculo de Dita von Teese, la reina del 'burlesque', asidua artista de la discoteca.

Un espectáculo de Dita von Teese, la reina del 'burlesque', asidua artista de la discoteca.

MAYKA NAVARRO / BARCELONA

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Igual que  nadie piensa en Eivissa sin discotecas, estas son impensables en la isla sin el club Space, y es a su vez imposible sin su creador, Pepe Roselló. La sala de playa d'en Bossa, premiada innumerables veces como el mejor club del mundo, ha cumplido este verano sus 25 años de existencia. Para conmemorarlo, Roselló ha editado un libro, '25th anniversary Space Ibiza. The story of the best club in the world,' que repasa estas dos décadas y media de la noche en la isla balear, de los grandes artistas que han pasado por Space y de la propia vida de este hombre mitad empresario mitad misionero de la diversión. Una especie en vías de extinción en una isla donde el romanticismo de los 'hippies' de los años 70 está dejando paso a los duros dictados de las cuentas de resultados de las industrias del ocio nocturno.

El relato de Pepe Roselló se inicia sin embargo muchos años antes, cuando en 1959 montó un restaurante en Sant Antoni de Portmany y tres años después su primera 'boîte', lo que sería el mítico Playboy. Nada menos que 27 años después, en 1989, creó Space, por donde hasta el día de hoy han pasado los disyóqueis más famosos del mundo. Esos que cuando pinchaban allí cobraban 3.000 pesetas y hoy cobran en cualquier lugar del mundo la escalofriante cifra de 300.000 euros por poner discos durante apenas un par de horas. Y ya ni siquiera discos, porque la mayoría viajan con su música almacenada en 'pen-drives' sin necesidad de cargar con las pesadas maletas de vinilos de antaño.

El libro, escrito por el periodista Juan Oleaque, narra la adaptación a los tiempos que ha hecho esta discoteca. A lo largo de estos 25 años da una clara descripción de los cambios acontecidos en Eivissa y en su noche durante esta época. La 'isla blanca', la 'isla del amor' o 'la isla bonita', como la llamó Madonna hace unas semanas en su fugaz visita a Eivissa, era en los 80 y 90 un lugar donde ricos y pobres bailaban codo con codo en la pista y donde no había distinción ninguna por condición de raza, sexo o estatus social o económico.

Hoy, la visitada isla tiene el aeropuerto con más aterrizajes de aviones privado de España, abundan los hoteles con habitaciones de 800 euros la noche, casas que se alquilan por 100.000 euros semanales, restaurantes donde te cobran 6 euros por un cortado y las cuerdas infranqueables que resguardan a los 'vips' en las discotecas.

Pero el club Space, que se ha abierto tímidamente a este mercado creciente de los pudientes (por ahí han pasado todo tipo de celebridades, desde Naomi Campbell y Puff Daddy hasta Giorgio Armani y Leo Messi), sigue enfocando su producto y su pista de baile al público amante de la música y el espectáculo, más allá de qué lleva o no lleva cada uno en sus bolsillos.

En la isla se han abierto potentes clubs durante los últimos cuatro años, pero tanto para artistas como para el público general, Space sigue siendo Space. Hasta el punto que las fiestas de apertura y clausura de esta discoteca marcan cuándo empieza y cuándo acaba la temporada turística de la mayor de las pitiusas, dictando cuándo abren y cuándo cierran los hoteles y demás bares y discotecas y, en definitiva, cuándo la isla es una pasarela de famosos y cientos de miles de turistas buscando sol, playa y fiesta; o una tranquila y plácida isla mediterránea de invierno.